ATRAPADAS EN LA PENUMBRA

Capítulo 19

Capítulo 19

La preocupación se había apoderado de Jimin y ni siquiera entendía porque, pues estaba seguro que lo que sucediera con Jennie no le interesaba en lo más mínimo.

Recorría el bosque oscuro junto a su padre y otros hombres, pero no había rastros de aquella mujer ¿Dónde demonios se había metido? ¿Cómo era posible que hubiera desaparecido de esa manera?

—¿Y si regresó a su mundo? —Preguntó mirando a su padre. —Quizás ella ya no está aquí.

—¿Tanto te importa esa mujer? ¿Desde qué momento te dejó de importar Tiffany?

—Lo menos que quiero ahora es un interrogatorio —Le dio la espalda con intención de regresar al palacio, pero el rey lo detuvo, quería respuestas y no iba a esperar a que Jimin estuviera de buen humor para tenerlas.

—¡Me dirás todo ahora! —Le exigió.

—No tengo nada que ocultar, pero tampoco quiero decirte las cosas que me suceden.

—Soy tu padre y tengo derecho a saber

—Eres mi padre solo cuando quieres, hace muy poco no querías ni verme, me gustaría saber porque me odias tanto.

—No te odio, Jimin —Dijo Donghae.

—Entonces explícame todo, dime porque te casaste con mi madre y te hiciste cargo de mí, dime porque querías a fuerza que estuviera con Sunny, dime porque mataste a mi hermana.

—Lo de Sunny ya te lo expliqué.

—¿Esa será tu respuesta? Solo me dijiste que era para formar una alianza, me ibas a entregar como si nada.

—Ya basta de sentimentalismos.

—Ahora entiendo porque estás tan solo, tú mismo te has buscado todo esto —dijo Jimin un tanto decepcionado. —Cuando era pequeño te admiraba tanto, pero ahora, ahora no significas nada.

Pese a que Donghae quiso ignorar esas palabras, no pudo, algo dentro de él lo apuñaló y sintió un gran dolor ¿Qué demonios le importaba lo que dijera Jimin? Al final de cuentas no llevaba su sangre.

—Eres un malagradecido

—No olvido todo lo que me has dado, pero no puedes pretender que sienta admiración por ti después de que me has demostrado que me odias, me quitaste a Tiffany siendo que yo la había elegido primero, explícame porque lo hiciste.

—Jimin, no comiences con eso, Tiffany ya es mi mujer y tú ahora estás interesado en su hermana.

—¡No desvíes lo que pregunte! ¡Dime porque me quitaste a Tiffany!

—¡No lo sé! Cuando la vi sentí algo que jamás en mi maldita vida había sentido, la quise para mí.

—¿Y no te importó como me sentía yo?

—No creas que fue fácil, demostré frialdad cuando te la arrebaté, pero no me sentía bien al hacerlo —confesó. —No llevas mi sangre, pero no me gusta verte sufrir, daría todo lo que soy para verte feliz.

En aquel momento una risa femenina invadió el lugar, ambos hombres miraron hacia todos lados, pero no podían descifrar de dónde venía, hasta que aquella mujer se hizo presente de la nada.

—Pero que cuadro tan conmovedor.

—¡¿Qué demonios haces aquí, Sunny?!

—Solo observaba, padre e hijo son igual de ridículos, a leguas se nota que llevan la misma sangre.