¿Y tú historia?

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Después de prometerle a Lupita volver pronto, caminamos un rato por la plaza.

Tomadas de la mano, como dos enamoradas.

Estoy feliz como una lombriz.

¡Yo también!

Aunque aún seguía procesando todo lo que me había contando de su familia, el como pasó... Necesitaba saber esto, saber que fue lo que pasó, el por qué de ciertas cosas...

Cuando me dijo que hay muchas personas que quieren hacerle daño, me sentí terriblemente mal y culpable, de que de alguna manera, haré parte de eso...

-¿Nos vamos a casa?-- hablo Poché-- estoy cansada y debemos ir mañana a la empresa amor, recuerda la reunión.

-Esta bien, preciosa-- concedí caminando de vuelta al auto.

Al poco tiempo ya estábamos de vuelta en su casa y subimos directamente a su habitación.

-Papá debe estarse preguntando por qué no he ido más a la casa-- dije saliendo de la ducha y colocandome la pijama favorita de Poché que me cedió desde que me quedo a dormir con ella-- seguro mañana cuando vaya me pelea porque no lo he llamado, ni he ido más al gimnasio.

-¿Y por qué es tan importante que vayas a entrenar?-- preguntó Poché ya acostada en la cama.

-No es eso amor, es solo que a él le gusta compartir mucho conmigo y entrenarme siempre ha sido algo nuestro-- en parte mentí y en parte no.

-¿Y tú historia, bonita?-- pregunto calmadamente-- ¿cuando me la vas a contar?

La mire insegura, sentí los nervios apoderarse de mí.

Camine a la cama, tumbandome a un lado de ella.

-Es aburrida-- bromee nerviosa-- seguro te quedas dormida si te la cuento.

Frunció el ceño, molesta.

-Nada que venga de ti me causaría aburrimiento, jamás-- dijo dejando caer un brazo alrededor de mi cintura-- además tú en mi cama me da de todo, menos sueño.

Subió y bajo sus cejas, con burla.

-Ya decía yo que tanto romance no podía ser real-- reí liberando un poco de nervios.

Me acomodé en el cuello que hay entre su hombro y su cuello, quedé en silencio unos segundos antes de continuar.

-A diferencia de ti, solo conté con el apoyo de mi padre-- comencé, ella entrelazó su mano con la mía, dándome la confianza que necesitaba para seguir-- aunque eso fue hasta los 10 años, más o menos... Mi padre siempre fue mi héroe, pero así como el tuyo, también tenía sus malas vueltas, solo que él era otro tipo de negociante...
Mi madre nos abandonó cuando tenía unos 4 años o algo así, un día sin saber por qué se fue, sin ni siquiera dejarme una carta, aunque era pequeña sufrí mucho por eso, por su ausencia.
Germán solo tenía un hombre de confianza que era Manuel, él siempre lo ayudaba con cosas de "negocios", le daba seguridad y le pagaba por ello, hasta que un día lo contrató fijo, pero para ser como mi protector, o como tú le dices, mi escolta...
Llegó a un punto donde Manuel era la única persona que veía, Germán comenzó a viajar incontrolablemente por sus dichosos negocios...
Ya no me daba la atención que quería y se excusaba diciendo que para eso había contratado a Manuel y a la señora de limpieza que en ese momento era Lupita, ambos me cuidaban y me protegían de todo...
Hubo varios de mis cumpleaños a los que Germán no asistió y de no haber sido por Manuel, él nunca se habría acordado de ellos, pero siempre me compraba con los regalos que traía y diciendo que nunca más volvería a pasar...
Yo nunca deje de ver a mi padre como un héroe, los pocos momentos que pasábamos juntos para mí eran lo mejor del mundo.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, mientras más lo esperaba, más me dolía.

Todo a tu lado. [Caché]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora