Capítulo 10: "Mi verano se vuelve complicado"

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-Normal que explotaras, si los bendecidos de Hécate no saben comportarse- Afirmó Will abrazando a Cass.

-Verdad, verdad- Nico le dio la razón al hijo de Apolo.

-Yo quiero leer- Se escuchó una voz masculina desde la mesa de Slytherin.

Delante de Blaise Zabini apareció el libro, así que sin pensarlo lo agarró con sus manos, carraspeó para aclararse la voz y leyó.

-Capítulo 10, "Mi verano se vuelve complicado"-

-Oh...- Cassidy susurró recordando lo que pasaba, mientras en sus labios se formaba una sonrisa que transmitía la emoción que sentía en aquel momento.

Para mi suerte personal, mi familia nunca notó lo rara que me había vuelto aquel verano. Bueno, al menos la mayoría no lo hizo. Porque aunque Percy sospechaba de algo, él se mantenía muy ocupado escribiéndose cartas con su querida novia, Penélope Clearwater. Sí, la misma chica que había sido petrificada junto a Hermione.

Yo intentaba no salir mucho de los límites de casa, porque la primera vez que lo hice un gigantesco perro negro me atacó y para mi propia suerte tenía mi tridente literalmente en la mano para defenderme.

-¿Me estás diciendo que tu primer monstruo fue un perro del inframundo?- Sally miró horrorizada a su hija.

-No es tan malo, a él le tocó el Minotauro- La menor apuntó con su dedo a su hermano, el cual le miraba ofendido.

-Tienes razón- Percy alzó los hombros haciendo una mueca, tenía que aceptar que luchar contra el mismísimo Minotauro era peor que un perro del inframundo.

Me costó bastante salir de aquel aprieto, y me deprimí mucho de que eso ocurriera a solo dos días de llegar a casa. Hestia y Flora tenían razón, ahora era peligroso para mí el andar por ahí, y eso pondría a mi familia a la larga en peligro.

Suspiré y metí las camisetas en la mochila, un par de pantalones, y un par de cosas para mi aseo personal. Me puse las zapatillas y me coloqué adecuadamente la túnica antes de salir de la habitación, asegurándome que mi varita se encontraba en mi bolsillo.

—¿Dónde vas? —Percy me acorraló a medio camino hacia abajo, los demás estaban jugando Quidditch en el jardín, mamá haciendo el almuerzo en la cocina, y papá seguro se encontraba aún en el Ministerio. Pero Percy Weasley me conocía demasiado bien y no iba a soltar mi muñeca hasta que le diera una respuesta convincente.

—A casa de Daphne y Astoria —Mentí.

Percy me escaneó—. Mientes. Te conozco, Cassiopeia.

-Gracias por preocuparte por mi hija- Sally agradeció al único Weasley que le caía bien.

-Es lo menos que podía hacer, al fin y al cabo, Cassidy es mi hermana y me preocupo por ella- El mago respondió sinceramente.

—¡No me digas Cassiopeia! —exclamé con las mejillas rojas, odiaba cuando me llamaban por mi nombre completo porque mamá lo hacía siempre con su tono de voz enojada—. Está bien, te lo diré, pero debes guardar el secreto —caminé hasta su habitación y le pedí que hiciera un hechizo silenciador, él me obedeció y yo le conté absolutamente todo lo ocurrido en el año escolar.

-¿Lo sabías y nunca te dignaste a decírnoslo?- El señor Weasley le recriminó a su hijo.

-Obviamente no iba a deciroslo- Se defendió el pelirrojo -¿Para que tratéis peor a Cass? Ni de coña- La señora Weasley soltó un jadeo al escuchar decir palabrotas a Percy.

-No nos hables así Percy Ignatius Weasley- Molly dijo enfadada.

-No, tu no me hables así, estoy harto de esta familia de mierda que me ha tocado- El Weasley se levantó de la mesa de Gryffindor y se acercó a la de las serpientes -¿Puedo sentarme aquí?- Le preguntó a Cass.

Leyendo "Cassidy Weasley y los elegidos" || hp & pjoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora