Ep. 105 - Extremo

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-Ah, ah, ah, ah... ah, ah, ah, ah

Mis nalgas rebotaban sobre la pelvis de Hanbin, quien estaba acostado en la cama con sus manos en mis caderas observando la sensual vista.

Yo gemía, moviendo sus glúteos para sentir su polla rozando mi interior, mientras apoyaba las manos en sus piernas para no perder el equilibrio.

Él se levantó de un momento a otro, cargándome con fuerza para llevarme al gran ventanal, a la vista del resto de los edificios, justo ahí, me giró y me apoyó contra el vidrio embistiéndome una y otra vez.

De cierta forma era excitante, me hacía recordar los viejos tiempos, todas las veces en las que nos arriesgábamos y lo hacíamos en lugares públicos.

-Hanbin... mgh... mgh... ah, ah, ah, ah...

-¿Te gusta, bebé? -jadeó -¿quieres que te de más duro? -mordió mi lóbulo y gemí de acuerdo al escuchar, empujó su pene mucho más adentro con velocidad

-Mgh... sí... así... más...

En esa misma posición, me tomó de las piernas y pelvis, alzándolas hacia atrás para rodearlo, y yo apoyé mis manos en el vidrio. Él embestía sosteniéndome con firmeza para que no cayera al suelo, ya que estaba el aire.

Aquella posición hacía que mi cuerpo empiece a temblar, sobre todo mis piernas, había perdido el control sobre ellas. Mi punto era sometido por las deliciosas estocadas.

-Hanbin... para... me voy a correr... -dije, pero él no me hizo caso y siguió embistiendo, tal y como me gusta

Luego, me bajó, y apenas pisé el suelo con la punta del pie, perdí el equilibrio y me caí. El orgasmo se intensificó haciendo que mis piernas palpiten al igual que mi miembro, el cual brotaba aquel1 líquido pre-seminal del glande.

Hanbin al verlo así, me nalgueó y me cargó ahora mirando hacia él. Me abrió las piernas en el aire y me penetró con dureza logrando que soltara un fuerte grito seguido de varios gemidos.

-Hanbin... para... para... -supliqué, pero este me ignoró nuevamente

Si cedía a sus súplicas no iba a correrse en ese instante, y el contrario, por otro lado, ya sentía que su líquido saldría en cualquier momento.

El sudor de ambos se combinó. El orgasmo pudo más y casi me caigo, pero el me tomó entre sus brazos recostándome en la cama de vuelta.

Esta vez, ambos nos corrimos al mismo tiempo, entre fuertes gemidos de lujuria y deseo. Hanbin sintió como mis paredes presionaban su miembro gracias ante líquido derramado. La sensación de orgasmo persistió por un largo rato, haciéndome temblar.

-Me alegra que te haya gustado -susurró al verme en ese estado, tan vulnerablemente sexy

...

Desde ese momento, llevé mi vida hasta otro extremo. Fue porque me molestó el hecho de que Matthew nunca tomara en cuenta cada cosa que le contaba. Pero también fue porque Yeonjun me engañó.

Desde que me fui de esa casa me sentí mucho mejor, y aún más desde que no tenía mi celular, aunque suene loco me siento incluso mejor sin tenerlo cerca. Además, estaba pensando en comprar uno nuevo.

Lo único que hice fue dedicarme a escribir. Digamos que estos días con Hanbin me devolvieron la inspiración. Era como mi musa.

Mi idea de una relación tóxica seguía en pie, pero esta vez quería agregarle cosas más picantes, algo quizás más sexual...

-¡Hao!

-¡Ay! -en ese momento, él llegó interrumpiendo mis pensamientos -¿qué pasó?

-Perdón por asustarte, bebé, quería decirte iré a una fiesta por aquí cerca, no sabía si querías ir conmigo...

-¿Fiesta?

-Es algo... muy fuerte para ti, es algo... -intentó buscar la palabra adecuada -¿nudista?

-Puedo ir -dije con seguridad viendo como él parecía sorprendido

-Okey... -sonrió -¿entonces no te importa coger conmigo frente a otras personas

-¿Cómo dices?

-De eso se trata la fiesta

-¿Pensabas tener sexo con otras personas?

-Quizás... -se encogió de hombros

Yo giré mi vista a la laptop con molestia, ni siquiera supe porqué me molesté, él y yo no éramos nada más que amigos con derechos, no habíamos establecido ningún tipo de regla, y mucho menos habíamos hablado acerca de hacerlo con otras personas.

Pero tal vez me molestó el hecho de saber que no soy exclusivo para él. No sé que esperaba.

Al final, fui a aquella fiesta. Era en un local clandestino, nadie podía entrar a menos que dijeras una contraseña, y esa era "tomate", nunca me había cuestionado como es que Hanbin conocía a esta gente. Apenas entraba y todo el mundo le saludaba, y juraría nunca haberlos vistos en sus carreras.

-¡Hanbin!, viniste -una chica se acercó a él a darle un beso en la mejilla -pensé que no llegarías, ¿quién es él?

-Es mi amigo -respondió rápidamente apretando mi hombro y yo sólo sonreí, aunque en el fondo me quedé confundido

¿Amigo?

Si siempre me había presentado como si novio, ¿ahora soy su amigo?, y ¿por qué justo con ella?, ¿acaso siente algún tipo de interés?

-¿Pasa algo? -preguntó

-No, nada... -fingí sonreír. Seguro que él se dio cuenta que lo forcé, pero igualmente siguió adelante, adentrándose en el club

Era verdad, toda la gente en el lugar estaba desnuda. Algunos bailando, otros tomando, fumando, la gran mayoría teniendo sexo.

-Por favor, quítense la ropa -una chica también desnuda se nos acercó con unas bolsas para que ahí coloquemos nuestras prendas

¿En qué me metí?

Hilo Rojo ~ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora