Jade aprovechó todos y cada uno de los días del viaje al reino de Baìshrich, para dejar a Eric, y el de vuelta a K'haem para estudiar el barco. Había estado observando cómo los tripulantes trabajaban en la cubierta. Algunos se levantaban cuando se asomaban los primeros rayos del Sol, como los cocineros, para preparar un exquisito desayuno compuesto de frutas frescas, pan recién hecho y café cuyos granos provenían del Lottaine, actual país que se hallaba en guerra. Otros terminaban su turno de guardia y se iban a sus respectivos camarotes a descansar hasta el siguiente.
Una de las cosas que más le asombraban, eran las alas de murciélago que azotaban las nubes junto a los tantos tubos de escape que impulsaban el barco que, según sus cálculos, podría pesar quince mil toneladas. Incluso se había atrevido a preguntarle a quien llevaba el timón si podía cogerlo y navegar aunque fuese durante un minuto. Como era obvio, le negaron dicha petición, pero elle no perdía la esperanza de poder manejar un barco como ese en un futuro.
Eric también tuvo que soportar el exceso de energía de su amigue. Cada vez que intercambiaban más de una frase, el príncipe de Baìshrich sentía que le iba a explotar la cabeza en cualquier momento. No estaba acostumbrado a navegar entre el amplio mar de nubes que separaba un reino de otro. Baìshrich estaba situado al noroeste del mapa, y K'haem estaba muy al este. Los viajes tan largos en un barco que, según él, era muy lento para la distancia que había, hacían que perdiera la cabeza y estuviese cada cierta hora tomándose un té de jengibre y limón para aliviar su estómago. Sin embargo, agradecía la compañía de Jade. Estaba tan acostumbrado a viajar solo con un puñado de guardias con los que apenas conversaba, que no se quejaba de tenerle a su lado casi todo el rato. Eso, a excepción de cuando caía la noche y tenían que dormir. Le chique insistía en compartir cama, y no sabía cómo darle un «no» por respuesta.
—Eric, ¿Qué piensas si un día decido dejar la Corte y me convierta en el capitán de un barco? —Los ojos iluminados de Jade se clavaron sobre los de su amigo—. ¿Es eso posible?
—Pienso que has leído demasiadas historias de fantasía —refunfuñó—. ¿Qué hay de malo en ser un príncipe?
—No he dicho que serlo sea algo malo, solo que me gustaría hacer algo más que aprender modales, a luchar con la espada, idiomas... Aunque eso último no me desagrada.
—Pero si te conviertes en el capitán de un barco, sea cual sea, tendrás que renunciar a todos tus títulos.
Jade se aproximó hacia su amigo, abrazando uno de los tantos cojines que habían esparcidos por la cama. El joven príncipe no dijo nada, pero se alejó un poco en cuanto vio que invadía su espacio personal. Nervioso, le contestó:
—No me mires así. —Se fijó en que los ojos de Jade habían perdido algo de brillo, y que sus cejas estaban arqueadas—. De todas formas, quien va a heredar el trono en K'haem es tu hermano, ¿cierto?
Asintió.
—Aunque creo que Yamir es demasiado bruto como para ser un rey, no sé. Lo veo muy...
—«Básico». —Completó Eric—. Por mucho que digas que es un hombre muy básico, cumple con todos los requisitos para serlo. Además, si estás celose siempre puedes casarte con la hija de algún conde o duque. Algo podrás heredar.
—Ni quiero casarme con una hija, ni quiero heredar nada. Yo quiero volar.
—Pues ya estás volando.
—No así —gruñó. Jade acabó dándole la espalda a su amigo, algo indignade. Sentía que no le comprendía lo suficiente, o que ni siquiera se esforzaba por ello. Pero también entendía que a Eric lo habían criado para lo mismo que su hermano, y por ende actuaba de esa manera.
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Mar de Niebla (COMPLETO)
Science Fiction✨️PRECUELA DE MAR DE COBRE.✨️ Jade es le menor de los hermanos Kumari y no tiene un puesto tan importante como su hermano mayor, Yamir Kumari y futuro príncipe heredero del reino de K'haem. Siempre busca algo nuevo con lo que entretenerse. Un día, g...