Ep. 91 - Cambios

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Yeonjun salió de bañarse y se cambió mientras yo estaba entretenido escribiendo en mi tableta.

-Ay.... estoy tan cansado -se sentó en la cama después de tratar de secarse el cabello torpemente

-¿Te fue mal? -me acomodé detrás de él tomando la toalla para ayudarle a sacarse el cabello

-No es eso... -lo escuché suspirar -es sólo que... es difícil hacer prácticas con personas realmente enfermas... mientras el doctor nos explicaba como debemos administrar el medicamento, uno de los pacientes de las cama del frente empezó a tener un paro

-¿Un paro?

-Falleció...

-Oh... -me quedé en silencio unos segundos

-El doctor nos sacó de la sala cuando el monitor cardíaco no paraba de sonar, yo me asusté mucho y si no fuera por un compañero que me jaló del brazo para salir, me habría quedado estático en medio de la sala

-Lo siento mucho...

-No te preocupes -sonrió sutilmente -supongo que si voy a ser enfermero me tengo que acostumbrar a eso, no sé como lo habrá pasado mi mamá... y mucho menos mi papá siendo doctor, tener que vivir eso casi a diario tiene que ser horrible, salvar vidas como a la vez perderlas...

-Tienes que ser una persona muy fuerte mentalmente para soportar todo eso

-S-sí...

-¡Me diste una idea!

-¿Idea? -frunció el ceño soltando una sonrisa

-Para un libro... de un paciente y un enfermero que se enamoran, me gusta como suena

-Espero que tenga final feliz

-Créeme que no soy tan fuerte mentalmente como para escribir un libro que tenga final triste -lo escuché reír por lo bajo

-Eres tan tierno -se acercó a darme un beso en los labios -espero que cuando escribas sobre el enfermero pienses en mí, y que tu seas mi paciente

-Cuando quieras -dije en tono coqueto

Noté un brillo en sus ojos, los cuales sólo miraban mis labios, así que tomé la iniciativa y lo besé colgándome de su cuello. En un sólo instante sentí que mi temperatura se elevó. Tenía muchas ganas de hacerlo y él se dio cuenta de eso así que me siguió.

Él siempre era muy respetuoso cuando se trataba del sexo. No lo hacíamos tan seguido, pero las pocas veces que lo hacíamos, él me trataba con amor y cariño, me besaba en todo el cuerpo escuchando cada mínimo gemido de mi ser.

Y cuando ya estaba listo, lo introducía dentro, se movía tan despacio que me hacía temblar, y a pesar que le pida que aumente la velocidad, no lo hacía, y si lo hacía, era de forma leve, casi ni se notaba. Yo sabía que él prefería hacer el amor antes de tener sexo simple.

Pero a veces quería que el fuera más brusco y dominante conmigo.

Una vez lo intentó y me gustó mucho, pero cuando le dije que se detenga, de verdad lo hizo, incluso se preocupó de haberme lastimado, cuando no fue así, en realidad no entendió que cuando yo pida que se detenga en verdad quiero decir que no pare.

...

Los días pasaban y yo trataba de concentrarme en continuar el nuevo libro que había empezado, pero la inspiración se me había ido, incluso cuando me ponía a dar vueltas por toda la habitación para enfocarme, no podía.

Fui a la cafetería para escribir, pero lo único que hice fue poner lo mismo que había iniciado en capítulos anteriores, y al editar las primeras partes que puse me di cuenta que la entrada no era tan impactante como creí.

-¿Qué mierda es esta? -me dije a mi mismo -nadie va a querer leer eso -antes de ponerme a pensar un rato, terminé eliminando todo el documento que ya había avanzado

Suspiré pesadamente y me levanté del asiento para dirigirme a casa de Hanbin, no creo que le moleste que yo aparezca, después de todo él ya sabía que yo iba casi seguido a verlo.

Al llegar al departamento, subí por el ascensor, me acerqué a la puerta colocando la clave logrando ver como esta se abría sola.

Dejé mi laptop en el sofá de la sala y fui hacia la puerta de su habitación notando que estaba entreabierta. Me asomé por esta y no vi a nadie en la cama, me sorprendí por aquello, así que de un solo empuje logré abrirla por completo pensando que no había nadie, llevándome con la sorpresa de que Hanbin estaba semidesnudo frente a su armario.

-Mierda, lo siento -volví a cerrar la puerta cerrando los ojos y frunciendo la mirada con fuerza por la vergüenza -lo siento mucho

-Oye, no te preocupes -caminó lentamente hacia la puerta y la abrió de nuevo viéndome apenado -fue sin querer, no sabía que ibas a venir

-Perdón por no avisar -no quise levantar la mirada por vergüenza así que la mantuve gacha, pero no pude evitar no ver su torso y abdomen, se notaba mucho más fuerte que años atrás

-No pasa nada, de hecho, me estaba cambiando para ir a la clínica, el doctor me llamó y me dijo que ya estoy listo para recibir la rehabilitación, quise escribirte pero no sé si cambiaste de número o todavía me tienes bloqueado

-Oh... -reí con timidez -sí... cambié de número, y... me había olvidado de desbloquearte de las redes, lo siento...

-Deja de disculparte -me dijo dándome un suave toque en el hombro y se alejó para seguir buscando ropa

-No tienes que hacer eso -me puse delante de él evitando que siga sacando ropa -si estás mucho tiempo parado puede ser malo, la buscaré por ti

-Muchas gracias...

Todo aquel armario estaba lleno de ropa negra, no fue difícil encontrar algo que combine y se la di, al mismo tiempo, también lo ayudé a ponerse una de sus zapatillas.

-¡Ya está!, vamos

-¿Vamos?

-Te voy a acompañar, no piensas que irás solo, ¿no? -alcé una ceja y él sólo sonrió

-¿No te molesta que use el mismo color de ropa?

-Quizás... -respondí -en otro contexto me habría molestado, pero ahora no tiene sentido, de todas formas es tu ropa

No le tomé mucha importancia a mi respuesta, pero su mueca de felicidad me daba a entender que le había gustado mi respuesta. Yo simplemente lo ayudé con su bota ortopédica y sus muletas y así nos fuimos.

Hilo Rojo ~ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora