Ep. 79 - Tantas ganas

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Tuvimos sexo, mientras lo hacíamos se sintió muy bien, ya que me había privado de mis propias necesidades por estar pensando en Hao, pero después de hacerlo volví a pensar en él.

Observé a aquel chico aún desnudo acostado en la cama del cuarto de aquel motel al que entramos. Saqué un cigarrillo y empecé a fumar aceptando que no podía quitarlo de mi cabeza.

Incluso mientras tenía sexo con otra persona, seguía imaginando su rostro de deseo gimiendo mi nombre y rogando que me detuviera cuando en el fondo quería más.

Nunca iba a encontrar alguien como él.

Me cambié, tomé mis cosas y me fui diciendo que la habitación la pagaba ese chico. Ya me había olvidado su nombre.

Encendí mi moto y me dirigí rumbo a mi casa, sin embargo, mis impulsos eran más fuertes de lo que yo pensaba. Estaba a punto de cometer el gran error de ir a la casa de Hao. Sabía que no debía y probablemente me odiaría más si desobedezco lo que él me pidió.

Prefería que me odie, de todas formas ya estaba acostumbrado a que me lo repitiera cada vez que se enojaba conmigo.

Me sabía la ruta a su casa de memoria, cuanto más avanzaba más cerca estaba de verlo, cosa que en realidad quería, pero a lo mejor debí esperar un poco más.

A la mierda.

Ya estaba ahí, me estacioné en un esquina y me dirigí a su casa, estaba a punto de cruzar la pista hasta que me detuve porque la puerta se abrió.

Salió él. Estaba tan lindo como siempre, quería abrazarlo y decirle cuanto lo seguía amando, pero mi pequeña sonrisa fue borrada de mi rostro al ver que detrás de él salió Yeonjun.

Me quedé helado con el solo hecho de pensar que ellos ya tenían algo más. Aunque después de todo no lo podía culpar, Yeonjun siempre fue el chico perfecto que tanto él quería y yo siempre fui el idiota que lo celaba con sólo verlo conversar con él.

Las miradas y la forma en como se reían mientras caminaban por la vereda, lo único que me hizo pensar fue que había sido mi culpa. Si hubiera tratado mejor a Hao quizás no estaría aquí sufriendo mirando desde una esquina como le sonreía a alguien más.

Me di media vuelta y subí a mi moto saliendo del lugar, definitivamente ir a verlo había sido la peor idea que pude tener, pero al menos supe que él estaba mejor. Era lo único que me importaba.

Después de todo jamás le guardaré rencor por nada, y si alguien mejor que yo lo puede hacer feliz, no me puedo oponer a eso.

Regresé a mi casa abriendo una botella de cerveza empezando a tomarla mientras me acostaba en el sofá. Miraba el techo fijamente con la mente en blanco.

En el fondo de mi corazón me lastimaba el hecho de creer que Hao me había olvidado tan fácilmente cuando yo aún lo seguía pensando todos los días de mi jodida vida.

Tomé mi celular y entré a instagram para crearme una cuenta falsa. Apenas lo hice entré a su perfil. Estaba en privado, no sé como no lo vi venir si era obvio. Tampoco sé qué esperaba.

Apagué el teléfono y salí a la calle en busca de mis amigos, necesitaba distraerme de nuevo.

...

Estuve avanzando con mi historia totalmente cliché, me sentía orgulloso de mi mismo, el chico tímido de lentes se enamoraba del chico popular e inteligente, su personalidad era tan perfecta, era tan tierno y atento con él. Sin duda el chico perfecto.

Me gustaba la manera en la que lo estaba haciendo. Incluso mientras estaba en la tienda atendiendo a las personas que llegaban, aprovechaba cuando todos se iban para entrar a mi laptop y seguir llenando las páginas.

-¿Ocupado? -la voz repentinamente de Yeonjun me distrajo

-¡Oh, hola! -sonreí de inmediato tomando la botella de gaseosa y pasándola por caja -es un dólar

-¿Aceptas tarjeta?

-¿Tarjeta para un dólar? -pregunté frunciendo el ceño y él sólo rió terminando de pagar al deslizarla por la máquina

-¿Estás escribiendo?

-Sí... quería saber si funcionaba tu teoría de que la gente conociera lo que hago... a lo mejor no les gusta

-No digas eso, claro que les va a gustar, tienes que pensar como si fueras un lector, ¿qué tipo de libros lees tú?

-Mhmm... de amor gay bonito... -fue lo primero que dije esbozando una leve sonrisa

No iba a admitir de ninguna manera que también me gustaba leer libros eróticos, desde que los descubrí no los volví a soltar nunca más.

-Entonces está muy bien tu avance, me gusta

-Gracias...

-Te dejo trabajar en tu libro y... en la tienda también -rió

-Nos vemos, Jun -agité mi mano en manera de despedida viendo como se cerraba la puerta apenas él salió

Al terminar mi turno, guardé mi laptop en su estuche, cerré la tienda y me dirigí a casa. Estaba todo tan solitario, no había casi nada de personas en la calle, probablemente porque era domingo.

Cuando estuve unos pasos de mi puerta, se detuve a buscar mis llaves, y en eso escuché el ruido de una moto acercarse, mentiría si dijera que no pensé en Hanbin. Pero cuando la moto pasó de largo supe que no se trataba de él.

Entré y cerré la puerta sin mirar ni un segundo hacia atrás. Caminé hacia mi cuarto y me acosté en mi cama, estaba cansado, no quería levantarme para nada. Los pensamientos se apoderaron de mí y lo único que me digné a pensar en todas las ganas que quería que la persona que de aquella moto fuera Hanbin.

Que se estacionara, baje, me bese y se meta a mi casa sin ningún permiso como siempre hacía, que me tocara sin que yo le dijera nada y termináramos teniendo sexo para arreglarnos. Como siempre.

Esta casa, a pesar de ser mía, todos los recuerdos que tenía eran de él. Si quería pasar página por completo tenía que mudarme.

Inconscientemente y como si mi cuerpo actuara solo, mi mano se deslizo por debajo de mi camisa alzándola y acariciando mi piel. Cerré los ojos y solté un gemido.

Me bajé un poco más el pantalón y llené de saliva uno de mis dedos antes de introducirlo en mi entrada. No sabía en qué momento empecé a sentir este sentimiento de necesidad por querer hacerlo, antes ni siquiera pasaba por mi mente. Supongo que desde que tienes sexo por primera vez ya no hay vuelta atrás.

Me masturbaba y sentía como mi cuerpo se sacudía al ritmo de mis manos. Tenía tantas ganas que alguien me tocara en ese momento. Que me haga olvidar todo.

-Mgh... ngh... Hanbin... ah... -gemía

Con los ojos cerrados me imaginaba sus manos sobre mi piel, dejándome sin aliento, haciéndome suyo cada vez que quería. Tenía tantas ganas de que lo hiciera de nuevo. Quería llamarlo y decirle que lo estoy esperando desde hace 2 meses.

Pero no debería. No está bien.

Hilo Rojo ~ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora