Para el mundo, las relaciones amorosas debían ser perfectas, pero ellos eran demasiado imperfectos para el mundo.
A Hanbin le gustaban las motos, el color negro y las fiestas, mientras que Hao amaba los libros, la tranquilidad y quedarse en casa. Er...
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Apagué mi celular y lo puse en silencio, el auto se había detenido justo en el local donde sería la fiesta. Nosotros bajamos y entramos.
—¡Hanbin llegaste!
—Hola, Hanbin
—Hanbin, te ves muy bien
—Tan guapo como siempre, Sung Hanbin
Él eran tan popular, muchas veces en estas situaciones me sentía pequeño a su lado y sólo quería esconderme detrás de él para no ser notado.
—¿Qué cóctel quieres?, escoge —me entregó la carta
—Hum... —le habría prometido que bebería algo, aunque no sé porqué lo hice si sabía que no iba a soportar ni un sorbo de alcohol —este, se ve bonito
—Ese es un daiquiri de fresa, yo voy a pedir uno de durazno
—¿Tiene alcohol?
—Todos tienen alcohol, mi vida, pero no es mucho, no te preocupes
Creí que no sería tanto alcohol, pero apenas nos trajeron las bebidas olía a alcohol, y al tomarlo sentí el sabor ese mucho más de lo que era la fruta.
—Está horrible —dije rápidamente haciendo una mueca de disgusto
Él sólo se rió de mí y siguió bebiendo como si nada. Yo observé en silencio, no sabía de qué hablar, me quedé mirando hacia todas las direcciones esperando que él dijera algo hasta que escuché entre toda la bulla como se aclaró la garganta
—Juguemos un juego, el que pierde tiene que tomar el vaso entero
—¿Qué?, no pienso aceptar
—¿Por qué?, es una copita pequeña
—Pero no me gusta tomar, me voy a terminar emborrachando
—Pero me prometiste que ibas a beber, grabé tu audio, ¿quieres oírlo?
—No, no, así está bien, voy a tomar...
—Bien —sonrió de forma ganadora —el juego se trata de hacer una pregunta acerca de uno mismo el otro tiene que acertar, si te equivocas tienes que tomar
