Ep. 56 - Emociones

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Acariciaba mi cabello cuando le hacía esa mamada, lo masturbaba usando mis manos, mi lengua y mi boca, en ocasiones sentía como él se movía para follarmela hasta que se detenía y yo seguía con mi trabajo. Levanté la mirada observando lo mucho que él lo estaba disfrutando.

Acaricié la punta y la lamía dejando saliva por todos lados. Cuando volví a metermelo entero, Hanbin agarró mi cabello con fuerza para ingresarlo hasta el fondo. La respiración se me acortó, invadió mi garganta sintiendo como si raspara, si no me dolía por el resfrío, me iba a doler por esto.

Me comenzó a follar la boca de nuevo, jalando mi cabello con fuerza, aquella escena era muy excitante, mi cuerpo se llenó de diferentes sensaciones, no quería que se corriera ahí mismo, quería que me follara antes.

Quería parar para decírselo pero estaba muy entretenido jugando conmigo y mis arcadas no ayudaban mucho.

-Mierda -dijo casi gruñendo deteniéndose en el instante

Me levantó y quitó la bata dejando mi cuerpo a su disposición, me besó el cuello directamente, era una de mis zonas erógenas y él lo sabía, no pude evitar gemir al sentir su lengua en ese lugar. Me acarició las nalgas apretandolas con fuerza.

-Acuéstate -ordenó y yo hice caso sin chistar

Estaba a punto de abrir mis piernas hasta que él se colocó encima de mí y me giró boca abajo dándome una fuerte nalgada que me hizo gritar.

-Mierda... -gruñí en medio de la almohada

Su lengua invadió mi entrada y la llenó de saliva comenzando a estimular aquella zona con su boca y dedos. Comenzó a darme más nalgadas, una más fuerte que la otra, me encantaba tanto que hiciera eso, me ponía cada vez más caliente.

-Ponte en cuatro -apenas escuché eso me levanté apoyando mis manos y rodillas en el colchón

Estaba esperando desesperado que iniciara de una vez, siempre me hacía esperar de cualquier manera. Hasta que lo ingresó, sentí como si me rompiera ya que lo hizo con fuerza. Gemí agudamente sintiendo como aumentaba la velocidad.

Tomó mis brazos sosteniendolos hacía atrás mientras daba sus estocadas en mi interior, mis piernas se sentían débiles, en cualquier momento sentía que me iba a caer.

Soltó mis brazos sin previo aviso haciendo que me golpeé contra la almohada, quería reponerme pero Hanbin colocó todo su cuerpo sobre mi espalda, su peso impedía que me moviera así que no hice nada. Sólo disfrutaba.

Colocó su mano en mi boca cubriéndola impidiendo que siga gimiendo arremetiendo con fuerza sobre mi. Se sentía tan bien que parecía que me iba a desvanecer.

Me quitó la mano y me rodeó el cuello con todo su brazo a modo de asfixia. Eso era algo que también me encantaba. Mi cuerpo estaba tan caliente, con cosquillas en mi abdomen bajo, a punto de correrme y con los ojos llorosos.

Se acercó a lamerme la oreja y la mejilla gimiendo con una gran sonrisa en el rostro al igual que yo.

-Me encantan tus gemidos -mencionó con agitación

Yo no respondí, no podía, el aire no podía entrar ni por la nariz, gemí ahogadamente como respuesta y él rió comenzando a moverse más rápido.

Mi pene estaba muy duro, me iba a correr, no quería hacerlo antes de tiempo pero no pude aguantar más, lo expulsé todo mientras él se estimulaba conmigo.

Poco después, él antes de venirse salió de mí volteandome de la cama, al ver que el líquido estaba a punto de salir abrí mi boca. Él soltó un fuerte gemido dejando toda mi cara manchada de semen y lo poco que quedó lo colocó en mi boca, le gustaba hacer eso.

Él deslizó con su dedo un poco del semen de mi cara para que lo tragara todo y me dio unos golpes en la mejilla.

-Buen chico -sonrió yendo hacia el baño

De repente mis pensamientos volvieron a mi y me pregunté que mierda acabo de hacer. Maldita sea.

Tomé papel higiénico y me limpié todo el rostro, pero aún así se sentía pegajoso, así que esperé que Hanbin saliera del baño para ir a lavarme la cara.

Vino directo hacia mí y yo lo evité caminando hacia el lugar mencionado mirándome al espejo con decepción. Me lavé la cara pensando en los enojados que estarían Matthew y Taerae, pero tampoco es que les vaya a decir, después de todo, no voy a ver a Hanbin de nuevo.

A menos que él me lo pida...

No, no, ¿qué mierda dices Hao?

No.

Salí del baño viendo a Hanbin acostado en la cama, al parecer había cambiado las sábanas. Me acerqué a él despacio esperando que me diga algo.

-Ven, acuéstate -extendió los brazos como si quisiera abrazarme, así que me eché a su lado

-No tengo ropa de dormir, estoy desnudo

-Así estás bien -me rodeó la cintura con sus brazos cubriéndome con las sábanas -mi cuerpo te dará calor -susurró. Lo abracé también, cerré los ojos sintiendo cansancio al instante, es muy probable que me enferme pero al menos disfruté de la estadía de sus sábanas -¿te gustó?

-S-sí -asentí con una leve sonrisa mirándolo a los ojos

-Cuando quieras estoy disponible

-¿Cuando yo quiera o cuando tu quieras? -pregunté sarcástico

-Yo jamás te escribí -volvió a decir -pero estoy feliz de que hayas venido -me abrazó con más fuerza depositando un beso en mi mejilla

A estas alturas no sé si hablaba en serio cuando decía que no fue él quien me escribió, pero ya no importa. Al menos todo el odio que tenía guardado había desaparecido.

Quizás era esto lo que necesitaba.

Hilo Rojo ~ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora