Leyendo "Cassidy Weasley y los elegidos" || hp & pjo

Capítulo 9: "Las gemelas me cuentan un secreto"

Al terminar el capítulo el libro desapareció de la mano de la hija de Atenea y apareció en medio del comedor, a la espera del siguiente lector.

-Espera un momento- Percy Weasley miró a su familia. -¿Vais a seguir comportándose como la mierda con Cassie?- Este se levantó para ponerse enfrente de su, desgraciadamente. familia.

-Que me haya salvado no tiene nada que ver, sigue siendo una serpiente y una puta- Ginny le contestó siendo apoyada por el resto.

-Menuda panda de gilipollas que tienes como familia- Percy suspiró decepcionado.

-Dejalos Percy- Cass se acercó al único de la familia Weasley que seguía considerando como hermano.

-No Cass, eras una niña, nunca mereciste todos los malos tratos que sufriste viviendo con ellos- El pelirrojo miró a su hermana. -Sé que no tengo ni voz ni voto en tus decisiones y mucho menos después de desaparecer de tu vida, pero sigues siendo mi hermanas y te quiero- La confesión del mayor sorprendió a Cassidy.

-Yo también te quiero hermano...- Susurró la menor.

Percy Jackson miraba con una sonrisa como el hermano biológico de su hermana defendía y quería a la semidiosa, al menos sabía que durante todos esos años con los Weasley su estrellita de mar tuvo una figura fraterna a su lado.

La estancia se quedó en silencio observando como los hermanos se abrazaron, algunos los miraban con una sonrisa y otros con una mueca de disgusto, principalmente los Weasley y algún que otro Gryffindor. Segundos más tarde el silencio fue roto por la única muggle de la sala.

-Yo quiero leer- Sally sonrió cuando el libro apareció en sus manos. -Capítulo 9, "Las gemelas me cuentan un secreto"-

-¿Ellas te lo dijeron?- Preguntó Astoria a su amiga, recibiendo un asentimiento como respuesta.

Ciertamente mantenerme oculta de los ojos de mis dos hermanos me mantuvo más tiempo debajo del baño, Fawkes se llevó volando a los tres de Gryffindor y al profesor inútil que resultaba haberse borrado por completo la memoria a sí mismo. Luego, Fawkes regresó por mí, sin soltar mi tridente, tomé las plumas del ave fénix y este me llevó volando de regreso al baño de niñas, yo no me quejé solo porque estaba demasiado agotada, y me concentré en mantener los ojos cerrados hasta que sentí el suelo bajo mis pies, el lavabo se cerró detrás de mí.

Suspiré y me quité la capa. Nunca jamás volveré a ir a un baño en Hogwarts sola, a Ginny casi la mataban por ello. Myrtle la llorona salió de su cubículo para verme y soltó una risita al ver mi aspecto, yo solo le agradecí por su ayuda y salí del vacío baño.

-Odio a ese fantasma- Se quejó Cass.

Caminé lentamente por los desérticos pasillos, suponía que Harry ya había llegado con los demás a la oficina de Dumbledore, pero yo me detuve para recargarme en la pared, sentía mi brazo palpitar y ahora que lo veía bien, mi muñeca estaba en una posición extraña. Era increíble como la adrenalina en el momento de la pelea me había hecho no sentir absolutamente nada de dolor.

-Auch...- Pansy miró a su muñeca casi sintiendo el dolor.

Mordí mi labio inferior y mi mano tocó la estrella del centro del tridente, y mi arma se volvió a convertir en una pequeña e inofensiva concha marina que cayó sin problema alguno en mi mano. Continué mi camino mientras veía el pequeño objeto sintiendo un poco de nostalgia. ¿Quién pensaría que al llegar junto a Dumbledore me encontraría con Hestia y Flora Carrow? ¿Y que las gemelas me dirían algo extremadamente raro e importante que haría cambiar mi vida?

—Adelante, señorita Weasley —me indicó Dumbledore desde el interior de su oficina cuando yo llamé a la puerta.

Me aventuré al interior, era una sala redonda llena de extraños objetos plateados, con Fawkes comenzando una pequeña canción al verme desde su perchero en un rincón. El profesor Dumbledore se encontraba sentado tras su escritorio, con las gafas de media luna en la punta de su nariz, y viéndome de forma muy seria y analizadora.