Caí.

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-No sé que quiere de mí Johan-- me quejé tomando de mi trago de whisky.

Estábamos en un pequeño bar de algún lugar, después de ver las noticias y escuchar lo que Daniela dijo a la prensa, sentí que de alguna manera debía liberar todo el estrés.

-Las mujeres son difíciles de entender-- suspiró, también bebiendo su vaso de whisky.

-¡Joder sí!-- me quejé llevando mi vaso de whisky a un lado de mi cara-- No sé por qué me gustan tanto.

Bufé negando con la cabeza.

-Nooo y lo peor es-- seguí bebiendo de mi trago-- que hay mujeres que dicen que ser lesbiana es fácil-- reí amarga-- supieran que es la cosa más difícil del puto mundo, porque no me entiendo ni yo, que soy mujer... y voy a entender a otra mujer-- lo señalé con el vaso en mi mano-- pero así sea lo más difícil del mundo, querido Johan, hetero no me voy a volver.

Ya estás borracha, niña, mi conciencia me habló y la callé volviendo a beber del vaso que tenía en mis manos

Johan río con suavidad, hacía tiempo que no compartíamos, nos conocemos prácticamente de toda la vida, y aunque yo soy una hijueputa con todo el mundo, el nunca me ha abandonado, ni yo a él.

-Hace mucho no te veo así Pochas-- dijo recostandose de la mesa-- te ves... Destruida.

-¡Vaya!-- inquirí-- deberías cobrar por hacer sentir mejor a la gente

Ambos reímos, volví a dejar caer mis manos sobre la mesa con el vaso entre mis dedos, mi cabeza no dejaba de pensar en Daniela, con la mirada fija en mi vaso llame la atención de mi acompañante.

-Johan-- él me miraba atento-- Cuando conocí a mi novia, le dije que había caído en el hechizo Calle-- sonreí triste recordando-- ella me dijo que no y yo me dije a mi misma que debía enamorarla-- suspiré negando con la cabeza-- y lo hice, o eso creo porque...

Cerré mis ojos, sentí un nudo en mi garganta, tragué grueso y lo miré

-Porque parece que sí, cayó... Pero yo caí más hondo-- murmuré en tono bajo.

-¡Ay mi pochas!-- Johan me abrazó y por primera vez en mucho tiempo llore.

Lloré soltando toda la frustración que me estaba atravesando, lloré porque la estaba amando como nunca he amado a nadie y como nunca creo volver a amar.

Lloré porque ella es todo para mi y no sé qué hacer, por la empresa, por Valentina.

Lloré por todo, descargue mi frustración  y Johan como siempre, como cuando éramos pequeños y me levantaba despues de haber caído y raspado las rodillas, me abrazó y me dijo que todo estaría mejor.

Yo decidí creerle, con la misma inocencia de ese entonces, con la misma fe, con las mismas ganas, porque eso era todo lo que deseaba, que todo estuviera mejor.

--

-Te dije que podía subir sola-- me quejaba entre dormida y despierta en los brazos de Johan, estábamos entrando a mi casa.

Al cerrar la puerta pude escuchar unos pasos apresurados a nosotros, mentalmente pedía que fuera Val, pero no fue así...

-¡Poché, amor!-- ni borracha el corazón dejaba de latir al escucharla, estupidos sentimientos.

-¿Por qué la llevas tú así?-- le preguntó a Johan con autoridad

-Porque soy su escolta y mi deber es cuidarla-- respondió el chico serio-- Y además de eso, es como mi hermana Calle, si me disculpas la llevaré a su habitación.

Todo a tu lado. [Caché]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora