Capítulo 12: "Tengo un hermano con cara de pez"

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Los semidioses que se distanciaron de la semidiosa cuando su padre la reconoció se sintieron mal por haber tratado de esa manera a Cass. Nico entendía ese sentimiento, los campistas del campamento seguían viéndolo con temor por ser hijo de Hades, excepto Cassidy y Will, el resto seguía evitando le.

El hijo de Hades abrazó a su prima, intentando hacerle sentir mejor.

-Gracias Nico...- Cass susurró dejándose abrazar por el chico.

-Yo quiero leer- La voz del profesor Snape sorprendió a todos.

El libro apareció en las manos del profesor de pociones.

-Capítulo 11, "Tengo un hermano con cara de pez"-

Percy miró a su hermana indignado.

-¿Cara de pez?- Preguntó indignado.

-Sorry not sorry- La chica se encogió de hombros.

Luego de la cena en mi primera noche en el Campamento Mestizo, Annabeth y Quirón me acompañaron, aún algo sorprendidos, a cambiar de la cabaña de Hermes a la de Poseidón. La cabaña era baja, larga, sólida y las ventanas daban hacia el mar, por el exterior las paredes son de piedra áspera gris con piezas corales, estrellas marinas y conchas decorándola, y dentro había seis literas vacías y perfectamente ordenadas.

-Hogar dulce hogar- Los hijos de Poseidón susurraron a la vez.

Miré a mi alrededor cuando Annabeth salió y cerró la puerta detrás de ella dejándome sola. Respiré profundo y sentí como ahí dentro el aire era un poco salado, era como estar justo a la orilla del mar. Suspiré sin aún creerme lo que había ocurrido y me acosté en la litera más próxima a la ventana, se sentía bien poder ver el mar desde ahí. Dejé mi mochila sobre una de las otras camas vacías y me acosté a dormir arrullada por las olas.

Cualquiera podría decir que era una escena melancólica, incluso deprimente, pero a mí me gustaba aquella soledad. Estaba acostumbrada a una casa con siete medio hermanos fastidiosos que se la pasaban gritando y jugando bromas extremadamente pesadas, aunque aún así seguían siendo los hermanos con quienes crecí y no podía evitar serles leal.

Los amigos de la semidiosa, tanto magos como semidioses, negaron con la cabeza. No podían entender como la chica seguía siendo leal a aquellas personas que tanto daño le hicieron en el pasado.

De cualquier modo, la soledad me dio tiempo de digerir los últimos hechos ocurridos en estos días, y prepararme mentalmente para mi primer día oficial en el campamento.

Así que luego de un sueño profundo y tranquilo por primera vez en días, me dirigí a realizar las actividades del campamento. Aunque he de admitir que fue un poco duro. Annabeth nos daba clase de griego clásico, y hablábamos de los dioses y diosas de una forma que me resultó bastante extraña, es decir en el presente y en el mundo real. Pero realmente las clases, aunque Annabeth me las tenía que dar en privado porque los otros chicos no querían compartir las clases ni sentarse conmigo, habían resultado bastante sencillas ya que yo era capaz de entender el griego como si toda la vida hubiera crecido hablándolo.

-Los entiendo, ¿quién quiere estar junto a una bastarda?- Charlie miró con desprecio a su media hermana.

-Por el amor de los dioses- Clarisse le sacó el dedo del medio al mayor -Siéntate y pedalea gilipollas-

Los semidioses y los magos se rieron de aquello.

Luego de la clase de griego acompañé a Annabeth hasta la Casa Grande porque me contó que un chico había llegado hacía dos días, es decir un día antes que yo, y aún seguía inconsciente tras pelear usando solo sus manos contra el Minotauro. El chico tenía el cabello azabache, la piel un poco pálida y enfermiza, los ojos firmemente cerrados, y la boca entreabierta dejando que un hilito de saliva caiga por la comisura de su labio.

Leyendo "Cassidy Weasley y los elegidos" || hp & pjoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora