Capítulo 2: Family Bonds

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Primavera de 1986.

Las vacaciones habían pasado tranquilamente para los Dursley. Pero no para el pequeño a su cargo. Marge, la hermana de Vernon, adoraba a sus bulldogs, y uno de ellos, especialmente malo, había perseguido a Harry después de que Marge le regalara una caja de galletas para perros por Navidad. El pobre Harry casi no pudo escapar de él, pero, al correr cerca de un árbol, saltó y se encontró sentado en una de las ramas más altas.  La tía Marge no había llamado al perro hasta pasada la medianoche, ya que la familia disfrutaba viendo a Harry temblando de frío subido al árbol.

Pero pasaron, y la vida volvió a la normalidad en Privet Drive. Vernon fue a trabajar a Grunnings, Dudley y Harry fueron a la escuela primaria, y Petunia mantuvo un ojo curtido en todas las idas y venidas de los vecinos. Sin embargo, se acercaba el final de marzo cuando Vernon llevó a casa una noticia a su esposa e hijo. 

-El señor Malfoy nos ha invitado a cenar en Sorrel el 5 de abril-. Anunció Vernon al llegar a casa del trabajo esa noche. -Dijo que había disfrutado de nuestra buena cena aquí, pero que quería llevarnos en agradecimiento por mi duro trabajo aumentando las ventas en Grunnings-.

-¡Eso es maravilloso, Vernon!-, respondió Petunia emocionada. Había oído hablar de Sorrel, pero ninguno de sus amigos o vecinos había podido ir todavía. Ella sería la primera. ¡Era el sueño de un amante de los chismes hecho realidad!.

-¿Estará su hijo esta vez?-, preguntó Dudley. -La última vez fue tan aburrido-.

-Creo que sí, hijo-, respondió Vernon.  -La última vez se estaba recuperando de su enfermedad, ¿recuerdas?-.

-No los estaba escuchando, fue ABUUURRIDO-, dijo Dudley.

-Pero Diddy-dums, estuviste muy bien. Deberíamos volver a tomar un helado, Vernon, nuestro Dudders era un caballero tan adulto-, presionó Petunia. Ella esperaba que vieran a alguien a quien pudiera presumir mientras estaban fuera.

-Por supuesto, cariño-, respondió Vernon. -Podemos ir ahora mismo. ¡CHICO!- Gritó Vernon. -¡Ven aquí ahora mismo!-.

Harry entró desde donde había estado lavando la ropa en otra parte de la casa. -¿Sí, tío Vernon?-.

-Vamos a salir a tomar un helado ahora, y TÚ-, señaló Vernon justo en la cara de Harry, casi arrancándole las gafas de la nariz en el proceso, -te quedarás aquí-.

-Sí, tío Vernon-, respondió Harry. De nada sirvió pedir un helado o ir con ellos. Nunca pudo ir, y nunca recibió golosinas.

Vernon agarró a Harry por el hombro y lo empujó hacia la alacena, cerrando la puerta una vez dentro. Harry esperó hasta que la puerta se cerró tras ellos y la casa quedó en silencio antes de pulsar el interruptor de la luz, inundando su pequeño armario con la luz de la bombilla rota. Sacó el nuevo libro que había estado leyendo, éste de Navidad, y otro de los objetos desechados por Dudley, así como su papel de borrador por si acaso. Le gustaba leer y los profesores estaban impresionados con sus progresos. Por supuesto, este libro no era un reto para él, en la escuela leía libros sin dibujos, pero le ayudaría a pasar el tiempo.

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5 de abril de 1986

La noche de la cena en Sorrel había llegado. Harry estaba de nuevo encerrado en el armario bajo la escalera mientras la familia salía a cenar. Sólo le habían dado un vaso de agua, ya que los Dursley no se sentían de un humor generoso. Lord Malfoy le había dicho a Vernon que la cena sería de su agrado, y como sabían que el restaurante era bastante caro, estaban muy contentos de dar su consentimiento. Pero eso no se traducía en sentimientos más positivos hacia su sobrino friki no deseado.

HARRY POTTER AND THE MAGIC OF BONDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora