ATRAPADAS EN LA PENUMBRA

Capítulo 29

Capítulo 29

Los corazones de ambos latían rápidamente, Donghae tenia miles de preguntas, pero no sabia por donde comenzar, solamente quería abrazarla fuertemente para asegurarse que era realmente Tiffany y no una visión. Se acercó hasta los barrotes de hierro que los separaban y extendió su mano, Tiffany lo tocó y en ese instante el rey comprobó que si se trataba de ella.

—¿Qué haces aquí? —Pregunto el rey acariciando el rostro de Tiffany. —No deberías estar en este lugar.

—Vine por ti —respondió ella.

El rey negó en ese instante.

—Mi amor, ni siquiera yo puedo contra esa mujer, no debiste venir.

—Quizás si pueda lograrlo, recibí entrenamiento del rey JaeJoong. —Dijo ella.

Donghae se quedó por instante sin habla, ¿el rey JaeJoong?, había escuchado alguna vez ese nombre, pero no estaba seguro del todo.

—¿Quién es él?

—El rey de los vulcanix —respondió ella.

—¿Cómo? ¿Por qué? Nosotros no nos relacionamos con ellos, desde hace siglos que no tenemos contacto con... —No pudo terminar de hablar, pues en ese momento había aparecido Sunny.

—Pero que tenemos aquí, mis hombres me informaron que una mujercita estaba rondando mi territorio.

El rey Donghae se tensó y dejó de tocar a Tiffany, para mirar a Sunny.

—Es una de mis esclavas

—Me doy cuenta, por eso estaban hablando con tanta familiaridad

—No comiences —Dijo el rey con fastidio.

—Pero si no he dicho nada malo —Dijo Sunny fingiendo inocencia. —Es más, podrías torturarla, a eso viniste a este lugar, ¿cierto?

—Torturaré a otro esclavo.

—¡No! —Dijo Sunny con determinación. —¡Si esta mujer no significa nadie importante, te ordeno que la tortures ahora mismo! ¿O tal vez debo hacerlo yo? —Preguntó.

Hubo un silencio casi sepulcral, Donghae no quería torturar a Tiffany, jamás podría lastimarla, pero si no lo hacía, no sabía que podría acarrear aquello.

—Hazlo tú ya que estas tan ansiosa—Rompió el silencio Tiffany.

—¿Me estás hablando a mí? —Preguntó Sunny.

—¿A quien más?

Donghae se sorprendió por la respuesta retadora de Tiffany hacia Sunny. Sus ojos se abrieron con incredulidad mientras observaba la determinación en el rostro de la mujer que amaba. Sunny, por su parte, se quedó momentáneamente atónita ante la valentía de Tiffany.

— ¿Cómo te atreves a desafiarme así, esclava? —dijo Sunny con una sonrisa desafiante.

Tiffany no mostró ningún signo de temor y, en cambio, respondió con una mirada firme.

— Si vas a lastimarme, hazlo de una vez. No tengo miedo de ti.

Donghae se apresuró a intervenir, tratando de mediar entre ambas mujeres.

— Sunny, no tiene sentido. Ella no sabe nada, es una simple esclava, déjala en paz.

Sunny miró fijamente a Donghae, evaluando sus palabras. Luego, con una risa sarcástica, se volvió hacia Tiffany.

— ¿Te crees valiente, verdad? Tal vez debería enseñarte un poco de humildad.

Antes de que pudiera abrir la celda, Donghae intervino rápidamente, pero Tiffany, con una mirada intensa hacia Donghae, le pidió que dejara que Sunny entrara. En ese instante, Sunny intentó atacar a Tiffany, pero esta sorprendió enormemente a Donghae al defenderse con habilidades de fuego. Llamas danzaron en sus manos, formando una barrera ardiente que mantuvo a raya a Sunny.

Donghae quedó boquiabierto ante la demostración de poder de Tiffany.

— ¿Desde cuándo puedes hacer eso? —Tiffany solo le mostró una leve sonrisa.

Sunny, desconcertada y furiosa, intentó liberarse de la barrera de fuego que Tiffany había erigido. Sin embargo, por más que forcejeaba y lanzaba amenazas, las llamas permanecían inquebrantables, formando un escudo ardiente que la mantenía a raya.

— ¡Maldita sea! ¿Qué clase de truco es este? —gritó Sunny, golpeando furiosamente la barrera con sus manos.

Tiffany, con calma, observó la impotencia de Sunny y no cedió ni un ápice.

— Las habilidades que poseo no son trucos.

Donghae, aún asombrado por la capacidad de Tiffany, se mantuvo alerta, listo para actuar en caso de que la situación se complicara aún más.

Sunny, frustrada y sin encontrar una manera de superar la barrera de fuego, cambió su enfoque y dirigió su mirada hacia Donghae.

— ¡Esto no ha terminado, rey Donghae! —gritó con rabia. —¡Te arrepentirás de haberte metido en mi camino, iré por tu hijo!

Aunque la amenaza resonó en el aire, Donghae no cedió ante la intimidación de Sunny. Miró a Tiffany con admiración y gratitud, reconociendo la valentía que ella había demostrado.

— Necesitamos salir de aquí cuanto antes. ¿Tienes un plan para seguir adelante, Tiffany?

Antes de que Tiffany pudiera responder, Sunny sacó de su cuello un collar que brillaba con una energía sobrenatural. Tiffany lo reconoció de inmediato, pues ese collar pertenecía a su mundo.

— Ese collar... —murmuró Tiffany, con sorpresa.

Sunny sonrió maliciosamente mientras sostenía el collar en alto.

— Parece que este pequeño artefacto te es familiar, ¿verdad? Me ha otorgado poderes inimaginables, y ahora, verás lo que realmente puedo hacer.

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