XXXI. Cadáver

4 0 0
                                    

22 de octubre; 2001. Coozhury, Estados Unidos. 06:30 hrs.

Dan y Sanford fueron arrojados a una gran distancia, quedando a solo unos pasos de Alisha y Thomas.

—¿Qué te pasa? —preguntó Sanford, levantándose y ayudando a Dan a hacer lo mismo—. ¿Estás mal de la cabeza?

—Era lo mejor que se me ocurría —respondió Dan, incorporándose—, además, el debe estar peor que nosotros, si no es que muerto.

Thomas se dirigió hacia ellos, mientras que los Dan y Sanford lo observaban aproximárseles.

—¡Sanford! —exclamó Thomas, abrazando a su hermano enérgicamente—. Listo, logré derrotarla.

—Bien..., hecho —replicó su hermano, extrañado del cambio de actitud que había tenido literalmente de la noche a la mañana—, ¿Qué pasó con ese Thomas que me odiaba?

—Si..., eso —continuó Thomas, soltando a Sanford y mirándolo a los ojos, mientras que los suyos estaban dejando caer lágrimas por sus mejillas—, discúlpame, no quería..., bueno la verdad es que sí quería herirte..., pero olvidé lo que tu habías hecho por mí, olvidé que me estabas buscando después de todo, no se porque no nos contactaste cuando estuviste en la universidad..., pero solo quería decirte que...

Un estruendo rompió la plática, esta vez si era de un disparo, un disparo certero, volando el brazo de Sanford, arrojando la extremidad destrozada al suelo.

—¡Aaaaaaggggghhhhh! —gritó Sanford, sosteniendo lo que quedaba de su brazo, tratando de detener la hemorragia.

—Aún no..., me matan —dijo una voz a la distancia, era Decadencia, la mitad de su rostro estaba totalmente quemada, mientras que su ropa y piel eran de un color rojizo y negro, su pie aún le faltaba, pero en el lugar donde debería estar el pie se hallaba una rama de madera sirviendo de pata de palo para mantenerse en pie, a pesar del sangrado y dolor constante de caminar con una vara rasgando su carne. La explosión le había costado caro.

—¡Maldito! —exclamó Dan, cargando su escopeta y arremetiendo contra su padre.

Thomas se acercó de nuevo a su hermano, intentando colocarse la máscara de Oni para sanarlo.

—No —interrumpió Sanford—, no me cures aún, Dan necesita ayuda.

—¡Tu la necesitas más! —expresó Thomas, enojado, ¿Cómo era posible que negara su seguridad de esa forma? —. ¡No tienes un brazo! ¡¿Estás loco?!

—Un poco —respondió Sanford, riendo un poco, aunque quejándose después por el dolor—, pero créeme, Dan no tiene oportunidad contra Decadencia, no solo por lo menos.

—¿A qué te refieres? —preguntó Thomas, tratando de ponerse la máscara para sanar a su hermano mientras le decía lo que pasaba—Hace rato ustedes dos estaban manejando bien la situación.

—¡Que no! —exclamó Sanford, negándose a ser sanado por Thomas—. Escucha, no tenemos tiempo, elimínalo, y luego vienes a ayudarme, ¿Te parece?

—Con un carajo —dijo Thomas, colocándose la máscara de Star—, bien, no te mueras, ¿Okey?

—Lo prometo —contestó Sanford, comenzando a hacerse un torniquete en el brazo usando su ropa, quejándose por el dolor, pero lo mejor que podía hacer por vivir.

Thomas se encaminó hacia Dan y Decadencia, este último en una clara desventaja por la explosión, el de la máscara de cuervo se escondió en las sombras, esperando el momento ideal para atacar.

Aún no —pensó él, oculto y sigiloso en los arbustos, tomó el hacha grande para asestar un corte—, Dan, tienes que seguir así.

—¡Ves esto! —gritó Decadencia, señalando sus quemaduras con mucho dolor—. ¡Tu lo hiciste Daniel! ¡Tú eres un pedazo de mierda que voy a convertir en carne molida!

SlasherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora