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10:00 a.m
El día en el campo había amanecido con cielo nublado y un aire fresco que sacudía los árboles otoñales con insistencia. La luz del sol se ocultaba detrás de las nubes grises y afelpadas, llenas de agua a punto de estallar; los pajaritos ocultos en sus nidos de ramas y las flores danzando en espera de un riego para seguir floreciendo.
El ambiente tranquilo envolvía la rústica casa de campo. La cocina olía a fresas cociéndose en una olla, a masa de vainilla recién hecha y ese toque de madera y tabaco que nunca faltaba cuando cierto rizado estaba presente.
Vestía unos shorts holgados de rayas azules con blanco, una camiseta de tirantes clara cubriendo parte de su torso entintado a excepción de sus brazos tatuados, y nada más que calcetas al tobillo en sus pies. Sus ligeros y cortos rizos aún húmedos por la previa ducha caliente que había tomado se acomodaban con sutileza hacia distintas direcciones, rostro perfilado con jades verdes y en sus dedos, aquellos anillos distintivos en su persona. Perfecto.
Tarareaba una canción que vagaba por su mente mientras se encargaba del fuego en la estufa, batiendo la mermelada de fresa dentro de la olla cuando un olor a cítricos quemados llegaba a su nariz. En verdad deseaba lograr una mermelada perfecta.
Puso un par de gotas espesas en el dorso de su mano y la probó, frunciendo el ceño cuando se quemó. Agregó unas cuantas cucharadas más de azúcar y volvió a remover, esta vez acompañado con el pronto sonido de aguacero a las afueras, anunciando la lluvia.
Probó una vez más, ahora soplando lo suficiente antes de hacer tacto con su lengua áspera. La palpó en su boca y sonrió asintiendo cuando el sabor fue tan bueno que su apetito se abrió al instante. Apagó el fuego y limpió sus manos en una jerga vieja que encontró por ahí, tapando con la misma el tazón donde la mezcla de harinas aguardaba a ser utilizada.
Suspiró estirando su cuerpo, alzando sus brazos al aire mientras formaba una mueca de alivio en su rostro antes de encaminarse a la segunda y última habitación del lugar.
Abrió la puerta silencioso y pudo aspirar el reconfortante aroma a vainilla y coco, tan sutil y relajante que su pecho se sintió cálido sin más.
La cortina entreabierta dejaba entrar solo un poco de luz a la oscuridad de la habitación, pegando directo a la cómoda cama donde una cabecita con cabello revuelto se asomaba por debajo de tantas mantas esponjosas.
Sonrió, acercándose a paso lento hasta la ventana donde abrió por completo las telas que la cubrían, dejando entrar algo más de luminosidad. Vió el pasto mojado al igual que cada planta y maceta, regándose por si mismas con la lluvia persistente. Rodeó la cama hasta el otro extremo y se inclinó en ella, alcanzando el borde de la manta que cubría la carita de un ángel.
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Vanilla Milk (with an extra of chocolate...)
Romance✧・゚: *✧・゚:* Vanilla Milk Parte 2 ✧・゚: *✧・゚:* Simplemente la vida del pequeño Louis y su amado alfa, Harry. O donde Louis es un encantador omeguita mimado, amante de los conejitos, las burbujas y los abrazos y besos de Harry; un alfa sobre protecto...