Rojo, Blanco y Sangre Negra// Jegulus

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Después de unos años, James se arrodilló frente a él. Ya no le interesaba la monarquía, vivía en Estados Unidos con su esposo, que se preparaba para postularse, sustituyendo a su madre.

Potter trabajaba sin parar, pero cuando Regulus lo llamaba, no tardaba ni un minuto en estar a su lado, gracias a Marlene, su trabajo era menos pesado.

-Amor- la voz de Regulus se escuchó en su oficina.

-Dime cariño, ¿qué sucede, lindo?

-Quiero un abrazo- Marlene rodó los ojos.

James la miró mal,

-¿Seguro que estás bien, nene?

-Mi madre murió hace unos minutos- explicó mientras lloraba en el cuello de James. Sus manos se aferraron a la cintura del ex-príncipe.

-Ay, cariño... lo siento tanto.

-Sé que no era una buena madre- James lo interrumpió.

-Pero era tu madre, lo comprendo, nene. No debes justificarte.

-¿Me acompañaras, amor?

-Claro que lo haré, Marlene se hará cargo, ¿no lene?

-Me pagas para eso, así que si.

[...]

Sorpresivamente, el pueblo eligió a Sirius para que tomara el trono.

El mayor de los Black era el que peor reputación tenía, y su madre lo había, prácticamente, desheredado.

Sirius Black, el príncipe que había abandonado a su familia. Él que había preferido la corona antes que a su familia.

Pero Inglaterra lo prefería sobre "la loca princesa" "y encima mujer" que se había esforzado mucho en cuidar su imagen, en hacer cosas positivas. Que su relación peligraba por haber puesto la monarquía sobre ella misma y su novio.

Le cayó como un balde de agua fría, y decidió irse con su novio. Harta de que todo le salga mal. Esta vez se eligió.

Sirius, Remus y sus hijos pasaron a ser la familia real.

Así que entre mal y peor, eligieron mal.

Ella se sentía sumamente herida por su pueblo, así que llevó su espíritu y amor al país que ahora reinaba Amos.