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'Er... Buenos días -saluda James.

Mary recorre brevemente la habitación con la mirada: las sábanas en el suelo, las dos almohadas utilizadas, los dos teléfonos en la mesilla de noche.

-¿Quién es la chica?- pregunta al tiempo que se encamina hacia el cuarto de baño y abre la puerta de un tirón, como si fuera a encontrarse con una actriz de Hollywood en ciernes metida dentro de la bañer- ¿La has dejado entrar aquí con un teléfono?

-Nadie, por Dios- responde James, pero la voz se le quiebra en mitad de la frase.
Mary enarca una ceja- ¿Qué pasa? Anoche me emborraché un poco, y ya está. No pasa nada.

-Ya, y como no pasa nada, hoy vas a estar el día entero con resaca-le dice Mary caminando a su alrededor.

-Me encuentro bien-insiste Potter Estoy bien.

Mary abre el armario y de ahí sale Regulus a trompicones, con los calzoncillos de James a medio poner.

James, medio dominado por la histeria, lo considera un juego de palabras visual, de lo más perfecto.

-Esto...-empieza Regulus desde el suelo. Termina de subirse el calzoncillo de Pottee hasta la cadera y parpadea- Hola. Se hace un largo silencio.

-Yo... -empieza Mary-. ¿Tengo que pedirte siquiera que me expliques qué cojones pasa aquí? Literalmente, cómo es que está él aquí, en sentido físico o geográfico, y por qué. No, espera, no me contestes a eso. No me digas nada. -Desenrosca el tapón de su termo y bebe un trago de café- Ay, Dios mío, ¿esto ha sido obra mía? Jamás imaginé que... Cuando lo preparé... Oh, Dios mío.

Reggie se ha levantado del suelo con ayuda de las grandes manos de James y se ha puesto una camisa, y tiene las orejas intensamente coloradas.

-Opino que, quizás, si de algo sirve... Era... esto... inevitable. Al menos para mí. De modo que no se eche la culpa a sí misma.

James se vuelve hacia él buscando algo que agregar, pero de pronto Mary lo pincha en el hombro con uno de sus dedos de perfecta manicura.

-En fin, espero que te hayas divertido -le dice- porque si alguien llega a enterarse de esto, estamos todos jodidos.-Luego señala al príncipe -. Y usted también. ¿Puedo suponer que no tengo que obligarlo a firmar un acuerdo de confidencialidad?

-Yo ya le he firmado uno a él- tercia James al tiempo que las orejas de Regulus adquieren un alarmante color morado.

Hace seis horas, estaba apoyado sobre su pecho, soñoliento, y ahora está aquí de pie, medio desnudo, hablando de papeleo. Oh, cómo odia el papeleo

-Yo creo que con eso ya no hace falta nada más- pone un punto James.

-Oh, maravilloso-replica Mary- Me alegro mucho de que hayas pensado en ese detalle. Genial. ¿Cuánto tiempo hace que están juntos?

-Desde..., hum, desde Nochevieja -
Contesta James.

-¿Desde Nochevieja?- repite Mary con los ojos como platos

-¿Esto dura tiene ya siete meses? Claro, por eso tú... Oh, Dios, y yo que creía que estabas trabajando en relaciones internacionales o algo así.

-Bueno, técnicamente...

-Si terminas esa frase, esta noche la pasarás en un calabozo en Egipto

Jameshace una mueca de dolor.

-Por favor, no se lo digas a mi madre.

-¿En serio? -sisea Mary- Literalmente, estás metiéndole la polla a un representante de un país extranjero, que es hombre, en medio del evento político más importante antes de las elecciones, en un hotel lleno de periodistas, en una ciudad llena de cámaras, en una carrera lo bastante reñida como para que sufra un puñetero vuelco por una cosa como esta, una materialización de las preocupaciones que a mí me quitan el sueño, ¿y me pides que no se lo comunique a la presidenta?

-Pues... sí. Yo no he..., esto..., no se lo he dicho. Todavía.

Mary parpadea, aprieta los labios y emite un ruido como si la estuvieran estrangulando.

-Escucha -le dice-. No tenemos tiempo para entretenernos con esto, y tu madre ya tiene bastante de que ocuparse sin tener que asimilar el hecho de que su hijo esté atravesando una crisis sexual del primer cuarto de su vida que amenaza la OTAN, de modo que no se lo diré. Pero en cuanto haya acabado la convención, tendrás que decírselo tú.

Rojo, Blanco y Sangre Negra// JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora