Una vez Nico terminó de leer, Dumbledore se levantó llamando la atención de los presentes.
-A continuación habrá un descanso de una hora para todo aquel que quiera tomar el aire o cambiarse de ropa por algo más cómodo pueda hacerlo- Anunció.
Cassidy no se lo pensó dos veces y salió corriendo del Gran Comedor ignorando los llamados de su familia y amigos, necesitaba estar un momento a solas.
La joven se adentró al Bosque Prohibido y se dirigió a un pequeño prado, su sitio secreto, nadie lo conocía.
Con mucho pesar sacó un paquete de cigarrillos de su bolsillo, no estaba orgullosa de ser fumadora, pero los cigarros le ayudaban mucho a distraerse.
Ahora os preguntareis. ¿Sally y Percy lo saben? Obviamente no, es menor de edad y sabía que si alguno de los dos se daba cuenta que Cassidy fumaba la iban a matar.
De la caja sacó un cigarro y su mechero, posó la boquilla del cigarro en su boca y con la llama del mechero encendió aquel tóxico cilindro tomando la primera calada, sintiendo como toda tensión se desvaneció después de soltar el humo.
Se sentó en el suelo tomando otra calada, miró al cielo soltando el humo y suspiró. Estaba cansada de fingir que todo estaba bien, obviamente no lo estaba, mirala, fumaba desde lo sucedido en el laberinto, se culpaba de todas las desgracias que le pasaban, obviamente tenía varios problemas mentales, siendo uno de ellos el Trastorno de Estrés Post Traumático (TEPT).
¿Era tan difícil ser feliz? ¿Es que acaso ella no merecía una vida tranquila?
Tomó otra calada.
Sus pensamientos se volvieron borrosos, no quería esto.
Otra calada.
¿Algún día podrá vivir tranquila?
Otra calada.
Solo quería ser normal.
Estaba tan sumida en sus deprimentes pensamientos que no se dió cuenta que alguien se había sentado a su lado.
-¿Tienes fuego?- La voz, demasiado conocida por ella, la sorprendió.
Cassidy miró a aquella persona y asintió pasando el mechero para que pudiera encender su cigarro.
-No sabía que fumabas- Le dijo Cassidy.
-Ni yo que tú también los hacías- El chico de la cicatriz en la frente rió contestándo le.
-Me relaja- Simplemente respondió la chica tomando otra calada de su cigarro.
-Puedo decir lo mismo- Contestó el Potter.
¿Quién iba a decir que la gran Cassiopea Jackson y el gran Harry Potter se encontraban en un pequeño prado fumando para relajarse? Absolutamente nadie.
Y ahí estaban los dos, fumando una al lado del otro, sin decir ni una sola palabra, mirando al horizonte.
-Todos están buscándote- Harry le informó a la chica.
-Bien- Contestó sin prestarle atención alguna a las palabras que le mayor había dicho.
-Están preocupados por tí Cass, eso de que te hayas ido corriendo no les ha gustado nada- El azabache suspiró y tomó otra calada.
-¿Tú no estás cansado de todo esto?- La menor le preguntó.
-¿A qué te refieres exactamente?-
-A no poder ser feliz porque cada vez que piensas que todo va a salir bien y derrepente se derrumba en un segundo delante tuya sin que puedas hacer nada- La voz de Cassidy sonó tan plana y cansada que Harry creyó que en cualquier momento su amiga se derrumbaría.
Harry lo pensó, ¿realmente estaba cansado? Sí, claro que lo estaba, el mundo mágico lo veía como el salvador, el niño de oro que los iba a salvar del temible Lord Voldemort, el cual estaba empeñado en matarle. Harry Potter solo era un adolescente huérfano siendo criado por sus tíos. los cuales lo veían como un criado.
-Lo estoy...- El joven susurró mirando el cigarro consumiéndose entre sus dedos.
Cassidy expulsó el humo de sus pulmones y miró a su amigo con ojos cansados y tristes.
-Somos niños, pero todos nos ven como sus salvadores- Dijo Cass.
Era verdad, ellos solo eran niños que querían vivir tranquilos y conseguir aquel amor familiar que se le ha negado por años, en algunos aspectos Cassiopea Jackson y Harry Potter se parecían.
La Jackson tomó su última calada y apagó el cigarro en el suelo.
-¿Cómo me has encontrado? Pensaba que nadie conocía este lugar- Cassidy preguntó viendo como Potter apagaba su cigarrillo en el suelo.
-Hace unos días encontré este lugar mientras paseaba con la capa de invisibilidad y en el suelo encontré esto- De su bolsillo sacó un mechero verde con dibujos de peces en el -Primero pensé que me lo había imaginado y luego pensé en la única persona que le gusta el verde y los peces-
La chica cogió su mechero.
-Pensé que lo había perdido, es mi favorito- La joven dejó escapar una suave risa.
Harry sonrió al escucharla reír.
-Deberíamos volver, han pasado como veinte minutos desde el comienzo del descanso, estoy seguro que tu familia y amigos deben estar histéricos buscándote- Harry se levantó del suelo espolsando la suciedad de sus pantalones.
-Me voy a quedar un rato más- Contestó la semidiosa todavía sentada en el suelo.
-¿Segura?- Preguntó preocupado Harry.
-Sí, tranquilo, quiero estar sola un rato- Cassidy le sonrió tratando de no preocuparle más de lo que ya le había preocupado.
-Está bien, nos vemos luego- El chico de la cicatriz se despidió antes de ella caminando de vuelta al bosque.
Una vez más Cassidy Jackson se encontraba sola a merced de sus destructivos pensamientos.
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Niños no fuméis, es malo para la salud y mucho menos fumeis siendo menores de edad, os lo dice una ex fumadora.
Bueno, por hoy yo creo que he cumplido, además un cap original, os quejareis.
El próximo cap también será original, ¿pillaran a Cass fumando? Quién sabe.
Votar y comentar si os a gustado.
Hasta la próxima (posiblemente mañana)
Bye, bye.
-Calu
PD: en serio, no fumeis.
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Leyendo "Cassidy Weasley y los elegidos" || hp & pjo
FanfictionCassidy solo quería un año normal sin tener que preocuparse por la guerra contra el Titán del Tiempo, que encima era su abuelo, o por la guerra Mágica contra Voldemort. Por su desgracia la suerte no está de su parte y las Moiras deciden que es buena...