Capítulo 6: ¿broma sobre los hipogrifos?

5 1 0
                                    

Al dia siguiente mi rutina no canvio; me levante, salude al portero Luis, fui a la cafetería, me pedí lo mismo, lo pagué y me fui, siempre es la misma rutina, es tan exacta que hay veces que pienso que el dia se repite, debo buscar algún pasatiempo que me distraiga. Reviso los mensajes; contesto "Vale, hoy al medio dia" al final, la quedada se adelanto y de paso comeremos juntos.

Esta vez decido ir a mi apartamento, decido hacer una mini sesión de series hasta la hora, al menos, he cambiado un poco la rutina, no es un gran canvio pero supongo que servirá.

(...)

-¡No me jodas, así no son los hipogrifos!- grite hacia la televisión, resulta que la mini sesión de series se convirtió en una mini sesión de documentales sobre criaturas mitológicas, y resulta que a todas las otras especies, (Brujos, licántropos, vampiros... ) las pinta como si son los mejores, no hacen nada malo... cosas así, y resulta que los Hipogrifos (o, animales mutantes, como lo define ese documental)son malos, despiadados, asesinos... Sí, seguro, ¡pero si no maté a ninguna persona!

Apago la televisión, enfadada, y me preparo para irme al restaurante, estaba lejos y necesitaba que un taxi me llevara al sitio. Me pongo una sudadera roja junto unos pantalones largos de color blanco; una terrible idea si eres torpe como yo, pero me da igual, llamó al taxi y en muy poco tiempo ya me espera abajo, en la calle.

El camino hasta el restaurante se me hace corto, tanto que apenas me da tiempo a pensar sobre el mensaje de ayer ¿Qué nos tendrá que decir? ¿Consejo, para que?, pago al taxista y me bajo del coche, le agradezco y entro en el restaurante, una vez allí dentro rápidamente identifico a mis amigos; Leo, abreviación de Leonardo; Amelia, o más conocida como la anti-ley; Erik; el prisas y yo, que soy la canija.

-Hombre, mira quien por fin llegó- me saludó Leo- ¡Gracias por venir!- me abrazó.

-Solo espero que no sea una mentira, eh, que nos conocemos- le advertí- Llamarnos llorando porque no puedes abrir un bote de pepinillos no es una emergencia- le recordé, este asintió, y mientras iba a saludar a los demás, escuche un "rencorosa" por lo bajo.

-Bueno, vamos a comer - dijo Amelia, todos coincidimos con ella así que pedimos; de primero una Paella de carne para compartir y de segundo rodaballo al horno.

(...)

Tres botellas de vino, unos cubatas y unos chupitos después, Erik y Amelia estaban medio borrachos, por no decir que iban peor, y Leo estaba pensativo, supongo que no sabe como decirnos esa noticia, me acerco a él, este me mira y me sonríe.

-Vaya, sabía que iban a terminar mal pero tampoco de esta forma- dijo refiriéndose a Amelia y a Erik- ¿Como es que a ti, no parece afectarte el alcohol?- me reí, esa si era una ventaja de ser un hipogrifo o, directamente, de ser cualquier ser sobrenatural; solo nos afectan alcoholes muy concretos, que a una persona normal podrían matar, en mi casa si que tengo algún que otro alcohol, pero apenas los utilizó, más que nada por las consecuencias que causa.

-No sé, será resistencia- dije riéndome- Dime, que te pasa te noto muy pensativo- le dije con sinceridad.

-Nada, te lo juro, es solo que tengo un problema con unas personas, no se como llevar la situación, es extraño- me explicó, yo le abrace.

-Es difícil, ¿es alguna persona con la que tienes amistad?-asintió-¿sabes? Yo estoy aquí, en New York, también por culpa de un problema, en su día simplemente hui- Leo estaba muy atento- me fui como una cobarde, lo deje todo y a la vez no deje nada; no tenia nada material, lo único que me conectaba a ese sitio eran unas amistades, que, bueno por cosas de la vida no pudo ser.

>>Y me referiero a que lo deje todo, porque deje mis raíces allí, deje una parte de mi, deje algo que me identificaba; no dejes que nada ni nadie lo arruine, si esa persona en realidad es una buena amistad no te preocupes que volverá y lo solucionareis, pero hazme el favor y no huyas.-tenia la sensación de que me quería preguntar alguna cosa, pero Erik lo interrumpió.

-¿Sabeisssssssss un chistecito muuuuuuyyyyyy chuli?-nosotros negamos- ¿Sabeissss que hace el hipo y un grifooooo?-cerre los ojos con fuerza-¡pues un HIPOGRIFO!-madre mía, no se si reirme, llorar o indignarme. Mejor dicho, voy hacer las tres.

-Muy bien, para casa todos- sentencie, Amelia y Erik en un principio se negaron, pero terminarán accediendo.

-No te preocupes, Noor, yo les llevo- se ofreció, asentí, y cada uno nos fuimos por su cuenta, obviamente, Leo acompaño a Amelia y a Erik, y yo volví a casa andando, no me apetecía volver en taxi; no era tarde así que me daba tiempo a llegar a casa antes de que anochezca.

Aunque haya sol, aquí continua haciendo frio, una frio tanto externo como interno; aunque haya pasado tanto tiempo aún tengo el sentimiento de traición, pero no de venganza, no me permito sentir venganza; aunque me hayan mentido, traicionado, y despreciado no pudo olvidar lo hicieron por mi, aunque sea todo mentira.

llegando hacia mi casa, casi una hora después, los pensamientos y los recuerdos se apoderan de mi, flashes vienen y van; "animalucho...; no sirves para nada...; por mi te habría dejado morir...; " caras y expresiones. Me paró en seco, la parte buena es que a estas horas no hay nadie en la calle.

Una sensación rara en el pecho me hace subir la mirada al frente y me quedé estática; estaban los dos, Zoel y H, sin expresión en sus caras, cerré los ojos muy fuerte, y cuando los volví abrir ya no estaban. ¿Ha sido una visión? Seguro que sí, estoy muy lejos de ellos, es imposible. No saben donde estoy .

La Maldición Del Hipogrifo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora