✧･ﾟ: *✧･ﾟ:* Vanilla Milk Parte 2 ✧･ﾟ: *✧･ﾟ:*
Simplemente la vida del pequeño Louis y su amado alfa, Harry.
O donde Louis es un encantador omeguita mimado, amante de los conejitos, las burbujas y los abrazos y besos de Harry; un alfa sobre protecto...
Después del ajetreo que se vivió durante el entrenamiento del chiquillo, los tres habían regresado al consultorio con bastante prisa. El rizado había pospuesto unas de sus citas para después de la hora en que terminaría la clase de su omega, pues en realidad quería ir a verlo, y además, no podía estar en calma si lo sentía tan intranquilo desde el lazo. Necesitaba ir por él, así que no dudó en mover sus horarios cuando el paciente accedió.
Ahora lo llevaba sentadito a un lado suyo sobre el regazo de Niall, pues ambos habían comenzado una discusión antes de partir para decidir quién sería el que iría delante, llegando al acuerdo de que ambos podían hacerlo. Lanzaba miradas amenazadoras sin importarle apartar la vista de la carretera cuando escuchaba a Louis tan risueño y veía a Niall formar muecas graciosas en su rostro para hacerle reír. Él no sentía celos de ninguno de esos tres alfas tan cercanos a ellos, son como sus hermanos e incluso el menor les llamaba tíos, más sin embargo, el lobo en su interior no compartía la misma opinión al tener a su omega sobre el regazo de otro alfa. Le hacía enfurecer y dar vueltas en el mismo sitio como si estuviese enjaulado.
-Papas y papas para mamá...- tarareó el rubio mientras dejaba la palma de su mano abierta para que el ojiazul la golpeara con diversión y poca coordinación.
-Las quemaditas para papá...- continuó el refrán con esa sonrisita juguetona en su carita. Llevaba su cabellito desordenado, carita con un leve sonrojo mucho menos intenso que el que mostraba en la cancha y su naricita por fin libre de cualquier congestión. Su ánimo había mejorado bastante cuando su alfa le marcó con su fuerte aroma, le hizo sentir seguro y tranquilo de inmediato, aunque de todas formas de pronto gruñía o chillaba molesto cuando Niall le hacía enojar a propósito.
-Papi... me duele mi pancita.- se quejó con un pucherito cuando un doloroso cólico le atacó, provocándole esa molestia en su vientre bajo y una mueca en su carita mientras jaloneaba la camiseta de su uniforme. Sus dolores se habían estado haciendo más frecuentes y no le gustaban nada.
-¿Dónde duele, amor?.— preguntó prestándole toda su atención cuando se detuvo en una luz roja— Llegando te daré medicina, cariño, ¿Puedes aguantar?.— preguntó cuando le vió picotear su vientre con su dedito, alargando su mano para acariciar su barriguita en pequeños movimientos hasta que tuvo que avanzar de nuevo.
-Aguantar... mmm, ¿Puedo tener un bibi? Tengo hambrita...- preguntó alzando su camisetita para mostrarle a su alfa su pancita un tanto hichadita por la cercanía del celo.
-Cuando lleguemos te preparo uno, Lou. Termina tu plátano mientras, amor.- dijo mirando de reojo a su niño para después alargar su mano y bajar su camisetita, tapándolo de nuevo.
-¿Y-Y puedo tener un perrito?...- intentó preguntando sobre un tema nuevo, abriendo su loncherita que había llevado sobre su regazo para tomar su plátano a medio comer. Relamió sus labios acaramelados cuando vió el biberón vacío que Tommy le había prestado y en verdad deseó tener uno calientito entre sus manitas.
