-¿Quién quiere leer?- Harry preguntó dejando el libro en la mesa.
-Yo quiero- Astoria levantó la mano y el libro apareció delante de ella.
-Capítulo 5, "Mi tonto hermano vomita babosas"- Leyó la chica
Ronald se sonrojó, estaba claro hablaba de él.
Es divertido, o quizá un poco ingenuo, pensar que logré engañar fácilmente a todos los profesores de Hogwarts para que nadie se diera cuenta que no puedo leer. Había quedado como una completa floja, que quizás hasta y lo sea, pero al final todos consideraron que hacer que Cassidy Weasley entregue una tarea era una guerra perdida. Todos, excepto Draco Malfoy y Astoria Greengrass. Ni Daphne o Pansy insistían tanto, pero ellos dos mantenían un ojo constante sobre mi hombro.
-Nos preocupamos por tus estudios- Draco sonrió.
Sally miró al chico con una sonrisa agradecida, estos chicos habían ayudado tanta a su hija y ella estaba agradecida por eso.
Ahora mismo me encontraba en la sala común, sentada con los pies en el respaldo y la cabeza colgando. Podía sentir la sangre bajar y acumularse pero no me importaba mucho, ¿cuánto tiempo podría aguantar en aquella posición antes de que mi cerebro quedara ahogado en mi propia sangre?
—Eso no pasará —Draco salió del pasillo de dormitorios de chicos con su nueva escoba, una Nimbus 2.001, en una mano. Pasó por mi lado empujando mis piernas en un intento de que me cayera y me torciera el cuello, pero a pesar de que yo me distraía fácil, había estado toda mi vida alerta por seis hermanos mayores que acechan con bromas, así que me impulsé con las manos haciendo una muy rebuscada pirueta. Yo no era muy atlética.
-Mentirosa- Susurró Nico, Cass era la persona más atlética que él había conocido.
Draco volteó los ojos negando con la cabeza y miró hacia la entrada donde Marcus Flint, el capitán del equipo de Quidditch de nuestra casa, lo esperaba.
—¿Irás a practicar? —pregunté viendo en la misma dirección que él—. Que raro no estás con Crabbe y Goyle. Diría que Blaise también, pero vi como Theo lo arrastraba a la biblioteca.
Se encogió de hombros—. ¿Quieres venir a vernos o no?
—Un día de estos te romperás el cuello volando en esa cosa, Malfoy —lo señalé—. Y yo quiero verlo. Claro que voy, y me mantendré con los pies en la tierra como debe de ser.
-Yo también te quiero Jackson- El pelirrubio puso los ojos en blanco.
Caminé junto a él tras agarrar mi bufanda, ya estábamos a mitad de octubre y comenzaba a hacer un poco de frío, y salimos con el resto del equipo de Quidditch. Caminamos por las mazmorras, los demás miembros del equipo ni voltearon a verme, y luego subimos hasta la planta baja del castillo, atravesamos el hall principal y salimos por la puerta delantera.
¿Y saben qué? Por un momento me arrepentí de ir, pero luego todo eso cambió.
Cuando llegamos cerca del campo, Draco y yo chocamos con las espaldas de los demás cuando se detuvieron abruptamente, vimos algo que no fue muy de nuestro agrado. Más era por el hecho de quiénes eran de lo que hacían ahí. Y es que los Gryffindor siempre querían tener la razón, y Oliver Wood intentó formarnos un enorme problema alegando que el campo a esta hora le pertenecía a él pues lo había reservado para entrenar a su equipo desde hacía semanas.
Oliver Wood era un chico alto, y bastante guapo, de sexto curso en Gryffindor, cabellos castaños, piel algo bronceada y con una gran, y aterradora, obsesión por el deporte mágico llamado Quidditch. Pero por este mismo motivo odiaba a los Slytherin a muerte, especialmente en fechas cercanas al inicio de la temporada. Y para contrarrestar esto, Marcus Flint estaba preparado.
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Leyendo "Cassidy Weasley y los elegidos" || hp & pjo
FanfictionCassidy solo quería un año normal sin tener que preocuparse por la guerra contra el Titán del Tiempo, que encima era su abuelo, o por la guerra Mágica contra Voldemort. Por su desgracia la suerte no está de su parte y las Moiras deciden que es buena...