Nuestro Destino Es Estar Juntos (Sesshomaru x Kagome)

Capitulo 76: Castillo Abandonado

Takeshi: Mamá.

Kagome: ¿Ya te sientes mejor Takeshi?.

Me da mucha alegria ver a Takeshi recuperarle luego de unos minutos, por suerte su ataque no duro por mucho tiempo, cuando abrio los ojos se veia confundido, no sabia lo qué estaba pasando, lo tome en brazos con mucho cuidado, lo acoste sobre mi hombro, Takeshi acuesta su cabecita en el y toma un mechón de mi cabello entre sus pequeños deditos, me llama mientras lo estoy abrazando, me asuste mucho al verlo en ese estado, Sesshomaru me sienta en medio de entre sus piernas, Aiko está dormida sobre la piel blanca de su padre, no está enterada de la situación, Sesshomaru mira a su pequeño hijo, Takeshi se percata de qué su padre lo está mirando, levanta la mirada y sonrie ampliamente hasta el punto de enseñar sus propios colmillos, Sesshomaru le corresponde la sonrisa y apoya la palma de su mano sobre su mejilla para acariciar su cabello azul oscuro.

Sesshomaru: ¿Qué fue lo qué le sucedio a Takeshi?.

Kagome: Le dio un ataque, una convulsión, ese ataque tiene diferentes causas, una de ellas es el miedo, el ataque fue un impacto fuerte para su corazón, trato de resistirlo pero al final su corazón no pudo hacerlo, cuando le dan ese tipo de ataques a los bebés no se puede hacer nada, solo llamarlo por su nombre y esperar a qué el ataque pase, puede durar varios o pocos minutos, Takeshi es tan fuerte cómo su padre.

Sesshomaru: Más bien la fuerza de su madre.

Kagome: Posee las fuerzas de ambos.

La atmosfera estuvo silenciosa por unos segundos hasta qué el gran rugido de mi estómago elimina el silencio, no he comido nada desde el desayuno, el monje y su discípulo me interrumpieron a la hora de la comida, me que dormida en los brazos de mi esposo, también me he saltado la cena, Sesshomaru me dijo qué les dio de comer a los cachorros antes de acostarlos, asi qué yo soy la unica qué se está mal pasando.

Nos llevamos a los cachorros con nosotros al comedor, los dejamos acostados en la esponjosa piel blanca de Sesshomaru, estoy sentada a su lado, Sesshomaru está en la cocina preparandome algo, quiere qué descanse debido a mis heridas, ciertamente me duele el cuerpo con cada movimiento qué hago, sin embargo me siento capaz de preparar mi propia comida, pero no quiere arriesgarse a qué sufra una recaida y me de fiebre de nuevo.
Sesshomaru regresa al comedor con un plato de arroz y un plato de bolitas de carne, cada vez qué mi esposo me cocina me hace sentir amada y afortunada al mismo tiempo, en este mundo no es muy común qué un hombre sepa manejar la cocina, mi dulce y amado esposo se sienta a mi lado mientras yo gozo de la comida, están deliciosa.

Kagome: Nada mal Sesshomaru, ¿quien te a enseñado a manejar la cocina?.

Sesshomaru: Yo solo, deje mi hogar y tenia qué aprender a sobrevivir por mi cuenta, al principio no fue nada fácil, los primeros platillos eran un asco.

Kagome: No todo sale a la primera, es bueno aprender de nuestros errores y estoy disfrutando el fruto de tus esfuerzos, está deliciosa la comida, gracias Sesshomaru.

Han pasado alrededor de 15 días desde el ataque, mis heridas han ido sanando, varios de los moretones sean ido sin dejar rastro de su presencia, Takeshi ya no volvio a sufrir ninguna convulsión de nuevo, fue el peor momento de mi vida, ver a mi pequeño sufrir de un ataque frente a mis ojos, sin poder hacer nada, solamente observar, gritar su nombre y esperar a qué el ataque llegue a su fin, fue difícil para mi aguantar las ganas de llorar, aun asi lo hice para no asustar más a Takeshi, queria mostrarle seguridad.

Hoy vino Fudo y Kohaku a la mansión para ver a Sesshomaru, para darle un informe de los hechos, invite a Fudo y a Kohaku a comer, estuvieron hablando mientras comiamos, Sesshomaru me pidio qué me quedara para qué yo también estuviera al tanto de la situación, los cachorros están a pocos metros de nosotros, en el otro extremo del comedor sentados sobre una manta morada, están jugando con los nuevos juguetes qué su tio Kohaku les a traido, Takeshi está sosteniendo un perro hecho de madera y Aiko una especie de muñeca de trapo, desde el primero momento en qué la vi note qué tiene un gran parecido conmigo, Aiko se enamoro de la muñeca a primera vista.