XXXIX. La ciudad fantasma

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30 de junio; 2006. Shadowacre; Estados Unidos. 23:09 hrs.

Después de algunos días de viaje, Josuke, Alisha y Thomas se encontraban a las afueras de la llamada, ciudad fantasma, un lugar abandonado hace muchos años, desde fuera, se observaba como un cumulo o montaña de edificios apilados unos sobre otros, el espacio entre ellos era mínimo o nulo, el lugar transmitía una sensación sombría, mientras que la carretera que daba la entrada al lugar culminaba en una pared de ladrillos que tapaba un túnel para ingresar.

—Y, ¿Ahora que haremos? —preguntó Josuke, refiriéndose a la entrada tapada.

—Puedo destruir la pared con las plumas —respondió Thomas, su apariencia era similar a la de hace cinco años, pero este ahora tenía una cicatriz en su mejilla que se asimilaba a una sonrisa, su cabello era más largo que antes, llegándole hasta un poco por debajo de los hombros, volvía a estar amarrado en una coleta y aún mantenía sus ropajes—, o ayudarlos a entrar volando.

—No es necesario —replicó Alisha, su ropa era distinta a la que llevaba hace cinco años, esta vez vestía una especie de túnica de tela con líneas amarillas en algunos sitios del traje, aún mantenía la venda blanca en sus ojos—, nos puedo llevar a todos con la arena hacia arriba, además, ¿No nos dijiste que debíamos ir al edificio más alto de la ciudad, Oni?

—Eso es correcto, creo que es la mejor idea que tenemos, será mejor que recorrer la ciudad de forma normal.

—Entonces no perdamos tiempo —expresó Thomas—, ¡Vamos!

Alisha comenzó a reunir arena de los alrededores, después de lo de Decadencia, había continuado puliendo sus habilidades con la arena, usando el parang de la forma en la que su padre lo utilizaba, colocándolo en el suelo y amplificando sus sentidos gracias a el sable, ¿Por qué?, se preguntaran, esto sucedía gracias a que el parang de Alisha no era del todo normal, ya que este estaba hecho con una técnica antigua que consistía en golpear el metal repetidas veces mientras se mantenía a una temperatura casi constante sumergiendo el material una y otra vez en la fragua, para después de que tomara forma, se colocara arena silícea que creaba una fina capa sobre el material, evitando el óxido; pero en este caso tenía un doble propósito, el que Alisha tuviera una facilidad para sentir la arena al clavar la hoja en el suelo.

Luego de reunir arena para hacer una nube lo suficientemente grande como para llevar a los tres sin problemas, comenzaron a elevarse, buscando llegar al destino del edificio más alto de Shadowacre.

Inesperado para ellos, al estar cerca del edificio, de este algo salió impulsado en dirección a los tres, parecía humano, su ropa era una camisa amarillenta por la suciedad, un pantalón negro manchado de algo y zapatos de vestir, tal vez era más alto de lo normal, esta persona se abalanzó contra el grupo, pero con un único propósito aparente, atrapar a Thomas. La persona abrazó a Thomas en la nube de arena, derribándolo y observándolo directamente.

El rostro de lo que creían que era una persona demostraba que no lo era, como si no fuera suficiente prueba que hubiera saltado desde el edificio y llegado hasta la nube que se hallaba a unos veinte metros del edificio, de alguna manera inusual, podrían ser sus ojos enormes que ocupaban casi toda su cara y que parecían mirar al alma con aquellas pupilas completamente negras y dilatadas, puede que fuera su sonrisa enorme que recorría de oreja a oreja con unos grandes dientes blancos, quizás fueran sus manos de dedos alargados y que terminaban en una especie de garras afiladas, no sabía lo que era exactamente lo que hacía que esa "persona" lo inquietara, puede que fuera todo o solo uno de los rasgos, pero Thomas, no tenía tiempo para pensar en ello, así que pateó en el estomago a aquel ser y lo alejó de sí mismo.

—¿Q-q-qué carajo eres?

—Soy un santo —respondió sin titubeos la creatura, no movió los dientes ni la boca en ningún momento, mantenía esa inquietante sonrisa—, me llaman The Fool, santo de los errores y nuevos inicios, la carta numero cero del tarot.

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