Escucho unos pitidos, mientras despierto desorientada y cansada, en una habitación desconocida pero, que a la vez ya la había visto antes. Parecía estar drogada, ya que me sentía en una nube. Mi vista no enfoca mucho; para que nos vamos a mentir, no enfoca nada.
Con mucha concentración consigo enfocar algo; solamente veo una maquina blanca junto a unos cables que conectaban directamente con mi brazo, también tenia un gotero el cual estaba agotado.
Me retuerzo de dolor, soltando un pequeño gemido de dolor, esto ocurre cuando siento unas manos en mi hombro; no exagero, el dolor és muy agudo.
-Hay, perdón- dijo una mujer- pensé que el hombro no te dolía- dijo con una voz dulce- Tuviste suerte ¿Sabes? No todo el mundo resiste al mundo de los demonios; pensé que ibas a morir- continuó hablando.
»Tienes mucha suerte, Kera; sobreviviste al mundo de los demonios y a una operación complicada para ponerte las costillas bien y curar tus pulmones. Los tenías perforados por las costillas, y debido a eso tu cuerpo reaccionó curandolos pero tenías las costillas incrustadas allí dentro; casi mueres.
»Pero ¡Lo importante es que estás bien ahora! Y eso es muy bueno, estuviste casi tres semanas aquí; ahora que estás casi estás curada, te enviaremos a casa. Estaba cerca ¿No? Según me comentó... ¿Quién fue? No recuerdo bien ahora. Espera.
»¡Mari Loli! ¿Quién fue el que dijo dónde vivía...? ¡Ya nada, ya me acuerdo! Fue un niño llamado L ¿Qué tendría, unos 8 años?. Espera. ¿Yo porque te estaba diciendo esto? Ah sí, ya me acuerdo; es porque te vas a casa, pero que te vayas a casa no significa que puedas salir de fiesta por ahí, eh. Que yo también he sido joven.
»¿Sabes? En mi juventud conocí a mi actual marido; con el cual, he tenido mis mejores momentos, Ay. ¡Como echo de menos las verbenas y la juerga! Disfruta de tu vida; pero hazlo con responsabilidad. ¡Quien sabe, tal vez encuentres también una persona que te quiera! O bueno, ¡La soledad también esta bien! Tengo una hermana que no se casó; y esta mejor que nunca.
»Volveré dentro de un par de horas para ver cómo estás; No te muevas mucho ¿Quieres un calmante para el dolor? Te lo echaré en el suero nuevo; así no harás ningún esfuerzo para tomártelo... ¿¡Pero en que estoy pensando?! Te mataré si te echo otro. Si necesitas algo llama al botón que tienes en la mano. No tengas miedo, ¡Estamos aquí para ayudar!
Estaba impactada, esa es la palabra que ahora mismo me define perfectamente, creo que nunca había conocido a alguien con tantas capacidades para darse conversación a si mismo; yo no había abierto la boca en ningún momento.
De repente, entra otra mujer, esta joven; apenas tendrá unos años más que yo. Me mira de arriba a bajo, haciendo muecas de disgusto, parece que no le hace ninguna gracia estar allí, conmigo. Bufa frustrada; y esa teoria es confirmada cuando empieza a hacer berrinches.
-¡Que es este tipo de broma pesada! ¿Tengo que cuidar a una lisiada? ¡Y encima humana!- hace una mueca de disgusto- Que asco- me miro con desprecio- Para estar así, mejor que estés muerta, ¿no crees?- Dijo mirándome. Hago el esfuerzo de intentar levantarme, ignorando el dolor que me recorre por todo el cuerpo, aunque como era de esperar, fallo en el intento-Ni si quiera se que haces aquí; este no es un lugar para gente como tú- Los latidos en la máquina van en aumento y con ello también me duelen los pulmones.
Si supiera esa mujer loba que, si quiero, puedo matarla en menos de lo que canta un gallo... si fuera ella me callaría un rato. No hablaba, pero la miraba con mala cara, con muy mala cara. La enfermera de antes llega a la sala, encontrándose con la penosa escena que estábamos montando; como si tuviéramos cinco años.
-¿Que pasa aquí? ¿Kera, estas bien? Debes calmarte, no es bueno para tus pulmones.- Se acercó a mi, posando una mano en mi mejilla, sentí la calidez de una madre; algo que nunca había sentido antes- Astra, ¡Deja de molestar a los pacientes! Si trabajas aquí es porque le das pena al que gobierna aquí; tu tarea no es muy difícil hacer compañía a los paciente que lo pasan mal- suspiro- Hablare con el gobernante; hare que te echen por mala conducta- concluyó; poco a poco retiro la mano. Astra se fue.
Levanto la mirada conectando con los ojos de la señora; fijándome bien, se parece mucho a la chica de aquella foto; la que estaba junto con los niños y aquel hombre, son prácticamente idénticas. ¿Es ella? Imposible; son muy parecidas, pero no son la misma persona. La señora me sonrió con ternura.
-Descansa, a sido un dia ajetreado, sobre todo, para ti; te lo repito si necesitas alguna cosa llama al timbre- dijo con un tono calmado. dicho esto se fue, yo me recosté con cuidado en la cama.
No entendía nada, tenia la cabeza hecha un lio, pienso en la conversación de antes, ¿L? ¿Quién cojones es L y porque toma decisiones por mi? Además, ¿no era solo un niño? Dijo que podria tener unos 8 años; no creo que un niño a esa edad pueda tomar ese tipo de decisiones ¿No? Debe haber algo más; esta claro que si, no se alguien que se este ocultando o alguna cosa.
Me quedo un rato más acostada; no se cuanto tiempo pasa, pero parece ser que mucho, porque la habitación se torna más oscura, me intento levantar de la cama; estoy aburrida, y ya me encuentro mucho mejor, hago unos intentos, pero antes de que consiga lograrlo un señor vestido de traje, entra por la puerta.
-No deberías levantarte-dijo serio- Es peligroso y se te pueden abrir las cicatrices; no te lo recomiendo- me aconsejo.
-¿Quien eres?- pregunte; en serio ¿hoy es el dia de las vitas o que pasa?
-Ahora no importa; en un futuro, ya podremos hablar, pero de momento no- se quedó pensando- Kera, ¿Te puedo hacer unas preguntas?- asentí con desconfianza; y este entró muy descaradamente en mi habitación.
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La Maldición Del Hipogrifo.
FantasyA los que muchos creen, los Hipogrifos son animales mitad grifo, (mitad cuerpo de León y mitad cierto de águila) y mitad cuerpo caballo. Os lo describo mejor, pico afilado, patas traseras y cola de caballo. Así es cómo se puede describir a una raza...