Gala benéfica.

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Después de bajar, decidimos que ya era hora de irnos, mañana iba a ser un largo día.

Val se fue con Effi en su auto, a quien le advertí que no debía salir sin sus escoltas, se lo deje pasar porque Calle intercedió por ella, sin embargo le hice que no debía pasar nuevamente, recordando lo que pasó hace unos meses atrás.

Ya íbamos en la moto camino a casa, la noche estaba fría por lo que iba más aferrada de lo normal a la chica que conducía y eso que antes de montarnos me había puesto su chaqueta para cubrirme del frío, metí las manos frías dentro de su camisa buscando calor, a lo que su cuerpo reaccionó erizandose por completo, sonreí sin decir nada.

Si no fuera por el casco habría dejado un beso en su hombro, así que me limité a seguir admirando la noche, había sido sin dudas un gran día.

Claro que mi cabeza seguía recordando como se había dado al inicio, pero mi Dani tenía razón, necesitábamos un día así, solo ella y yo... Bueno, hasta que invitó a la pequeña, me llenaba el corazón el verlas compartir y llevarse bien, mis dos amores, mi dos mujeres, lo más importante para mí.

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-¿Por qué no puedes quedarte hoy?-- pregunté confusa mientras bajaba de la moto y quitaba el casco de mi cabeza, ella solo apagó el motor del vehículo, quito su caso dejándolo entre sus piernas y me miró.

-Quede con papá en ayudarlo en el gimnasio antes de ir a la gala-- explico tomando mi mano-- como es hasta la tarde, no pude negarme.

Hice un ligero puchero, entendía su motivo pero no quería dormir sin ella otro día más.

-Pensé que hoy te quedarías a dormir conmigo-- la abracé enterrando mi cara en el hueco de su hombro-- siento que ya casi no duermes acá.

-Lo siento, preciosa-- beso un lado de mi cabeza y colocó su brazo en mi espalda-- No puedo quedarme... hoy.

-Por lo menos bésame, ¿no?-- pedí con voz mimada, me separo con cuidado, tomando mi cara entre sus dedos y me besó.

Estábamos en la entrada del penthouse, habían varios de mis escoltas desplazados por el lugar, Johan al verme me dijo que iría a descansar y quedaban los demás rodeando el sitio, dos de ellos estaban en la entrada a unos metros de nosotras, de cada lado, Calle tomo mi nuca profundizando el beso, por necesidad la tomé del cuello con fuerza, aquello nos descolocó a ambas, ella se separó y ojeo a los escoltas en la entrada, que aunque no nos veían, por su mirada estaba incómoda de que estuvieran ahí.

Les llame, hice un gesto con mi cabeza y los dos se movieron de lugar, dejándonos a solas, mi novia sonrió y volvió a pegarme a ella, esta vez no se contuvo, me besó de manera tal que tambalee en el sitio, seguía sus movimientos, su lengua hacia lo que se le antojaba, haciéndo que mis piernas fallaran, demás está decir que esta mujer es la mejor persona que he besado en toda mi vida, con un solo beso podía hacer conmigo lo que quisiera, y lo sabía, por eso sonreía en medio del beso, mordió mi labio, jadee en su boca, fue como un detonante para ella, con un manotazo tiro el casco al suelo sin importarle mucho, retrocedió un poco en el asiento de la moto, y como si de una almohada se tratara me levanto, me sento frente a ella, en sus piernas, quedando yo entre ella y el manillar de la moto.

No era la posición más cómoda, ni la mejor, y no me molestaba en absoluto, menos cuando Daniela puso sus manos en mi muslo, los apretó con fuerza  y solté un gemido en sus labios.

Su respiración se descontroló, haciendo que la mía también se volviera un desastre, metí las manos entre su cabello, ella besaba mi cuello a su antojo y subía sus manos lento dentro de mi vestido hasta que tomó con fuerza mi trasero, busco mis labios otra vez, chupó mi labio inferior, halando de él y mordiendo un poco.

Todo a tu lado. [Caché]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora