LXI. Orgullo

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01 de julio; 2006. Jojagos, Estados Unidos. 09:15 hrs.

Cansada, desangrándose y debilitada, Dionne llegaba a la entrada de Jojagos, no había wendigos ni armaduras, solo escuchaba el sonido de motosierras y aleteos a lo lejos. Para detener su sangrado, Dionne tomó un pequeño tubo de metal y rasgó parte de la tela de su ropa, colocando ambos en su brazo a manera de torniquete, frenando el sangrado y pudiendo continuar con su camino.

Mientras caminaba, escuchó otro ruido más, pasos, eran rápidos, alguien estaba corriendo hacia ella. Sabía que no era Dan, así que volteó su mirada rápidamente y con cautela, sosteniendo su daga y observando, lo que encontró, hizo que su Santo comenzara a advertirle y gritarle:

El hombre sin rostro..., el hombre sin rostro está aquí ¡Ha llegado! ¡Aquí está!

Un hombre vestido de morado, sombrero de ala ancha con una pluma blanca en este, en su mano derecha, tomaba un bastón, en la punta de este se hallaba una afilada cuchilla retráctil, la cual apuntaba hacia Dionne en su carrera. La estaba atacando.

Dionne utilizó el poder de su Santo para dirigir la puerta caída de un auto delante de ella, bloqueando el ataque de su oponente.

—Se supone... —dijo Holloway, deteniéndose a respirar, intentando sacar la cuchilla que se había clavado en la puerta—, que The World..., debería haber acabado con ustedes...

—Si, bueno. La profecía de The Fool te engañó.

Holloway sacó el arma de la puerta, pateando esta, lanzándola hacia Dionne a manera de distracción, moviéndose a su costado para dar una estocada.

Infeliz...

Dionne no tuvo tiempo a reaccionar, recibiendo de lleno el ataque en el abdomen, pero a ella, eso no lo detendría. Ella alzó su daga y la clavó en el cuello de Holloway, sacándola rápidamente y volviéndola a clavar, haciendo que brotaran chorros de sangre mientras la herida se hacía más y más grande.

Holloway dejó de responder, cayendo al suelo, muerto. Por su parte, Dionne arrancó el bastón de su abdomen, cubriendo su herida con un vendaje improvisado de su ropa, la falda de la túnica estaba hecha girones, pero aún quedaba suficiente como para cubrir más heridas el suficiente tiempo hasta que llegara Dan, Thomas o Josuke.

—Así que este era el villano final..., que decepcionante.

Ella siguió su camino, dejando atrás el bastón y el cuerpo de Holloway. O eso creía, pues el cadáver ya no se hallaba, en su lugar, solo estaba una mancha de sangre en el asfalto.

En un instante, algo golpeó su cabeza con fuerza, haciendo que ella se tambaleara y retrocediera, observando aturdida a quien la había atacado.

Ahmad Holloway.

No tenía herida alguna en el cuello, estaba intacto, exceptuando el hecho de que estaba bañado en sangre, como si se hubiera caído a una tina con aquel líquido. En su mano, sostenía el bastón desde la base, la cuchilla estaba retraída y la había golpeado usando el mango en forma de ave. Acto seguido, tomó el bastón del mango, presionando uno de los ojos, extendiendo la cuchilla, acercándose a Dionne.

¿Cómo es posible que este tipo siga vivo? Yo misma lo acabo de matar ¿A caso se regenera?

Tratando de recuperarse, Dionne decidió pensar diferente, en lugar de usar los objetos del entorno para acabar con Holloway, usaría al propio Holloway para matarlo. Usando el poder de su Santo, Dionne trató de controlar la dirección de su rival, sin embargo, una especie de malla se formó a su alrededor, impidiendo que se moviera de ahí, incluso evitando que caminara.

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