Mi historia.

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Le sonreí triste antes de comenzar a hablar...

-Pues, es una historia larga...

Solté al aire, no muy segura de seguir.

-Bueno, que mejor que un puestico de tacos para disipar la tensión, ¿no?

Tomó mi mano, por encima de la mesa.

Miré a mi alrededor a la vez pensando, en que nunca me habría imaginado en un lugar así.

Para nuestra suerte, debido a la hora estaba ya un poco solo, a lo que me sentí más segura de hablar.

Solté todo el aire que sin darme cuenta había retenido en mis pulmones.

-Mira padres murieron... cuando yo tenía 16 años.... O más bien, los asesinaron

Noté como se tenso un poco, iba a responder algo pero clave mi mirada en nuestras manos unidas y con la otra comencé a jugar con ellas.

-Ellos, eran buenos padres-- sonreí nostálgica-- pero no hacían cosas tan buenas... Toda mi infancia fue, de cierta manera limitada, no podía salir casi, ni hacer muchas cosas que otros niños si podían, como ir al parque, o no sé, esas cosas que por lo general hacían otros niños, y si iba a algún sitio siempre era acompañada de escoltas, como los que tengo ahora, la diferencia es que eran más, unos cinco por lo mínimo...
Mi padre era el cabecilla de la familia, y también era...

La mire, sostuvo mi mirada, hice una pequeña mueca y me volví a enfocar en sus manos

Era narcotraficante, y no cualquier simple vendedor, era uno de los más poderosos de Colombia.
Mi madre trataba de contarme las cosas, desde muy pequeña trato de explicarme el por qué mis limitaciones, que el trabajo de papá era "peligroso" y no podía salir sola, aunque siempre le reclamaba y le discutía que quería ser "normal"...
Siempre me consentian con todo, así fuera con el más mínimo capricho, así que deje de discutir y simplemente me aproveche de todo lo que ellos podían ofrecerme.
Siempre fui la niña con los mejores juguetes, los mejores cuadernos, las mejores cosas... Luego nació Valentina, y aunque sentí celos por un momento, mi padre habló conmigo para hacerme entender que éramos sus dos princesas y que las dos teníamos los mismos privilegios.

Daniela no emitía ni una palabra solo me miraba atenta.

>>Por mi parte fui creciendo y mi interés por los negocios de mi padre también, yo sabía que no era un tipo vendedor de dulcecitos aunque él me dijera eso... Ellos no me engañaban, solo me ocultaban la verdad, que aunque es peor, después entendí que era por mi bien.
Papá siempre quiso un hijo varón, para enseñarle cómo eran "los negocios familiares y que pudiera ayudarlo", ¿increíble no?, Pues bueno, un día lo escuché decir cuánto deseaba eso y me molesté...
Me molesto tanto el hecho de que pensara que no podía yo no podía ser capaz de hacer tal cosa.
Y fue ahí, a mis 13 años que entre en el mundo de los negocios, que aunque sí, son negocios ilícitos, necesita su estricto manejo para llevarse a cabo.
Aunque mi madre siempre discutía por eso, fui ganándome la confianza de papá, aprendí a desenvolverme en el ámbito, comencé a darle ideas de negocios, cantidades, números, estrategias... Hasta que un día de la nada, me dijo que no podía seguir, que era muy chiquita para ese mundo y que no era bueno para mí...

>>Me molesté, en ese momento Daniela, me molestó tanto que comencé lo que toda niña siempre hace para llamar la atención, a ser rebelde... Salía de fiestas a escondidas, me le escapaba a mis escoltas, le respondía mal a mis profesores, baje las notas, me peleaba siempre.
En fin todo eso, mi madre hablaba mucho conmigo para hacerme entender que lo que hacía no estaba bien.

>>Todo comenzó a caer un día, que ebria en una fiesta me agarré a golpes con un chico, por sobrepasarse con una chica más ebria que yo, y le amenace diciendo que si quería le podía decir a mi padre que es narco que lo desapareciera de la faz de la tierra.
Debido a eso, se fue corriendo el rumor de que mi padre era narco, unos se burlaban de mí, y otros temían, ya que explicaba el hecho de que siempre llegará en camionetas blindadas y escoltas a la escuela.
Desde ahí todo se comenzó a desboronar, me expulsaron de la escuela, y mi padre al ver que no podía controlarme, me volvió a meter al negocio...
Claro que yo solo le ayudaba en números y eso, nada más allá, digamos que no veía lo feo de ese mundo.
Pero sí mi padre hizo que aprendiera defensa personal y andar con armas y toda la cosa.
Un día, escuché a mis padres discutir, mi madre le pegaba gritos diciendo que no quería seguir en esa vida envuelta de sangre, de negocios sucios y que no pensaba ver cómo me arrastraba a mi a eso, mi padre amaba con todo su ser a mi mamá, por lo que le dijo que luego del último negocio que tendría en unos días, venderíamos todo y nos marchariamos a un lugar remoto en el mundo donde no nos conocieran y comenzaríamos una nueva vida...
Decirlo se escuchaba tan fácil, pero todos sabíamos que no era así, al estar en un mundo lleno de mafiosos, no podías nada más quitarte del medio y ya...
Uno de los negociantes de papá era un mexicano del cual nunca supe su nombre, él se enteró de los planes de mi papá y unos días antes de que su último negocio se llevará acabó, se metieron a nuestra finca.

Todo a tu lado. [Caché]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora