XX. Tragedias

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22 de octubre; 2001. ??????, ??????. ??:?? hrs.

¿Qué tan malas tenían que ser las cosas necesarias?

Thomas recordó cuando tenía diecisiete, la edad en la que ocurrió la catástrofe.

Era de noche, después de un día en el que le fue relativamente mal en la escuela, se le dificultaban las matemáticas, a pesar de que varios de sus compañeros siempre pensaban que era sumamente fácil, obvio que lo sería si lo comparan con otras materias. A Thomas siempre se le dificulto la escuela, era bueno trabajando en equipo, en el deporte de boxeo que la escuela impartía, pero era terrible en cuanto a la escuela se refiere, no lo sacaban de la escuela debido a que era el mejor en cuanto a box, logrando ganar un campeonato para la escuela, así que solo sería cuestión de tiempo para que tomara un entrenamiento mucho más profesional.

Escuchó debajo de las escaleras como algo se caía, mientras unas voces comenzaban a comunicarse entre sí, bajo las escaleras sigilosamente, hasta que logro ver lo que estaba ocurriendo, su recuerdo era distinto, los rostros de aquellos que vio esa noche estaban tapados por una especie de rectángulo negro, mientras que sus voces eran una pobre imitación de la voz humana.

—Mira a quien tenemos aquí decía uno de los hombres—, el reconocido asesino de élite de la coalición, Ethan Rusty, ¿Cómo te decían? ¿Freak? ¿No? Ya sabes, por la cicatriz de tu rostro, además de tu homosexualidad, ¿Verdad? ¡Fenómeno!

—¿Y si lo fuera qué?

—Nos envió alguien muy importante de la coalición, nos han dicho que debemos de eliminar un cabo suelto. No te preocupes, volverás a ver a tus hijos —respondió mientras apuntaba un arma hacia su cabeza—, en el infierno.

Thomas no lo pensó dos veces, se abalanzó sobre el hombre que sostenía la pistola frente a la sien de su padre, tirando el arma y escapando hacia fuera de casa.

—¡¿Qué carajos?! ¡Maten al mocoso!

—¡Huye Thomas! —escuchó gritar a su padre—¡Corre!

—¡Maldito vejestorio! —exclamó al golpear a su padre en el cuello con su mano.

Thomas corrió hasta el bosque, mientras escuchaba varios disparos detrás de él, llegando hasta un claro donde se encontraba solo un objeto que le serviría para pelear.

Un hacha, de cabeza completamente plateada, con un mango negro que era un palo recto, mientras que, en la parte inferior, que constituía la empuñadura, se encontraba vendada.

Los hombres alcanzaron a Thomas, apuntándole con sus armas, mientras Thomas tomaba en sus manos el hacha.

—¿Enserio crees que puedes tocarnos con esa hacha? —dijeron ambos al unísono.

—Yo no estaba buscando el hacha —respondió Thomas.

Tomando la parte de la empuñadura, desenvainó la espada que se encontraba oculta dentro del hacha, era una bella espada de acero de damasco con tonos rojos en algunos de los hilos que formaba el damasco. Sostuvo la espada con ambas manos, en una postura defensiva. Uno de los hombres dio un disparo hacia el torso de Thomas, fallando el tiro, mientras que Thomas en un rápido movimiento de embestida apuñaló con la espada el estómago de su oponente, sacando luego de ello la hoja del vientre para hacer un corte diagonal en la cabeza, dejando parte de su cabeza pegada al cuerpo y otra en el suelo, aunque no pudo ver su rostro debido a lo borroso de su recuerdo. Cuando el otro hombre abrió fuego, acertó en la espalda del chico cinco disparos, sentía como su carne era atravesada por las frías balas de aquella pistola, mientras pasaban resquebrajando y destrozando sus huesos, sentía como su vida se iba desvaneciendo y pasando frente a sus ojos.

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