Capítulo 24: Más cerca de lo que crees.

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-Bien comencemos; ¿Dónde estuviste la noche del 20, más exactos a las 2 a.m de ese dia?- No le podia responder la verdad, ese fue el dia donde descubrí que Jake, tenia a su madre muerta.

-En mi casa- mentí con mucha naturalidad, no me altere ni nada; eso si era bueno.

-¿Segura?- pregunto, mi respuesta fue afirmativa- Hasta donde tengo conocimiento, tu 'casa' esta en New York; eso queda a unas 5 horas en coche, imagínate andando- me perforó con la mirada, me quedé estática-Te lo repetiré otra vez; ¿Dónde estabas el día 20 a las 2a.m de la mañana?- aumentó su todo de voz.

-No es de tu incumbencia- dije cortante- ¿Como sabes dónde vivo?- pregunté firme.

-No me cambies de tema; y es de mi incumbencia cuando corre peligro la vida de mi paciente- levanté la ceja.

-La vida de nadie está en peligro; por eso no te tienes que preocupar-  dije con el mismo tono.

-Mira; si no colaboras tengo órdenes de que puedo utilizar la fuerza para hacerte hablar; Tú eliges, lo podemos hacer por las buenas o por las malas, "Kera"- dijo, manteniendo la calma.

-¿Harías daño a una persona que le cuesta respirar? Que agresividad- respondí.

-Perdona mis modales; no era mi intención que se mal interpretara esa última frase- dijo con una sonrisa falsa- Lo que quería decir es; que lo podemos hacer por las buenas, como es mi intención hacerlo; o por las malas, voy a la comisaria, pido una orden y te arrestan, unos años, por desobedecer a la autoridad.- dice con mucha tranquilidad y una sonrisa que, sinceramente, me dan ganas de borrar de su rostro.

-¿Arrestarme? ¿A mi, porque?- dije indignada; no alarmada- En ningún momento he desobedecido a la justicia; no eres un agente, muy probablemente, y sin miedo a equivocarme, lo puedo afirmar- conteste.

-Eres inteligente, Kera, pero tengo contactos, que me pueden conseguir las pruebas necesarias para conseguir la orden y enviarte dentro del calabozo- me volvió a contestar.

-¿falsificación de pruebas?- negó- no hago nada; simplemente, apelo a mi derecho, como ser humano, a no tomar declaración y me vienes diciendo me detendrán por años; haz esto, te vas, vienes con una orden; una orden que sea valida en este territorio, traes a un policía y, con gusto os acompaño a la comisaria y me haces las preguntas que quieras.- dije lo más amable posible; se notaba que se me estaba acabando la paciencia.

-Es tu última oportunidad, Kera, no te recomiendo que me obligues a ir a por un policía- me aconsejó- los policías por aquí son muy violentos, tu no los conoces así ¿verdad? En la gran ciudad son más buenos- no me sorprendí, a decir verdad estaba muy calmada.- Hay, perdona, Kera; se me olvido de que eras una humana, no sabes de lo que hablo ¿verdad?- Saque mi lado artístico y me hice la loca.

-¿Como que humana?- dije fingiendo una clara expresión de confusión- no se de que me hablas; yo, hace dos años, ya vivía en New York; es más, llevo viviendo allí toda mi vida, no se de que hablas- hice como que no sabia nada; parecía haber funcionado.

-En base con tus experiencias con los hombres lobo, creo que te lo puedes imaginar, que eso no va colar, ¿No crees, Noor?- dijo tranquilo, estaba muy atenta a sus palabras- Además, creo que también sabes que somos muy, como decirlo, muy amantes de los hipogrifos. Tú bien lo sabes- nos mirábamos fijamente; no todo el mundo conocía mi pasado.

Por mucho que quisiera salir corriendo de allí, me quedé estática. (además, claro de que no podía correr) tenía muchas preguntas; ¿Quién era ese tío? ¿Qué era lo que realmente buscaba de mi? ¿Quién lo había mandado? Es obvio que todos saben que estoy aquí; no he pasado nada desapercibida, pero mandarme a una persona que, básicamente, me esta amenazando ¿És necesario?

-Mira, dile al Alpha que me deje en paz, ¿Crees que no lo sabía? ¿Crees que te voy a decir lo que realmente hice ese dia? No soy estúpida; soy más inteligente de lo que crean; tú, tu Alpha o cualquiera que me conozca- dije desafiante; no era mentira, lo sabía de sobra, ¿Por qué no mirar las cámaras de este sitio? ¿Por qué venir aquí, personalmente, para preguntarme? Esas preguntas le delataron.

-Pero, si la hipogrifo, piensa y todo; vaya, ¿Qué me delató? ¿La voz? ¿Mis ganas de mataros?- se puso la mano en el bolsillo, y se acercó- ¿Lo recuerdas, Noor?- me lanzo una pulsera, una quemada y desgastada por el tiempo; la cogí y la revisé bien, no tenia nada de especial.

-No la reconozco, ¿De que pobre victima es?- pregunte, mirándola.

-¿Enserio? ¿no lo sabes? Vaya, mira el numero de serie- dijo, lo busque; limpie unas partes que estaban sucias; "Número de serie; este numero se corresponde con el número de cada nombre; 0217.N" ¿Qué cojones...? Miro otra vez a la persona. Esto no me lo esperaba.

-Que recuerdos tan bonitos me trae esta cosa- dije con sarcasmo, busque el botón ¿Debería llamar? No; los doctores pueden interferir.

-¿A que si? El Alpha, me aconsejo que lo trajera, ya sabes por si acaso- Me miro con superioridad- Estamos más cerca de lo que crees, Noor, y debes elegir ya un bando; con ellos o en contra de ellos- Se acerco muy peligrosamente a mi- ¡Elije! El Alpha necesita tus servicios; debes entrenar- dijo firme.

-No iré; me niego a obedecer a nadie más que no sea yo misma; dile a tu Alpha, que no me busque más y que esto- cogí la pulsera y se la entregué lo más educadamente que podia- se lo guarde como recuerdo- me miro muy mal; su furia aumenta. Se acerco peligrosamente a mi, con pinta de que aquí se va a iniciar una pequeña pelea, que bien.

-¡Esta ahí!- entraron dos guardias apuntando a hombre lobo, este sin muchas ganas levanta las manos- ¿Estas bien, Kera?- una voz vagamente familiar me pregunta. Mi corazón, se para; no de la emoción sino del miedo.

La Maldición Del Hipogrifo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora