Cosas perdidas y un alfa coqueto / Pt.1

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10:14 a.m
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—Oh... hola pequeñita.— murmuró una suave vocecita— Que bonita eres.— halagó con ojitos celestes brillosos.

Estaba echado sobre su pancita en el césped del jardín trasero de su casa. El sol brillaba en lo alto del cielo azul, las nubes envolvían a los pajaritos cantando con alegría y olía a pasto fresco y recién cortado.

Sonrió con mejillitas coloradas y acercó su dedito hacia la mariquita que encontró inspeccionando entre el césped, riendo bajito cuando el insecto voló un poco hacia adelante.

Sus piecitos se movían en el aire en un lento vaivén de atrás hacia adelante, manteniéndolo tranquilito y relajado en esa aura de pureza que le rodeaba por completo.

Vestía nada más que una gran camiseta de color aqua, de su alfa por supuesto, y unas lindas y cómodas braguitas por debajo.

Ronroneó cuando olfateó con su naricita de botón y se impregnó del aroma a bosque de su rizado. Se movió hasta quedar sentadito y alcanzó una linda bolsita tejida con florecitas de colores que había dejado a un lado suyo y que Gemma le había regalado hace un par de días.

La había amado, era su nuevo objeto favorito y la llevaba con él a todos lados.

En ella se había encargado de comenzar a coleccionar un montón de cosas que su cabecita curiosa encontraba interesantes. Desde el día en que se le fue obsequiada, no había hecho nada más que husmear por todos lados y recolectar cosas de distintos tamaños, texturas y formas.

La abrió y sonrió apretando sus delicados labios. La volteó con cuidado y vació todas las cositas que ahora tenía.

Una cuchara dorada, un par de clips de cabello en colores pastel, un dulce terroso con envoltura arrugada, una roca algo grande y pesada con un color que él nunca antes había visto, y una lata vieja con dibujos llamativos de alguna bebida energética.

Era poco pero lo había recolectado con mucho empeño y dedicación.

Ahora cuando su alfa le llevaba de la manita caminando por ahí, buscaba con ojitos bien abiertos e inspeccionaba todo el mundo a su alrededor.

Le relajaba y le hacía notar cosas que nunca antes había encontrado tan impresionantes hasta ahora, como por ejemplo, todos aquellos objetos perdidos que alguien había abandonado y que ahora él se encargaba de darles un hogar.

Vanilla Milk (with an extra of chocolate...) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora