ATRAPADAS EN LA PENUMBRA

Capítulo 50

Capítulo 50

Donghae y Jimin se despidieron de Tiffany y Jennie con la excusa de que necesitaban atender asuntos en el reino que requerían su atención inmediata. Ambos, en realidad, tenían la intención de visitar al rey JaeJoong para buscar respuestas sobre la maldición que afectaba este mundo. Sin embargo, decidieron no contarles a sus mujeres acerca de su verdadero destino para evitar que se preocuparan.

Transformándose en majestuosos dragones, Donghae y Jimin se alzaron en vuelo, surcando los cielos en dirección al reino de JaeJoong. Sus alas batían con poder, llevándolos a través de las vastas extensiones de tierra y cielo. A medida que se acercaban al reino del rey JaeJoong, la magnitud de su presencia se hizo evidente.

Descendieron con gracia cerca de la entrada del reino, recuperando su forma de hombre. Antes de que pudieran avanzar, un guardia de JaeJoong, atento a cualquier intrusión, apareció ante ellos con una expresión firme y decidida.

—Alto. ¿Qué hacen aquí? —inquirió el guardia con una voz autoritaria, inspeccionando a Donghae y Jimin con atención.

—Necesitamos hablar con el rey JaeJoong. Tenemos asuntos importantes que discutir con él.

El guardia les hizo un gesto para que aguardaran y se retiró rápidamente en busca de su rey. Mientras esperaban, Donghae y Jimin observaron los alrededores del reino de JaeJoong, este lugar estaba igual de sombrío como su reino.

El guardia se acercó con rapidez al rey JaeJoong, informándole de la presencia del rey y príncipe de los Draigmen que buscaban hablar con él. JaeJoong, sorprendido por la visita, autorizó que los dejaran pasar.

—Hazlos pasar—ordenó JaeJoong al guardia.

Con esa autorización, el guardia se apresuró a guiar a Donghae y Jimin hacia el interior del reino, donde tendrían la oportunidad de abordar los asuntos que los habían llevado hasta allí.

Con paso firme, Donghae y Jimin siguieron al guardia a través de los oscuros pasillos del reino de los Vulcanix. Al llegar JaeJoong, que estaba en su trono, los observó con atención, sin mostrar ninguna expresión en su rostro.

—Rey Donghae, príncipe Jimin. ¿A qué debo la sorprendente visita de los Draigmen en mi reino? —inquirió JaeJoong con voz tranquila, incluso sarcástica, pero su mirada penetrante indicaba que esperaba respuestas importantes.

Donghae, con la firmeza que le caracterizaba, respondió a JaeJoong.

—Estoy enterado de lo que sucedió hace siglos en este mundo, tus antepasados lanzaron una maldición y por eso todo está en penumbras. —Respondió Donghae.

JaeJoong, manteniendo su mirada penetrante, preguntó con seriedad:

—Entiendo que conoces la historia de los Vulcanix y la maldición que lanzaron. ¿Qué tiene eso que ver con tu visita hoy?

Donghae fijó su mirada en JaeJoong, transmitiendo una urgencia palpable en sus ojos.

—JaeJoong, ¿Tú sabes como acabar con esa maldición?

JaeJoong, inclinando levemente la cabeza, respondió con una calma que contrastaba con la ansiedad de Donghae.

—Donghae, Jimin, han pasado siglos desde los eventos que mencionan. Toda su vida ha transcurrido en este mundo, envuelto en la sombra perpetua. ¿Por qué ahora buscan cambiar la realidad que ha sido nuestra constante desde tiempos inmemoriales? ¿No se han adaptado a esta penumbra que nos rodea?

—JaeJoong, comprendemos que esta es la realidad que conocemos, pero con el compromiso que tengo con Tiffany y el futuro de nuestro reino, quiero explorar la posibilidad de liberarnos de esta maldición. No solo por nosotros, sino también por las generaciones venideras que merecen experimentar algo diferente.