Capítulo 9: Cousin Bonds

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Miércoles, 17 de agosto de 1988

La mañana amaneció brillante y temprana, con el canto de los pájaros, las nubes blancas y el sol que entraba por las ventanas. Fuera ya hacía calor, y probablemente acabaría haciendo bastante calor. Menos mal que existen los encantos refrescantes, pensó Narcissa cuando se levantó y miró por la ventana antes de empezar el día. 

-Tink-, llamó, dispuesta a empezar a prepararse. Tink apareció y se inclinó.

-Quiero mi vestido de verano blanco menta, por favor, el que tiene ese maravilloso bordado floral en el dobladillo, la bata de organza verde menta, y mis sandalias de cuña blancas, las de tachuelas plateadas. Ah, y ¿podrías elegir unos pendientes para mí, Tink? No estoy segura de lo que me apetece esta mañana- le dio Narcissa las órdenes en un tono agradable, y se acordó de decir por favor.

-Sí, ama-, respondió Tink, un tanto asombrada por este nuevo y más amable trato.

Mientras Narcissa se preparaba en su ala de la casa, dos excitados chicos también se preparaban para su día.

-¡Tansy!- llamó Draco, y volvió a hablar en cuanto apareció. -Hoy vamos de compras, así que necesito ropa ligera con encantos refrescantes. Ah, y busca también algo para Harry y dáselo a su elfo-.

-Sí, amo Draco-, respondió Tansy, sintiéndose un poco apenada después de que tanto Tink como Dobby hablaran de lo amables que habían sido los amos ayer.

Se paseó por la habitación, limpiando, haciendo la cama, atizando el fuego y seleccionando la ropa sobre la marcha.  Colocó sobre la cama unos pantalones de lino azul marino con una camisa blanca abotonada y una túnica ligera de algodón de color azul claro con bordados plateados en los puños y los dobladillos. La bata tenía botones plateados con más bordados en la abertura delantera. Para acompañarla, eligió un par de zapatos de vestir marrones, encantados por su ajuste y comodidad.

Como el señorito Harry aún no tenía su propia ropa, Tansy se dirigió al armario donde se guardaban las cosas viejas del señorito Draco. Allí tendría que encontrar algo para el señorito Harry. Tansy envió un pulso a través del vínculo de los elfos domésticos solicitando que Dobby la atendiera para que pudiera ayudar en la selección, y para asegurarse de que la ropa le quedara bien. La suerte quiso que Dobby se presentara inmediatamente cuando su amigo el señorito Harry estaba en el baño.

Juntos buscaron en el armario, seleccionando opciones y descartando. Se decidieron por unos pantalones de seda negra, una camisa abotonada de color verde esmeralda que Dobby estaba seguro de que haría juego con los ojos de señorito Harry, y una sobretúnica gris plateada de seda de acromántula que tenía un ligero brillo, pero ningún otro adorno que sus botones plateados. Dobby chasqueó los dedos para buscar los zapatos de vestir negros que el joven amo Harry había llevado el día anterior, y se alejó con la ropa en la mano.

Harry acababa de salir del baño cuando Dobby entró y empezó a tenderle la ropa. 

-Gracias, Dobby-, dijo Harry sonriendo, -¡se ven maravillosos!-.

-De nada, señorito Harry-, respondió Dobby. -Todas las piezas están siendo luces y frías y además se quedarán así todo el día-.

-¡Eso suena muy bien, Dobby!- respondió Harry, comenzando a vestirse con entusiasmo.

Dobby chasqueó los dedos y el frasco de tónico capilar salió volando. -Tres gotas, señorito Harry-, le recordó al chico de pelo negro.

Harry se aplicó el tónico para domar su cabello y se consideró listo.

Dobby asintió, hizo una reverencia y salió justo cuando llamaron a la puerta de Harry. Se apresuró a abrirla y se encontró con Draco, muy elegante con su conjunto azul y blanco.

HARRY POTTER AND THE MAGIC OF BONDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora