CAPITULO 39

1 0 0
                                    


La semana transcurrió en completo caos, desde la plática que tuvieron con todos, fue mucho que procesar, era algo muy poco creíble, desde el nacimiento de una diosa, la guerra entre la QUILLA y SIRENA, luego INTI pidiendo disculpas por su comportamiento, AYU insistiendo para que sirena comience a entrenar desde ya. – ha sido una semana dura. – dijo sopesando.

- Ha sido una semana complicada. – hablo aun mirando su laptop.

- Debemos ir a palacio. – recordó el dios.

Esta vez aparto su rostro del computador, para mirar al de cabellos de fuego. – ¿que? – tenía que estar bromeando.

Aquella reacción se la esperaba, pero era algo que tenían que hacer. – yo, sé que es difícil, pero tenemos que ir para que todos te conozcan, además tienes que comenzar a mostrarte desde ya como una diosa. – finalizo pensativo, analizando las posibilidades en que la menor pueda salir afectada por todo el caos del cielo.

Aquello realmente no le apetecía, además tenía que regresar a su casa, ya había aplazado su regreso por más de un mes y medio. – primero tengo que regresar a casa, mis padres están preocupados. – hablo con el mismo sentimiento. Ella también estaba preocupada por sus padres y hermanos.

Habían pasado tantas cosas, que solo se había limitado solo llamar a sus padres y no dar fecha exacta en la que estaría libre, para regresar por unas horas a casa. Lo cual había puesto muy intranquila a su madre que siempre la llamaba en las noches con mucha preocupación y es que nunca se había mantenido tan alejada estando tan cerca.

Era consciente que, aunque Sirena era una diosa, ella había crecido con padres mortales. – Esta bien, si deseas ir, ve. – le sonrió amablemente. – Yo estaré esperado para ir al palacio. –

Esa parte que demostraba el dios, era lo que le hacía sentir calidez en su corazón y a la vez protegida por la persona que había escogido para comenzar a conocer un poco más; siempre estaba pendiente de ella y aquello le hacía vibrar el corazón. – gracias. – dijo aun mirando al dios, que esta vez se encontraba observando por la ventana.

Cerro su computador, dejando para mañana cierta parte de su proyecto de la universidad, aún tenía unas semanas antes de que se entregue. Se quito sus gafas y se acercó silenciosamente al costado del chico de cabellos de fuego. – algo te preocupa. – pregunto sutilmente tomando las manos del dios.

Aquel acto le trajo devuelta a la realidad, una donde tenía a sirena esperando una respuesta a la pregunta que no había logrado escuchar, por estar sumergido en sus pensamientos. – lo siento pequeña note escuche. – formulo tomando la mejilla derecha de la menor.

Por situaciones como estas, era que se habían vuelto tan unidos, incluso antes de que todo pasara. – definitivamente, algo, te trae muy preocupado Sayri. – pregunto seriamente.

Nunca podría ocultarles algo, a aquellos ajos azules intensos. – tienes razón. – sonrió. – nunca poder ocultarte algo. –

Aquello hizo que sonriera y que aquellos adictivos hoyuelos se formaran. – eres hermosa; serás la envidia de las diosas y muchos querrán arrebatarte de mi lado. – dijo en tono juguetón.

- Aquello es lo que te preocupa. – apretó con más fuerza la mano del dios tratando de dejar claro que no pasara aquello.

Sentir aquella presión en su mano, realmente lo hacía sentir cálido. – Si mi diosa, eso me preocupa. – se acercó más a ella. – Pero también está el hecho, de que alguien se porte grosero contigo o simplemente no te guste estar allá. – libero su corazón preocupado.

DIOSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora