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James imagina que debió pedir una  explicación cuando Regulus lo hizo huir del país, literalmente, al amparo de la noche después de darle a él aquel beso con lengua en los Jardines Kennedy.

Es Barty el que contesta cuando él se conecta con Reggie por FaceTime a las cuatro de la madrugada, hora de Washington, esperando pillarlo en el té del desayuno.

Black está pasando las vacaciones en una de las casas que su familia posee en el campo, mientras él se muere de calor en la última semana de clases.

No se para a pensar la razón de que su migraña requiera imágenes balsámicas de Regulus en un entorno pintoresco y acogedor, tomándose un té en la falda de una verde colina. Se limita a pulsar las teclas del teléfono.

-James querido-le dice Barty al aceptar la llamada- Qué amable por tu parte que llames a tu tío Barty en esta magnífica mañana de domingo.

Está sonriendo desde lo que parece ser el asiento del pasajero de un automóvil de lujo, y lleva puesta una enorme pamela propia de los dibujos animados y una pashmina a rayas.

-Hola, Barty-lo saluda él con otra ancha sonrisa- ¿Por dónde andan?

-Hemos salido a dar una vuelta para disfrutar del paisaje de Carmarthenshire- le dice Evan, tomando el teléfono. Inclina el teléfono hacia el asiento del conductor- Regulus da los buenos días a tu meretriz.

-Buenos días, meretriz- dice Regulus desviando la vista de la carretera para hacerle un guiño a la cámara. Se le ve fresco y relajado, lleva una camisa de un tono gris suave con las mangas subidas. Potter se tranquiliza un poco al ver que en algún lugar de Gales, Regulus ha podido dormir como Dios manda- ¿Qué es lo que hace que estés levantado a las cuatro de la madrugada esta vez?

-Mi examen (del orto) final de economía- responde James moviéndose hacia un lado para mirar la pantalla- Me ha dejado de funcionar el cerebro

-¿No puedes hacerte con uno de esos auriculares que llevan los del Servicio Secreto, y que Remus te vaya chivando?

-Yo puedo presentarme al examen por ti- se burló Evan volviendo la cámara otra vez hacia sí-El dinero se me da de vicio.

-Si, claro, Evan, ya sabemos que no hay nada que tú no seas capaz de hacer- replica Regulus fuera de cámara-No es necesario que nos lo pases por las narices.

James ríe en voz baja. Gracias al ángulo en que el rubio sostiene el teléfono, alcanza a ver el paisaje de Gales pasando por la ventanilla del coche, raudo y espectacular.

-Oye, Regulus, dime otra vez el nombre de la casa en la que te alojas.

Evan esboza una media sonrisa y gira la cámara hacia Regulus-Llwynywermod. -Otra vez.

-Llwynywermod.

-Joder-gime James.

-Yo tenía la esperanza de que empezaran a decirse cosas cachondas- comenta Barty-Por favor, continúen

-No creo que pudieras seguirnos el ritmo, Couch- lle dice James.

-¿Cómo que no? -La cámara vuelve a enfocarlo a él-¿Y si pongo mi p...?

-¡Barty!- se oye decir a Regulus, y se ve una mano con un anillo de sello en el dedo meñique que le tapa la boca a su mejor amigo (y mayordomo, según James)- Te lo ruego, James, ¿pretendes poner a prueba lo de que no hay nada que Barty no sea capaz de hacer? En serio, vas a conseguir que nos matemos.

-De eso se trata- replica James en tono festivo.

-Bueno, ¿y qué tienen pensado hacer hoy?

Barty se zafa de la mano de Regulus con un lametón y continúa hablando -Retozar desnudos por las colinas, asustar a las ovejas y después volver a casa para lo de costumbre: tomar té con galletas y hacer una tanda de ejercicios para fortalecer los muslos mientras nos lamentamos de James Potter ya no está disponible.
Antes era todo contarnos nuestras cuitas compartiendo botellas de coñac y suspirando: «Cuándo se fijarán en nosotros...>

Rojo, Blanco y Sangre Negra// JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora