Un anciano gruñón

2.8K 173 122
                                    

·͙⁺˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚⁺‧͙⁺˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚⁺‧͙⁺˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚⁺‧͙

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

·͙⁺˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚⁺‧͙⁺˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚⁺‧͙⁺˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚⁺‧͙

💌

12:53 p.m.

Habían pasado ya varios días desde el incidente en casa de Vicky y Tommy.

El susto en el omeguita no había durado más que un día más y después pareció volver todo a la normalidad. Ya no temía juguetear al rededor de la casa solito como de costumbre ni necesitaba estar colgado como koala de su alfa cada hora del día. Había alejado pensamientos malos de su necia cabecita con ayuda de su alfa quien le recordaba cada cierto tiempo que ahora todo estaba bien, que era amado y protegido por muchas personas a su alrededor que darían lo que fuera por verle feliz y contento como el risueño omeguita que era.

—¡Amor! Ven aquí, necesito vestirte para poder irnos, no lo volveré a repetir.— llamó persiguiendo al menor quien correteaba por todo el piso de arriba solamente en braguitas.

Se habían duchado juntos después de que el menor terminara sus clases en casa donde tuvo algunos problemas de concentración, pues de pronto parecía tener bastante energía como para permanecer sentadito en su silla.

No le importó andar con sus regordetes glúteos al aire cuando recordó que su tita Lola se había vuelto unos cuantos días a su ciudad a petición del alfa quien le platicó sobre su cercano celo, ofreciéndole una semana completa para disfrutar de ella y poder visitar su antigua casa, con todos los vuelos pagados por el mismo doctor quien se paseaba nada más que en bóxers.

Se carcajeó cuando volteó a sus espaldas y notó a su alfa queriéndolo atrapar mientras formaba sus manos como si fuesen garras, con una sonrisa divertida en su rostro.

—¡N-No, alfita!.— chilló ansioso moviendo sus piecitos tan rápido como podía, aunque no fue suficiente cuando un fuerte brazo rodeó su barriguita y fue levantado del suelo.

—Te atrapé, conejito.— murmuró en medio de un gruñido contra su mejillita— El lobo está ansioso por comerte, mhm...— habló dejando un beso entre su mandíbula y su cuellito, llevándoselo de regreso a la habitación de ambos.

Louis siguió carcajeándose bajito mientras contraía sus piernitas hacia arriba al prácticamente ir colgando de su brazo. Apretó sus manitas en su antebrazo y escuchó con claridad los gruñidos que el mayor no dejaba escapar del todo, provocándole apenas esa necesidad de mostrarle su cuellito y dejarlo a su exposición.

Lo acostó contra la cama y no le dió tiempo de siquiera acomodarse cuando se dejó ir encima suyo. Se sostuvo con sus brazos a cada lado de su cabecita y atacó sus labios con hambre apenas los vió tan rositas y apetecibles, empujando sus piernitas hacia afuera con sus rodillas para abrirse paso entre ellas. Lo hizo rodear su cadera con sus piecitos y comenzó a moverse lento y con precisión contra su entrepierna, simulando embestidas mientras gruñía contra su orejita.

Vanilla Milk (with an extra of chocolate...) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora