Capítulo 14: La fiesta

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Al final, la fiesta se va hacer en casa se un compañero; sus padres no estan y le han dando permiso para la fiesta, en teoria, hay que pagar unos 20 dólares, ya que, la bebida la pone él; cosa que veo muy normal y me parece bien.

Quedé con Amelia a las ocho; nos íbamos a arreglar e iremos juntas a la casa, yo iba con un vestido rojo corto (casi llegaba a mis rodillas) con forma de V, y Amelia, se puso uno con la misma forma pero en negro y con un escote cruzado.

Además, Amelia y yo, llevábamos un bolso, pequeño solo para lo necesario. se puede decir que no íbamos muy elegantes, solo íbamos a pasarlo bien, y yo, probablemente termine siendo la canguro de Amelia y de más gente; no es tan guay ser un sobrenatural.

Ella se maquillo, yo decidí ir, así, natural; tardó poco, aunque también se hico las cosas básicas; vamos que no se maquillo mucho. Llamamos a un taxi, y en apenas unos minutos ya estaba aquí, me sorprendió la rapidez de este; de normal, al ser una ciudad tan grande, tardan mucho más.

Amelia de le dio la dirección, el conductor simplemente asintió; lo cual es extraño, de normal, siempre te saludan o intentan sacar conversación; el taxi nunca va en silencio. Esta vez, tampoco lo iba; Amelia me estaba contando los planes para esa noches; el resumen es que la iba a liar y se iba a emborrachar bien; como buena amiga la apoye.

Llegamos sobre las 11p.m, llegamos a la casa; estaba tan lejos y en una urbanización sonde todas las casas son iguales, que el conductor se perdió unas cuantas veces; no lo culpo, yo cuando vine por primera vez, también me perdí; es más, estuve llamando a todas las casas hasta que encontré la que buscaba.

Pagamos al taxi, y entramos a la casa, James; nos recibió encantado; Amelia le dio el dinero, para según ella, ya tenerlo todo pagado y no tener problemas, y yo tenia la suerte de que James me debía 20 dólares, así que no debí pagar nada.

-Pasad- nos dio la bienvenida- tenéis las bebidas en el fondo, en la cocina- nosotras asentimos y fuimos a por ellas; la música estaba a un nivel considerable, aún no hay mucha gente y se puede caminar; habían unos "juegos" donde debías meter la cabeza dentro del agua y sacar las manzanas; muy típico.

Llegamos a la zona de bebidas; Amelia escogió un ron cola, mientras que yo no estaba interesada en escoger nada; pero antes de irnos, una botella azul claro llamó mi atención.

Pensé; la botella azul claro era un alcohol que solo se puede encontrar en el Callejón Jukor, me eche un poco al baso para confirmar si era eso, y efectivamente, era eso. Si esta botella, esta aquí significa que alguien la a traído.

Es muy común que gente a la que invitas te traiga botellas de alcohol, sobre todo si son fiestas que organizas para un grupo de gente que va a la facultad; que tiene ganas de morirse y de salir de fiesta. La verdad es que me preocupe mucho, no quiero que sepan que soy una más pero por otro lado quiero beber, solo para pasarlo bien. Miro hacia los lados, Amelia no esta. <Es mi oportunidad> pensé, y me serví un vaso.

Salí de la cocina con un vaso, visualice a Amelia; estaba con Erik y Leo, ellos también habían llegado, me acerque y los saludé a todos, nos quedamos unos minutos hablando hasta que se acercó James.

-¡Habéis venido a hablar o a pasarlo bien! ¡Vamos!- Gritó, y tiene razón; ya halaremos otro dia, ahora es momento de disfrutar y de pasarlo bien.

Nos acercamos a al centro de la sala, saludando a los compañeros de curso, y conociendo a otras personas, que aunque no vayan al mismo curso, estaban invitados a esa fiesta. Ya empezaba a llegar mucha gente, los choque entre nosotros empezaban a ser más comunes. El salón, que es muy grande, aunque había más gente de la que podia estar allí dentro.

Los vasos con alcohol iban en aumento también, perdí la cuenta de los que me he tomado, iba mareada, rodeada de gente, y cansada. Amelia no para de dar vuelta simulando que baila bien; aunque vaya más borracha que yo que sé, Leo y Erik estaban perdidos.

Decidí salir al jardín; necesito despejarme un rato, había mucha gente allí dentro, salgo y me siento en la hierva, estoy así, en silencio observando todo, un buen rato hasta que Leo se acerco a mí, y se sentó.

-Noor, al final se soluciono todo, habían unas personas que estaban metiendo mierda de todos, lo descubrimos por una grabación de voz, gracias por la ayuda- me dijo refiriéndose al problema uqe tenía con unas personas, yo me alegre por el- ¿Y tú?- pregunto yo le mire interrogante.

-¿Que pasa conmigo? - pregunté, no sabia de que hablaba.

-Viniste, aquí a New York, por un problema con unas personas, ¿Lo hablaste con ellas? Parecías feliz recordándolas- me comentó- nunca puedes vivir completamente cuando el pasado no esta cerrado- me aconsejó.

-Thouchè, pero hay veces que es mejor olvidar y dejarlo pasar- respondí.

-Ya, pero huir no suele ser la solución- dijo levantándose- piensa en ello, el pasado vuelve, Noor, y esta más cerca de lo que parece- dijo mientras se iba.

Es última frase me dejó helada, ¿Cómo que el pasado vuelve y esta más cerca de lo que me espero?, es imposible de que vuelva, no aún. No cuando no estoy lista para enfrentarlo. Aunque esto no en base en estar lista.

"El destino es impredecible, sobre todo si huyes de aquello a lo que tienes miedo vivir o recordar, solo sigue tus instintos."

No se porque esa voz sonó cuando me quede mirando la luna. Desvió la mirada hacia la carretera, me quedé sin aliento cuando volví a verle; El viejo Loco. ¿Logró escapar? ¿Qué hace aquí? ¿Cómo sabe donde estoy? Me froto los ojos y me levanto; ya no esta. Busco con rapidez el teléfono; las 2 a.m, es temprano para terminar una fiesta, pero para mí, ya es muy tarde. Y no solo me refiero a finalizar la fiesta, es tarde en todos los sentidos.

Entro en la casa en busca de Leo, necesito que me explique lo que esta ocurriendo aquí, lo busco y lo busco, pero no encuentro nada, Amelia me llama; se quiere ir ya; y yo la apoyo, no tengo ganas de continuar aquí.

La Maldición Del Hipogrifo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora