Capítulo 44: Intentémoslo

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Capítulo 44: Intentémoslo

Tomé su teléfono viendo nuevamente el mensaje, ¿como se atrevía a escribirle? De repente vi que lo volvió a llamar, mis manos estaban temblando y mi cabeza completamente caliente de celos cuando contesté.

—Hola. —dije.

—¿Quién eres? —la voz femenina del otro lado era seductora.

—La esposa de Dionisio. —solté.

Una breve pausa y ella dijo:

—¿Esposa?

—Sí, así que deja de llamarlo o de lo contrario tendré que ir personalmente a tu casa y jalarte del cabello ¿te gustaría?

Me colgó y me reí entre dientes, cuando volví a colocar el teléfono en la mesa me di cuenta de que Dionisio estaba en la puerta del baño, se había colocado otros bóxer, sus brazos cruzados sobre su pecho.

—Interesante —dijo—, primero no me quieres y luego me espantas a las chicas.

Abrí la boca pero luego la cerré.

—¿Quien dijo que no te quiero? —pregunté.

Él caminó hacia mí lentamente mientras con algo de tristeza en la mirada murmuró:

—No es necesario que lo digas.

Fue en ese momento que me di cuenta de que no me gustaba verlo así, si yo me sentía así de celosa solo por una llamada no podía imaginarlo a él sabiendo que yo tenía novia.

Joder, en el trato debí incluir que no nos involucraríamos sentimentalmente.

—¿Podrías soportar verme con otra mujer que no fueras tu? —preguntó sentándose a mi lado, su mirada fija en la mía.

Tragué pesadamente saliva, pensarlo me enfurecía.

—No —suspiré y tomé su mano— y creo que elegí a la peor persona para darle el poder de destruirme.

Porque era así, Dionisio ahora que sabía que sí sentía algo por él podía poner mi corazón en su mano y romperlo frente a mí. Me sentía vulnerable, creo que nunca sentí algo así de fuerte hacia alguien, por eso me resistí tanto.

Dionisio tomó mi mano y la llevó a sus labios dándome un leve beso encima de la palma.

—Si me das el poder de amarte —dio—, no voy a destruirte, voy a adorarte.

Su mirada fija en la mía me hizo tragar saliva.

—Termina con ella —continuó—, quedate conmigo, dame una oportunidad.

Me acerqué y lo besé como única respuesta sintiendo mis ojos cristalizados. Él colocó una mano en mi vientre donde estaba el pequeño bulto y entonces, acostándonos en la cama abrazados, nos quedamos dormidos.

Amor por 4 meses (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora