Capítulo 10

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La relación entre los reyes y sus hijos siempre había sido diferente dependiendo de quién se trataba. Yamir siempre había sido el ojito derecho de los reyes. Fue el primero en llegar a la familia y creció con los valores de los reyes de K'haem, adaptándose y siendo fiel a ellos sin cuestionar ni una sola regla. Desde pequeño fue entrenado con la espada, porque tendría que ser tal y como decía su padre:

«Un buen príncipe tiene que saber blandir la espada. Tiene que convertirse en guerrero para luchar con su pueblo cuando sea necesario. Tiene que saber gobernar y proteger tanto a su familia como a todo el reino».

Fue algo que tuvo grabado hasta el día de hoy. Él seguía creyendo en todas aquellas palabras que su padre le dijo desde muy pequeño. Sabía que tenía que afrontar todo tipo de situaciones.

Y todo era por el bien del pueblo.

No había mucha diferencia entre el antes y el después. Al día siguiente de su llegada volvió a empezar con su rutina de entrenamiento y asistía a cenas con la familia de su prometida. Era su deber como príncipe heredero del trono.

Lo único que había cambiado era la relación con sus padres. Ya no recibía halagos por parte del rey, y la reina le hablaba lo justo y con monosílabos, aunque sentía que tenía mucho más que contar. Si no fuese porque el rey siempre estaba a su lado, tal vez podrían intercambiar más de dos frases sin sentir la presión de su padre ni del canciller que siempre lo escoltaba.

Lo mismo pasaba con sus hermanos. Jade siempre había sido más despegade que los demás y casi nunca hablaba de algo más allá que sus deberes como príncipe con sus padres. Siempre que alguno de ellos intentaba adentrarse en el corazón de su hije, notaba como si tuviesen un muro que escalar. Elle no lo hacía aposta, solo que tenía muy clara su ocupación y la relación que debía tener con ellos a pesar de hablarles con un lenguaje más coloquial que el resto de sus hermanos. Tal vez por esa razón los reyes de K'haem pensaron que podrían comprenderle mejor, pero desde la pequeña discusión sobre su futura boda con una mujer y, ahora, el robo del barco, habían decidido dejar de intentarlo. No le veían como un caso perdido, porque tenían la mínima confianza puesta en elle, pero la decepción y el enfado hacían que desconfiaran más de sus intenciones.

Para sus padres, aquella imprudencia era imperdonable.

En el caso de Shaila, los reyes ponían más presión en ella. En más de una ocasión la princesa había escuchado de los labios de su madre lo decepcionada que estaba. Acompañar a sus hermanos en cometer un crimen de tal grado era algo que jamás habían podido imaginar. Tampoco lo entendían, porque según la reina ella era «la más buena», «la más madura», y «la más responsable». Y ella lo sentía, tanto que sus palabras podrían llegar a devorarla. Tanto que su corazón no hacía más que latir con fuerza y su mente quería buscar una salida para acabar con esa terrible sensación. No solo tenía que asimilar lo que había pasado en aquella travesía, sino que ahora tenía que, según su padre, aguantar las consecuencias del castigo y disculparse con su prometido por lo ocurrido en aquella cena.

«¿Así es cómo nos la pagas después de todo lo que hemos hecho por ti?», «Debes respetar más a tu prometido. Es el mejor hombre que hemos encontrado para ti», entre otras.

Dudas como, qué era más importante, si su linaje o ella, surgían entre sus pensamientos. Aunque, para ella, la respuesta estaba más que clara.

Para distraerse de su mente, había decidido acudir con más frecuencia a la biblioteca para leer cualquier libro que se le presentara en las estanterías. Algunos más aburridos que otros, informativos y de fantasía. Leía historias de todo tipo hasta el día que decidió coger un manual de medicina moderna. Nunca antes le había llamado la atención la medicina como tal, ya que siempre oía que era un campo donde solo los hombres podían entrar y ejercer de ello. Pero una vez leídas unas cuantas páginas, su interés se disparó y quiso saber más de ella.

Mar de Niebla (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora