Capítulo 56

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Amanda se acercó a nosotros, su mirada estaba centrada en el grupo de chicos a mis espaldas, luego de revisar una última vez con su mirada y me habló.

—Querida ¿Dónde está April?

—Amanda... Hay algo que deben saber.

—¿Qué sucede?

Sebastian parecía preocupado supongo que presentía que las malas noticias se acercaban. Tomé aire y con la voz entrecortada me dirigí a ellos.

—Lamento tener que decirles esto familia Winslow, pero Chris e Ivan están heridos, hubo una riña con los rebeldes, April también salió herida y justo ahora desconocemos su paradero,  lo siento mucho.

—No puede ser –Amanda cubrió su rostro con ambas manos– mis hijos, mi hija...

Un silencio sepulcral invadió cada rincón de la habitación. Edmund tomó la palabra esta vez tratando de consolar a la mujer de cabellera canosa frete a ellos.

—Mi señora, sé que es algo difícil de asimilar, me imagino que ya todos estamos en la misma sintonía así que permitame asegurarle que todo estará bien. Encontraremos a April sana y la traeremos de regreso con su familia.

Edmund colocó su mano derecha sobre su pecho en forma de promesa. Luego de unos minutos dando los detalles de los acontecimientos, Ivan asignó lugares a cada uno para poder trabajar y descansar.

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El atardecer pintaba los cielos de un anaranjado vibrante, el viento frio movia las hojas secas de los arboles y la hojarasca en las calles viajaba al compás de las desiertas calles de aquel lugar, a las afueras de la provincia en un viejo museo abandonado, en el décimo tercer piso se encontraban un grupo minoritario de rebeldes custodiando el recinto. Asleiin estaba aún inconsciente, recostada sobre una cama cómoda y bien arropada con un suero vía intravenosa y a su costado permanecía el más despiadado de los rebeldes. Se podría decir que desde el incidente hace ya varias horas, Peters no se había separado de la castaña, nunca soltó su mano, ni siquiera cuando el doctor que habían traído a la fuerza la estaba curando.
Ahora mismo continuaba sosteniendo la fría mano de Asleiin y sin querer se había quedado dormido recargado en la cama de la joven.
Mientras tanto, en el pasillo sus compañeros miraban atónitos aquella escena un tanto bochornosa para ellos.

—¿pero que carajos le pasa al idiota de Peters?

—¿de que hablas inepto?

—se ha pasado todo el día pegado a esa chica, tal vez le hizo un embrujo o algo parecido para que el jefe se comporte de esa manera.

—parece que eres idiota, él ama a esa tipa ¿o no te enteraste? Sacrificó a sus mejores hombres ¡todos ellos! Murieron con tal de mantener a salvo a esa desgraciada. 

—ahh, claro que oí los rumores. 

—yo escuché que la misma persona que le jodio el ejército a Peters fue quien le pateó el trasero y por eso estuvo metido en la enfermería. 

—bien merecido se lo tiene, su estúpida obsesión lo tiene cegado, haría cualquier cosa con tal de salvar a su chica. 

—saben, pondríamos sacar provecho de esto, si la secuestramos y luego chantajeamos a Peters.

—lo más probable es que nos busque hasta aniquilarnos por robarnos a su princesa.

—ella tiene razón, no hay que subestimar al jefe.

Retorno: Legión Zombie 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora