Capítulo 5

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Los tres hermanos, atados de pies y manos, observaban cada movimiento que hacía un hombre alto, corpulento y con olor a whisky. Sus pintas, muy similares a las de los demás tripulantes, destacaban por llevar un abrigo de cuero marrón y un ojo de cristal que, para la su sorpresa, se estiraba como si fuese un catalejo. Daba vueltas alrededor de ellos, gritando en un idioma que sonaba fuerte y que ninguno lograba entender. Lo que sí era notable era la autoridad que tenía sobre los demás, que tenían una mezcla de miedo y excitación dibujado en sus rostros.

Volvió a gritar algo en su idioma. Una orden, tal vez, porque los presentes asintieron y se fueron por la puerta.

Aquel hombre se giró hacia los tres hermanos, y preguntó algo en varios idiomas. Jade, atente a sus palabras, intentó descifrar qué quería decir sin obtener resultado hasta que al fin habló en el suyo.

—¿Quiénes sois? —La carrasposa voz y el acento fuerte del hombre hacía que las palabras sonaran como un estruendo—. ¿Quiénes sois? —Insistió.

Jade se mantuvo callade, al igual que su hermana. Sin embargo, Yamir abrió la boca para contestarle, no muy seguro de si era o no buena idea.

—Yamir Kumari.

—¿Kumari? —repitió el hombre con la voz más ronca.

Yamir asintió, llevándose toda la atención hacia él.

—Kumari —afirmó.

El hombre se rascó su grisácea barba y salió dando un portazo.

—Bien hecho, Yamir; ahora sabe quiénes somos. Podrías haberte inventado otro apellido —reprochó Jade una vez a solas.

—¿Y qué le digo? ¿Que somos simples campesinos? No se lo creería, mira nuestras pintas. Además, todo el mundo conoce a la familia Kumari.

—A la familia, pero no a nosotros —suspiró, dirigiendo la mirada hacia su hermana—. Shaila, ¿estás bien? ¿Te duelen las manos?

—Creo que eso ahora es lo de menos —respondió su hermana en un hilo de voz.

—Pues nada, nos han secuestrado —comentó Jade, tratando de usar el humor como un regulador de su nerviosismo—. Habrá que asumir las consecuencias.

—¿Tú eres tonte? —Yamir elevó el tono de voz—. Lo dices como si no fuese una tontería, ¿acaso crees que nos van a soltar como si nada?

—Lo dudo mucho, pero no creo que sea difícil escapar. Los nudos parecen que nos lo ha hecho alguien sin manos.

Sus hermanos no creían que Jade fuese en serio, pero solo bastó que le chique moviese las manos para deshacerse de las cuerdas, estirarlas, y volver a colocarse como si estuviera prese.

—No me jodas que has estado fingiendo todo el rato. —Yamir movió también sus manos, haciendo fuerza con los brazos para liberarse del nudo.

—Así no, bruto. —Jade se acercó para desatarle las manos—. Si haces fuerza, el nudo se aprieta. Tienes que encontrar el extremo clave, estirarlo, y deshacerlo.

En cuanto desató a Yamir, Jade fue directo hacia su hermana para dejarla también en libertad.

—No os mováis, por lo que más queráis, y colocaros las cuerdas como si siguierais atados. En cualquier momento puede entrar.

La puerta se volvió a abrir, pero para la sorpresa de los tres hermanos, quien había entrado no era aquel hombre que parecía ser el capitán del navío, sino un muchacho joven, de cabello castaño recogido en una coleta baja y varios arañazos apenas visibles sobre su pecoso rostro. Sus ojos avellanados impactaron sobre los de Jade.

Mar de Niebla (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora