Ep. 109 - Influencia

97 22 23
                                    

Desperté desnudo al lado de Hanbin, sintiendo su aroma entrando por mis fosas nasales. El simple hecho de verlo alegraba mi día. Me levanté de la cama para dejarlo dormir y salí de la casa un rato para hablar con la editorial que publicaba mis libros.

Estaba en proceso de publicar uno nuevo, y ya iba más de la mitad de este, escribir mientras estaba enojado fue de mucha ayuda, incluso las veces en las que estaba triste no podía parar de teclear. Las emociones fuertes hacían que me inspire mucho más que cuando estaba tranquilo.

Sólo que ese día no esperaba sentir tantas emociones. Esperaba comprar comida para volver a casa junto a Hanbin, pero el chico con una maleta en la mano me interrumpió.

—Hao... aquí estás...

—Yeonjun...

No podía creerlo, era verdad que adelantó su graduación para volver, no entendía que quería, yo no quería ver.

—Gracias al cielo estás aquí —me abrazó, como si nada —es el primer lugar al que vengo después de bajar del avión

—¿Qué quieres, Yeonjun? —pregunté con molestia

—Hablar contigo, sobre el malentendido que viste...

—No necesito hablar nada contigo, yo ya lo entiendo todo, te aburriste de todo, saliste de fiesta, te olvidaste de mi y te besaste a otro

—Hao, espera —me detuvo —de verdad quiero hablar contigo... ¿en serio quieres tirar 5 años a la basura por un video estúpido?

Pensé por un momento, y es que ahora no estaba seguro lo que quería. No estaba seguro de nada, por lo que de todas formas lo acompañé, esperando encontrar la excusa más barata posible.

Y no sé porqué quería esforzarme en no creerle, cuando una voz en el fondo me gritaba que aquel beso no fue intencional... no sabía que hacer.

—¿Por qué me trajiste a tu casa? —pregunté con incomodidad, esperaba que no fuera porque quería aclarar las cosas frente a sus padres y que estos se pongan de su lado

—Tranquilo, solamente está mi mamá

—¡Yeonjun! —corrió a abrazarlo —querido hijo mío, justo hoy pedí permiso en el trabajo para poder hacerte tu plato favorito, ¡ya estás graduado!

—Hola, mamá, yo también te extrañé mucho —sonrió, pero al ver la cara de la mujer cambiar al verme, supe que no tenía nada bueno que decir

—¿Qué haces este?

—Mamá, no le hables así a Hao

—Discúlpame, hijo, pero él simplemente agarró sus cosas y se fue sin decir nada, seguro que se fue con ese chico...

—¿Qué chico?

—Yeonjun, me dijiste que querías hablar —interrumpí antes que ella siga abriendo la boca

—Sí, ¿nos disculpas un momento, mamá?

—Claro hijo, lo que digas

Subimos a la antigua habitación en la que todas las noches dormía a su lado, aunque todo aquello ahora se sentía tan indiferente. Se sentó en la cama y me llamó a su lado.

—Hao... quiero que me escuches con atención, sin interrupciones, sin comentarios impulsivos ni nada de esas cosas... nunca hemos peleado y no quiero que lo nuestro acabe, tu sabes todo lo que intenté para estar contigo...

—Bueno, pero dime —me crucé de brazos dispuesto a no creer nada

—Esa noche había salido con un grupo de amigos, tanto chicos como chicas, fue una fiesta tranquila un fin de semana en el que íbamos a celebrar el cumpleaños de Claudia, una chica del curso —lo miré a los ojos esperando que los desvíe, pero era muy serio con sus palabras —tomamos demasiado entre juegos y esas cosas, y ni siquiera recuerdo como llegamos a ese beso, en ese momento yo ya estaba muy ebrio, tanto que terminé vomitando en el auto de un amigo

—¿Y quien es ese chico?

—Se llama Yuto, es japonés, pero él tiene novia y fue ella quien nos grabó, si quieres puede llamar a preguntarle, es la completa verdad

Me quedé pensando por instante, sonaba muy sincero, ya no tenía nada como para seguir peleando. Y aún así accedí a que llame a la dichosa chica, y ella dijo toda la verdad de ese día, que ella había impuesto que ambos se besen, y su novio fue quien lo hizo primero.

—Tal vez... tal vez sea cierto... —bajé la mirada con bastante vergüenza —lo siento por actuar de esa manera sin siquiera escucharte y hacer que vengas a Corea antes de tiempo...

—No te preocupes, mi amor —se acercó dándome un abrazo —yo jamás podría hacerte algo así, después de tanto tiempo siendo feliz a tu lado... nunca habrá un chico que te iguale, Hao

Me gustaban sus palabras, y me alegraba saber que decía la verdad, pero de alguna manera no me sentía satisfecho con eso, no sabía por qué. Era como si algo en el fondo de mi ser deseaba que aquello fuera cierto y que Yeonjun simplemente me dijera que ya no me ama.

Quizás eso me habría hecho sentir mejor.

¿Estoy loco?

—¿Volvemos a estar bien?

—S-sí... —respondí tratando de sonreír —me alegra que estés de vuelta... te extrañé

—De hecho, desde que me fui, estaba preparado una sorpresa para ti, que creo que te gustará mucho, pero por culpa de ese tonto video se arruinó todo

—¿Qué es?

—Quería pedirte que te cases conmigo

—¿C-casarme?

—Claro que sí, mi amor, de hecho —sacó una pequeña caja de su bolsillo y la abrió dejando ver el aro con un diamante brillante encima —este anillo lo compré apenas llegué a Estados Unidos, no sabes las ganas que tenía de pedirte la mano...

—Oh... —estaba en blanco, no supe que hacer —yo...

—Tranquilo, no tienes que responder ahora, y después de este revuelo, dudo que te sientas seguro, así que te dejaré un tiempo para que lo pienses, ¿sí, amor?

Simplemente asentí.

Decidí tomarme aquel tiempo para pensar, todo pasó tan rápido que parecía que estaba soñando. Pero Matthew me hizo volver a la realidad cuando se apareció frente a la casa junto a Taerae para saludar a Yeonjun.

Pensé que estaría enojado conmigo pero me habló como si nada, incluso me motivó a casarme con él, ya que eso me facilitaría la vida, a parte que frente al público se vería muy bien que yo sea novio de un enfermero.

De la misma forma, los señores Choi se sumaron a esas insistencias, diciendo que acepte, que nunca habían visto a su hijo tan enamorado y jamás encontraré a alguien como él.

Estaba entre la espada y la pared.

Amaba a Yeonjun y su presencia hacía que mi vida se torne tranquila y pacífica, me generaba la calma que necesitaba. Pero ahora, estos últimos meses de pasar tanto tiempo con Hanbin, me hizo recordar los viejos tiempos junto a él.

Pero era mi ex, desde que estábamos en la secundaria me repetían que no era pata mí, no solo mis amigos, sino todo el mundo. Quizás con el paso del tiempo me lo comencé a creer

Quizás está loco, es alcohólico, fuma demasiado, hace un deporte peligroso, vive la vida como si no le importara nada... incluso sus tatuajes les incomodaban.

Pero a mi siempre me gustaron.

Esa noche no pude dormir. Ni siquiera le dije a Hanbin que había vuelto a mi antigua casa, por la que se pasó llamando a mi celular toda la noche. Le dejé un mensaje en el que estaba bien y que mañana le explicaría. Dejó de llamar.

Por la mañana, llegué temprano a su departamento. Él me abrazó pensando que algo malo me había pasado, a pesar que le dejé ese mensaje seguía creyendo que me secuestraron. Yo reí.

—Hanbin... tenemos que hablar...

—¿Pasó algo, amor?

—Volví con Yeonjun...

Definitivamente no le gustó oír eso.

Hilo Rojo ~ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora