Capítulo 25: El día de visita

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Capítulo 25: El día de visita

—Hola buenos días —respondió y se acercó para darme un beso en la mejilla, sentí su nariz olfatearme el cuello y el calor empezó a subir a mis mejillas—, hueles divino.

Este hombre sabía como hacerme calentar por un simple gesto y un comentario, además de que olía a espuma de recién afeitar; me gustaba. Me separé de él dando un paso atrás.

—Gracias —respondí con una leve sonrisa—, se le llama bañarse.

—Me pregunto el día en el que dejaras de ser sarcástica y aceptes un cumplido sin arruinarlo. —dijo Dionisio mientras me tomaba la maleta y empezaba a caminar conmigo.

—Me avisas si vas a llorar. —comenté con sarcasmo sin saber por qué no podía mantener mi boca cerrada.

Noté que conservó una media sonrisa en sus labios pero no dijo nada más. Llegamos al auto y él metió mi maleta en el maletero, cuando se subió al puesto de piloto encendió la música reproduciendo Paradise.

Uhm ¿escuchas a Coldplay?

—¿Tanto te sorprende?

Él arrancó el auto y no pude evitar ver otra vez esa manera en la que conducía y sus músculos se contraían. Apreté los labios y me forcé a mirar a la ventana.

—Bueno, es solo que no pensé que tuvieras esos gustos.

No dijo nada, pero cuando lo volví a mirar vi esa leve sonrisa en su boca mientras tarareaba la canción.

—¿Qué tanto me miras? —preguntó de repente mirándome de reojo.

—Deberíamos hablar de lo que haremos al llegar allá. —comenté.

—Bien ¿qué haremos?

—Bueno, se supone que estamos comprometidos —dije— nos vamos a casar "en unas semanas" ¿estamos en la misma página?

—Era lo que establecía el contrato sí.

—Bien —dije—, entonces evita hablar de cosas ya sabes... uhm, sexo o cosas aberrantes, mi madre es muy católica.

Él se rió un poco y dijo:

—No acostumbro decir cosas aberrantes.

Fruncí el ceño.

—Si lo haces. —repliqué recordando todas las cosas fuera de lugar que decía como eso de... follarse a mi madre.

Recordarlo me puso nerviosa.

—Solo contigo porque es divertido —murmuró ligeramente más serio—, pero no soy así con todo el mundo, tu madre me amará.

Estreché los ojos.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Porque todos lo hacen. —dijo seguro de sí mismo y le subió un poco más de volumen a la música que empezaba a sonar.

No le dije nada, pero aún así me quedé pensativa y a medida que nos acercábamos los nervios aumentaban dentro de mí y me hacían temblar las manos. El portón eléctrico se abrió y dejó la enorme casa de campo al descubierto con esa arquitectura deslumbrante que parecía de un castillo de la edad media. Cuando estacionó el auto junto con los demás Dionisio parecía impresionado.

—Vaya, es... deslumbrante —admitió

Claro que lo era, esta fue la herencia que le dejó mi abuelo a mi madre, y mi herencia monetaria que la lograría cobrar cuando tuviera un bebé.

Cuando Dionisio iba a abrir la puerta, lo tomé de la muñeca, él me miró, relamí mis labios tomando una profunda respiración, maldición me sentía taquicárdica.

—Espera —murmuré—, antes de que te bajes quiero dejar algo muy en claro.

—¿Qué pasa?

Lo miré fijamente cuando contesté:

—No quiero que te folles a mi madre.

Noté como sus labios hicieron el fantasma de una sonrisa para seguidamente negar con la cabeza.

—No haría algo como eso Mildred —dijo y se volteó hacia mí pareciendo más serio—, tal vez lo dije por un impulso de estupidez, pero no haría algo así, menos a ti, si me follo a alguien en esta casa, ten por seguro que serás tú.

Sentí mi rostro calentarse y ponerse tan rojo como mi cabello.

—Oh, no —me apresuré a negar—, este largo fin de semana no ocurrirá nada entre los dos, es actuación.

De seguro que mi madre ni siquiera dejaría que durmiéramos juntos.

Él alzó una ceja y sus labios se estiraron en una sonrisa.

—¿Cómo estás tan segura? —preguntó— ¿Crees que te puedes resistir a nuestra increíble química sexual?

Su mano acarició un costado de mi rostro, su toque lo sentía en todo mi cuerpo ligeramente acalorado. Tragué pesadamente saliva.

—No tenemos eso. —repliqué sintiendo que mis palabras sonaban como una enorme mentira en mi boca.

—¿Ah, sí? —se inclinó hacia mí— Todo tu cuerpo me dice lo contrario.

Su nariz rozó la mía, sabía que debía de apartarme, bajarme o alejarme, pero aquí estaba, fija en mi asiento con el corazón latiéndome a mil por hora.

—Te has tensado. —continuó en un susurro sobre mis labios, me ordené a mí misma apartarme, pero simplemente mi cuerpo no me obedecía.

Oh Dios mio.

Cuando dejé de respirar dándome por vencida esperando a que me besara, él sonrió mientras murmuraba:

—Este fin de semana será muy interesante, ceresita.

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El día de visita será muuuy interesante *w* pasarán muchas cosas este fin de semana, no se pierdan más de esta comedia romantica :D


instagram: Ysarisareinamoo

Amor por 4 meses (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora