Viernes, 13 de diciembre de 1991.
El tiempo pasó rápidamente para el ya consolidado grupo de amigos formado por Hadrian, Draco, Neville y Hermione. La experiencia de salvar a Hermione del trol había reforzado la incipiente amistad, y los cuatro eran ahora casi inseparables. Incluso habían empezado a comer en las mesas de las otras casas por turnos. Normalmente desayunaban con los Slytherin, que eran los menos propensos a hechizarlos por la mañana, almorzaban en Ravenclaw, ya que era la más concurrida, y cenaban en Gryffindor. Habían observado atentamente y la mesa de Gryffindor sólo estaba medio llena independientemente de la hora de la cena. Así que reclamaron un sitio cerca de las puertas, que siempre estaba vacío, y cenaron allí. Los profesores Prince, McGonagall y Flitwick habían observado con interés este cambio, que se debía a sus alumnos.
Hadrian, Draco y Hermione lideraban su curso, para disgusto de los demás Ravenclaw, molestos porque un Slytherin y un Gryffindor también estaban entre los tres primeros. A Neville le estaba yendo bien con la teoría, pero sus chapuzas en las prácticas le estaban perjudicando. El grupo se reunió en su rincón oculto de la biblioteca un frío día de diciembre, cuando todos sus trabajos estaban terminados, para discutir las cosas.
Draco llamó la atención del joven herbólogo -¿Neville?-.
-Hmm-, tarareó Neville. -¿Sí, Draco?-.
-Hadrian y yo hemos estado intentando averiguar algo durante todo el trimestre-, le dijo al tímido muchacho.
-¿Ah, sí?- preguntó Neville.
-Y decidimos simplemente preguntarte-, terminó Draco bastante cojo, mirando a Hadrian en busca de ayuda.
Hadrian puso los ojos en blanco, pero salvó a su amigo -Neville, creemos que hay algo que interfiere con tu magia-.
Eso llamó la atención del chico. -¿Qué?-, exclamó, sorprendido.
-¡Shhhhh!- siseó Hermione, -¡No queremos molestar a nadie ni hacer caer a Madame Pince sobre nosotros!-.
-Puse un encantamiento silenciador, Hermione-, sonrió Hadrian, pero luego se volvió hacia Neville. -¡Tu trabajo teórico es genial! No creas que no vemos lo mucho que trabajas, se nota-. Neville asintió. -Pero en lo que se refiere al trabajo de varita, estás fracasando. Hemos trabajado contigo, hemos conseguido permiso para usar aulas vacías para practicar, e incluso hemos pedido a la profesora McGonagall y a Flitwick que nos observen e intenten darnos consejos. Técnicamente lo haces todo bien, pero no funciona-.
-Sí-, respondió Neville, sin saber qué decir.
-Así que te he estado observando-, se reincorporó Draco a la conversación. -¿Mencioné que soy un lector de auras?- El resto asintió. -Bueno, te he observado con mi visión del aura desde casi el principio del curso. En Encantamientos, Transfiguración, Defensa; diferentes clases, diferentes horas del día, diferentes hechizos. Haces todo bien, pero no obtienes resultados. Me gustaría hablarlo con mis padres-. Draco finalmente escupió la única resolución que él y Hadrian habían sido capaces de encontrar.
-Una pregunta, Neville-, preguntó Hadrian, -¿te hiciste la prueba de herencia en Gringotts cuando cumpliste diez años?-. Él asintió. -¿Lo leíste?- Una respuesta negativa. Harry gimió -Realmente creo que deberían hacerte otra prueba. No puedo decir por qué, a menos que tengas barreras de Oclumancia realmente buenas, pero algunas cosas que conozco podrían estar contribuyendo a sus problemas-
-¿Podría haber algún problema con su varita?- preguntó Hermione.
-No-, dijo Draco con decisión. -La varita elige al mago, después de todo-.
-¿Qué quieres decir?- preguntó Neville.
Los ojos de Draco se abrieron de par en par y él y Hadrian intercambiaron una mirada. -Neville, ¿de dónde sacaste tu varita?-.
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HARRY POTTER AND THE MAGIC OF BONDS
FanfictionLucius Malfoy descubre a Harry Potter en una mala situación y se lo lleva lejos de sus parientes a los 8 años. Poco sabe él que el niño de cabello desordenado y ojos brillantes se convertirá en algo mucho más de lo que cualquiera de ellos jamás imag...