Energía de sobra

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1:00 p.m

Yo también, alfa.— pidió una cantarina vocecita causando eco en el baño.

Harry volteó a sus espaldas y sonrió con el rostro lleno de crema para afeitar, perfilando su vello como había planeado antes de salir de casa.

—Tú no tienes vello facial, amor.— contestó regresando a su trabajo— ¿Por qué mejor no terminas de ducharte, hm? Aún veo shampoo en tu cabello— habló.

Louis formó un pucherito y tocó su barbilla con su manita, dejando su mirada fija en la manera en que su alfa ladeaba su boca hacia un costado para alisar alguna de sus mejillas y pasar la navaja por ahí.

—Pero yo también quería... poquitito...— insistió con ojitos de cachorro, juntando su dedito índice y pulgar desde la orilla de la tina.

Habían llegado hace no más de dos horas, bastante cansados y hambrientos pero con muchas ganas de ducharse juntos en aquel acogedor baño que conocían a la perfección. Harry adoraba mirar a su niño dentro de la tina, envuelto en espuma y soltando carcajadas como cuando él era tan solo un niño.

Suspiró y dejó el rastrillo sobre el lavamanos, casi limpiándose las manos sobre el pantalón de mezclilla que llevaba puesto junto a un torso entintado descubierto.  Sus ligeros rizos húmedos y un olor penetrante a productos de limpieza masculinos llenaban el lugar, casi opacando al ligero aroma de bebé y coco.

—Déjame ver... no tienes ni un solo vello, bebé, no servirá de nada si lo uso en ti.— explicó encorvándose un poco, tomando el mentón del menor— Además tu piel es muy sensible y no queremos causarte una irritación, ¿verdad?.— preguntó viéndole a sus ojitos celestes.

Louis bufó decaído y bajó la mirada a sus manitas que se sostenían de la orilla de la tina, parpadeando repetidas veces cuando el rizado besó la punta de su naricita de botón.

—Oye, no te pongas triste, amor... deberías estar feliz por ser lampiño, es fastidioso afeitarse cada dos días.— rió bajo, poniéndose en cuclillas para estar a la altura del omega.

—¿Lampiño?...— preguntó curioso frunciendo sus cejitas.

—Si bebé, significa que no tienes vellos, mira.— explicó tomando su bracito para estirarlo con cuidado, mostrándole su piel nívea completamente suave y mojada.

—¿Y por qué tú si tienes?.— volvió a preguntar afligido. Él también quería sentir lo que era tener esa espuma blanca en la cara, le parecía muy divertido.

Vanilla Milk (with an extra of chocolate...) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora