Viernes, 25 de febrero de 1994
Desgraciadamente, el chocolate caliente era lo último en lo que pensaban cuando el profesor Prince se les acercó furioso justo cuando salían del bosque y rodeaban la cabaña de Hagrid.
-¿Qué creen que estabais haciendo?-, siseó furioso el profesor de Pociones. -¿Entrar en el Bosque Prohibido? ¿Posiblemente atacado por quién sabe qué? Y ahora, ¿saliendo de dicho bosque cerca de donde un gran estallido de magia desconocida activó los guardianes? Detención esta noche, Srta. Lovegood, con el Sr. Filch. Sr. Malfoy, Sr. Potter, a las ocho de la tarde en mi despacho-, los fulminó con la mirada. -Y cincuenta puntos a cada uno por su flagrante desacato a las reglas de la escuela-.
-Sí, señor-, contestaron los tres jóvenes con tristeza, y su anterior entusiasmo por saber que Sirius Black era inocente y por haber conseguido ahuyentar a una horda de dementores se desvaneció rápidamente ante el enfado del profesor Prince.
Prince resopló y murmuró sus pensamientos sobre el tipo de castigo al que le gustaría someterlos durante su regreso al castillo. Hadrian y Draco intercambiaron miradas, comunicándose en silencio que su espinoso profesor estaba sonando más como el Conserje Filch que de costumbre. Como de costumbre, Luna prácticamente flotó de vuelta al castillo a su etérea manera, pareciendo no notar nada fuera de lo común.
Cuando subieron los escalones de la entrada, fueron recibidos por el rostro sonriente y jovial de su anciano director, junto con el rostro severo de la profesora McGonagall y los labios apretados de Madam Pomfrey.
-Veo que has encontrado unos cuantos alumnos, Severus-, dijo Dumbledore con una sonrisa indulgente.
-Como ve-, fue la cortante respuesta de Prince.
-¿Y no hubo nada más fuera de lo normal?-, continuó.
-No, director-, respondió el profesor. -No vi a ningún otro alumno, y estos tres aparecieron por el lado de la cabaña de Hagrid, muy cerca de donde los pabellones indicaban la presencia de dementores. No sé cómo se las arreglaron para sobrevivir a tantos y sin efectos secundarios evidentes, pero no había nadie más cerca-, dijo en tono cortante.
-Ya veo-, se rió el anciano. -Bueno, ¿quizás deberíamos dejarlos al cuidado de Poppy mientras vamos y nos aseguramos de que no haya más problemas?-.
Prince resopló, pero no discrepó.
Una hora más tarde, los tres estudiantes habían recibido un poco de chocolate y estaban sentados en sus camas, charlando alegremente sobre temas intrascendentes cuando los tres profesores que habían saludado su regreso, llegaron a la enfermería.
-Ah, ¡ahí están!- dijo Dumbledore con un brillo. -Nuestros intrépidos exploradores-.
Hadrian creyó oír a Sev decir "Idiotez", pero no podía estar seguro.
-¿Han mostrado algún efecto de su pequeña excursión a nuestro hermoso bosque, señora Pomfrey?-, preguntó el director a la matrona.
-Ninguno que yo sepa, señor director-, respondió enérgicamente.
-Maravilloso, maravilloso-, aplaudió con aparente felicidad. -Bueno, entonces, si están bien, ¿tal vez sea hora de liberarlos? Después de todo, todos fueron detenidos por sus imprudentes andanzas-.
Los labios de McGonagall se apretaron aún más y su mirada se agudizó, pero permaneció en silencio.
El profesor Prince, en cambio, no tuvo esa contención y les espetó a los tres -Las ocho de la tarde-.
-Sí, señor-, respondieron obedientemente.
Madam Pomfrey les hizo un último diagnóstico a los tres antes de declarar que estaban bien y liberarlos de sus tiernos cuidados. Luna se fue a quién sabe dónde, mientras que los dos chicos se dirigieron inmediatamente a su sala de entrenamiento en la Sala de Menesteres. Por suerte, encontraron exactamente a quien buscaban.
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HARRY POTTER AND THE MAGIC OF BONDS
FanfictionLucius Malfoy descubre a Harry Potter en una mala situación y se lo lleva lejos de sus parientes a los 8 años. Poco sabe él que el niño de cabello desordenado y ojos brillantes se convertirá en algo mucho más de lo que cualquiera de ellos jamás imag...