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James nota a Regulus decaído.

-Oye- dice- ¿Te encuentras bien?

Regulus agarra aire y emite un carraspeo.

-Estoy bien.

James no dice nada y deja que se prolongue el silencio durante unos instantes, hasta que decide romperlo

-Sabes? Este arreglo que tenemos los dos... Puedes contarme cosas. Yo te cuento cosas todo el tiempo. Cosas de la política, de las clases, locuras de mi familia. Ya sé que no soy, no sé, el parangón de las comunicaciones humanas normales, pero bueno. Ya sabes.- Otra pausa.

-Nunca... se me ha dado bien hablar de cosas- dice el príncipe.

-Bueno, a mí nunca se me había dado bien hacer mamadas, pero todos tenemos que aprender y crecer, corazón.

-¿Por qué hablas en pasado?- se burla Regulus.

-Venga -dice James con un bufido- ¿Insinúas que todavía no se me dan bien?

-No, no, por nada del mundo diría eso- contesta Regulus, y James mira su  sonrisa- La primera fue la única que... En fin, por lo menos pusiste entusiasmo.

-No recuerdo que te quejases.

-Ya, bueno, es que llevaba una eternidad fantaseando con ello.

-¿Ves? Ahí lo tienes -señala James- Acabas de contarme una cosa. Puedes contarme otras.

-No es lo mismo, James- ambos caminan por las calles de París en silencio.

-Cariño. Se ha convertido en algo importante.

Cariño. Sabe que se ha convertido en algo importante. Se le ha escapado de forma accidental en varias ocasiones, y en cada una de ellas Regulus se derrite por dentro y él finge no darse cuenta, pero es muy consciente de estar jugando sucio. Se oye el lento siseo de Regulus.

-Esto... No es el mejor momento -dice

-¿Cómo catalogas eso? ¿Locuras de la familia?

James frunce los labios y se muerde la mejilla por dentro. Ahí está. Ha estado preguntándose cuándo iba a empezar Regulus a hablar de la Familia Real. Hace referencias indirectas a que Sirius es una persona tan cerrada que podría pasar por un reloj atómico, o a la reprobación de su madre, y menciona a  su hermana tanto como él menciona a Marlene, pero él sabe que hay mucho más.
Sin embargo, no sabría decir cuándo ha empezado a percatarse, del mismo modo que no sabe cuándo empezó a contar los días que Regulus está de un humor o de otro.

[...]

-Remus, ¿qué pasa?- pregunta Sirius, preocupado, mientras intenta despertarlo.

El castaño había caído desmayado a sus brazos ante la presión (y el embarazo)

-Sirius- llamó Remus- Siéntate- pidió.

Black se sentó a su lado, en la cama.

-Bien, suéltalo, Remus.

-Estoy... estamos... vamos a ser padres- suelta y cierra los ojos fuertemente.

Sabe que Sirius no le va a pegar, pero sus ex parejas lo hacían, y no puede aguantar la idea de que Sirius...

Sirius se queda congelado en su lugar.

-Por favor, dí algo.

-Esto es...wow.

-Yo sabía que no te tenía que decir, por favor olvídalo. Sé que tienes esposa y una reputación y vas a ser rey y- Remus fue callado por los labios de Sirius.

Al contrario de sus miedos, Black parecía contento.

-¿Tu quieres tenerlo?- preguntó Sirius, cuando se separaron.

-Si, digo, yo... pensaba que.. si.

-Lo tendremos entonces.

-¿Y Lily?

-Es lesbiana, por favor, Remus ¿y tu gay radar?

Lupin se quedó en silencio.

-Me refiero a que....

-Creo que ya es hora de que viva mi vida ¿no lo crees?

-¿Renunciaras a la corona?

-Haré que la corona me acepte.

-Pero, soy tu amante.

-Remus, por favor. No te preocupes. Quiero darte la vida que mereces.

-¿Y tu madre?

La respiración de Sirius se detuvo.

-Haré lo necesario.

Rojo, Blanco y Sangre Negra// JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora