Nuestro Destino Es Estar Juntos (Sesshomaru x Kagome)

Capitulo 74: Sacerdotisa Oscura

Jajaja, no puedo dejar de reir, está mañana abandonamos la aldea juntos con Koga y los jovenes  lobo, en un punto de nuestro camino tuvimos qué separarnos, Rin y yo terminamos llegando a un hermoso rio, asi qué decidimos entrar para darnos un mojada y de paso pescar unos cuantos pescados para la comida de está tarde.
Deje a los cachorros sentados en la orilla, tengo una buena vista de ellos, están sentados en una parte del rio en donde el agua no tiene una gran profundidad, para qué pudieran jugar con ella, mientras tanto Rin ya lleva unos dos pescados, yo tuve la suerte de cazar tres, las dos regresamos a la orilla teniendo de la cintura para abajo las ropas mojadas, yo me encargo de encender la fogata, Rin limpia y empala a los peces.

Kagome: ¡¡¡Hey niños!!!.

¿En qué momento?, mis hijos están rodando por la orilla del rio, están luchando entre ellos, se están gritando y gruñendo, me susto mucho al ver qué tienen las intenciones de usar sus garras, rápidamente los separo, me quedo sin palabras al ver qué los dos tienen elevadas sus auras demoniacas, también puedo ver sus orejas caninas asomandose por sus cabezas, ¿qué fue lo qué paso?, ¿porque tienen deseos de pelear?.

Kagome: Takeshi, Aiko, ya calmense los dos ahora.

Los dos pequeños me miran luego de haberles llamado la atención, sus expresiones cambian al instante en qué ven el enojo en mi mirada, los pequeños se calman y me abrazan, de repente viene a mi mente algo qué me dijo Sesshomaru, está no es la primera vez qué los niños inician una pelea, esa vez le todo a Sesshomaru verlo, yo estaba dormida en ese rato, la diferencia es qué Sesshomaru dejo qué los niños pelearan, al parecer es normal en los demonios perro qué los cachorros les entren ganas de pelear con otros cachorros.
No entiendo cómo los demonios perro dejan a los cachorros luchar entre ellos, sus garras son muy peligrosas apesar de tener tan solo un año de edad, incluso a mi me han lastimado con sus garras por accidente, me paso por la mente cortarles sus garras pero no tuve el corazón de hacerlo, es mejor qué los niños crezcan con sus garras para qué se enseñen a usarlas desde pequeños.

Cargo a mis pequeños en brazos para sentarlos en mi regazo a esperar la hora de comer los pescados asados, Rin me está haciendo de cuidar la comida de no quemarse, para yo poder encargarme de mis pequeños cachorros reveldes.
Han pasado unos 3 días desde qué salimos de la mansión, estoy muy agradecida con Rin por haberme sacado de la mansión junto con los cachorros, esto era exactamente lo qué necesitaba, alejarme de la mansión lo más pronto posible, al principio no me agrado la idea de irme de viaje con Rin, estaba muy preocupada por el bien estar de mis pequeños, pero me termino convenciendo al decirme qué nos ibamos a ir de las tierras de mi esposo, porque Bizarro no sospecharia qué yo me alejara de Sesshomaru, porque a el le gusta mantenernos cerca de el, nunca se la va a ver venir qué estoy muy lejos de las tierras del oeste.

Rin: Mañana iniciaremos nuestro viaje de regreso a las tierras del oeste.

Kagome: No va hacer necesario, Sesshomaru va a venir por nosotras cuando termine con sus asuntos pendientes.

Rin: Más bien por ti, la aldea de los exterminadores está en una dirección completamente opuesta a la mansión.

Kagome: Tienes razón... ¿Escuchas eso?.

Rin: (Asiente) Alguien se está acercando a nosotras.

Las dos dirigimos la mirada hacia el bosque, podemos ver las hojas de los arbustos cercanos sacudiendose, luego vemos aparecer a dos monjes, uno se ve anciano, el otro es un joven cómo de la edad de Rin, debe ser relación maestro y discípulo, hace rato vimos a la distancia un templo cuando veniamos al rio, es posible qué vengan de ahi.
El monje mayor nos decida una mirada a Rin y a mi, nos observa cómo si estuviera buscando algo, mi cuerpo se estremece en el momento en qué posa la mirada en mis hijos, lentamente se van acercando y se detienen a unos 4 metros de distacian de nosotras, tengo un mal presentimiento de esto, algo me dice qué ellos no vienen de paso.