Capítulo 6:Mañana empieza tu ovulación

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Capítulo 6: Mañana empieza tu ovulación

MILDRED

Llegué a la comisaría el día de la cita. Pasee la mirada por el lugar hasta que lo vi, él estaba bien tranquilo sentado mientras tomaba su café. Verlo otra vez me hizo recordar lo atractivo que era, con ese traje más informal pero que aun así cubría parte de sus tatuajes. Él alzó sus ojos avellanas hacia mí y sonrió, yo no le devolví la sonrisa, solo me detuve frente a él señalando con el teléfono que llevaba en mi mano.

—Oye, ¿como te atreves a demandarme? —lo acusé.

Él dejó su taza en la mesa frente a él tranquilamente y me respondió:

—Hola, yo estoy bien ¿y tú como estás?

Me irritaba su tranquilidad, apoyé mi teléfono sobre la mesa para que hiciera un sonido más estridente, él se sobresaltó.

—Demandada por un idiota que no sabe aceptar un "no" como respuesta. —respondí.

Él se mantuvo muy tranquilo.

—Entonces no me hubieras hecho firmar un contrato esa anoche.

¡Ah!

¿Cómo se atrevía a hacerme jaque mate en mi propio juego?

—¡Retira la demanda! —repliqué indignada—, ya tengo demasiado estrés como para estar aguantándote.

Mis ojos se aguaron, él inclinó la cabeza a un lado, como si me analizara.

—Pensé que eras más fuerte —alzó una ceja—, pero realmente eres muy sensible ¿sabes?

Entrecerré los ojos, estaba que botaba chispas.

—Adivina ¿qué? —pregunté.

—¿Qué?

Me incliné hacia él y sonreí con cinismo.

—Metete por el culo tu opinión porque a mí no me importa lo que pienses —lo miré de arriba a abajo—. No puedo trabajar con alguien que se quiera follar a mi madre.

Él se rió un poco.

—Vale, fue algo desubicado, pero yo soy una persona muy sincera —se levantó de su asiento y rodó la mesa para quedar frente a mí, yo no di un paso atrás pero alcé la barbilla desafiante—, si quieres que te mienta lo haré, si quieres que te ame, puedo fingirlo también y si quieres follar...

Se inclinó un poco hacia mí y susurró:

—Puedo complacerte, en eso sí soy bueno sin tener que fingirlo.

Me guiñó un ojo, temblé, sus palabras rondando por mi cabeza y haciendo que mis mejillas tomaran color al igual que mi cuerpo empezara a calentarse al pensar en lo que podía hacerme sin fingir.

No, tenía que tener la mente fría, este hombre era un idiota.

Le coloqué una mano en el pecho y lo empujé hacia atrás para que dejara de invadir mi espacio personal.

—¿Sí continuamos en esto, vas a retirar la demanda? —pregunté.

—Con completa seguridad. —respondió sin pensar.

Ah, que manipulador.

—Te odio —dije—, me pareces la persona más insoportable del planeta.

Él me sonrió, los hoyuelos en sus mejillas marcándose en esa sonrisa de comercial.

—Gracias mi querida futura esposa —me hizo una leve reverencia—, yo también te amo.

De la nada se inclinó y me dio un beso en la mejilla.

Amor por 4 meses (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora