Capítulo 17: Mentiras enredadas

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Capítulo 17: Mentiras enredadas

MILDRED

Ahogué un gemido cuando vi que me estaban llamando, no por cualquier persona; la que me estaba llamando era mi madre. Me apresuré a tomar mi teléfono, pero en el proceso se me cayó uno de los platos de plástico del desayuno.

—Hey —dijo Dionisio desde el baño— ¿Qué pasó?

—¡Shhh!, me llama mi madre —le grité.

Me coloqué una camisa que vi tirada en el suelo, era de Dionisio me la acomodo rápidamente y contesté:

—¡Mamá!

Su cara apareció en la pantalla, era mi viva imagen, solo que tenía los ojos tan negros como la noche y su cabello más rojo aún, su rostro lleno de pecas.

—Hola cariño —dijo ella sonriendo—, ¿cómo estás?

—Excelente, ¿y tú? —dije demasiado pronto.

Joder me tenía que calmar.

—Bien, tu padre anda arreglando la cochera aprovechando que es fin de semana —dijo—. Oye el miércoles es día patriótico y se tomará un puente de jueves y viernes, ¿quieres venir?

¿Qué?

Eso ni lo sabía.

—Oh, es que creo que yo...

—¡Oh Dios mio! —dijo mi madre y no entendí su reacción hasta que me voltee y vi a Dionisio salir del baño completamente desnudo.

Grité y me acomodé mejor de modo de que mi madre no lo viera.

—¡¿Pero es que estás con alguien?! —gritó mi madre en completo shock.

—No. —mentí pero era más que evidente que estaba con alguien.

—¡Estas con un hombre! —dijo pero ahora en vez de estar enojada, parecía divertida y sorprendida de haber descubierto tal cosa.

¿Acaso tenía sospechas de mi sexualidad? Es decir, pensé que al verme con cualquier pareja desnudos se pondría como loca, pero no fue así.

—Soy su novio —soltó Dionisio desde atrás.

—¡Tu novio! —dijo mi madre sobresaltada—, no nos habías dicho que tenías novio.

Sentí mi rostro enrojecer de la vergüenza, lo iba a negar pero luego supe que en realidad eso era lo que les quería hacer creer.

—Eh... sí —dije— es que aun todo es muy reciente.

—Tráelo. Pregúntale si quiere venir el jueves. —dijo mi madre.

No, no, no, no lo creo mamá, él trabaja todos los días no creo que tenga libre —dije.

—Tonterías, siempre quieres alejarnos de tus amoríos. ¡Preséntenoslo, queremos conocerlo!

—Mamá, no es... —empecé a decir, pero Dionisio me quitó el teléfono de la mano, aún estaba descaradamente desnudo, pero en la llamada solo se le veía la cara.

—Me encantaría, mucho gusto señora, es usted hermosa como su hija.

Mi mamá soltó una ligera risa de esas que la hacían sonrojar.

¿Estaba coqueteando con mi madre?

Sus propias palabras viniendo a mi cabeza cuando él mismo me dijo que él se podría follar incluso a mi madre.

Le quité mi teléfono de la mano a Dionisio.

—Gracias querido —dijo mi madre y al ver que volví a ser yo, agregó:— ¿Ya ves que ya aceptó? A veces eres muy pesada.

Amor por 4 meses (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora